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El sector turístico se prepara para su segundo años consecutivo sin Sanfermines: “Compromete el futuro de muchos negocios”

Imagen de un local de hostelería de la calle Estafeta el 6 de julio del 2020

Rodrigo Saiz

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La suspensión de los Sanfermines anunciada por el alcalde de Pamplona esta semana ha supuesto un duro golpe para Pamplona y sus habitantes, que ven como por segundo año consecutivo se quedan sin sus fiestas, algo que no sucedía desde los años de la Guerra Civil. Es además la segunda vez en la historia que se cancelan por culpa de una pandemia, la primera fue el año pasado, algo que no lograron otras epidemias como la de la gripe o el cólera. Pero sin duda también ha supuesto un jarro de agua fría para el sector turístico, que pese a esperar que este año no habría Sanfermines, saben que gran parte de sus ingresos anuales dependen de esos 7 días de fiesta. La suspensión, sumado a la escasez de turismo del último año por los cierre perimetrales y la situación sanitaria, “compromete el futuro de muchos negocios”, aseguran varios propietarios de locales de hostelería de Pamplona.

Aunque en los últimos años, desde el Gobierno de Navarra y el Ayuntamiento de Pamplona se ha realizado un especial esfuerzo en fomentar el turismo durante el resto del año para no solo depender de estas fiestas, lo cierto es que los Sanfermines siguen teniendo una gran repercusión en los negocios de la capital navarra. Según un último estudio del año 2018, estas fiestas generan un impacto económico de 150 millones de euros en la ciudad.

El grueso de ese impacto se lo llevan los negocios de hostelería, ya duramente golpeados por la pandemia. “Es una noticia terrible para nosotros pese a ser esperada”, cuenta Gloria Fernández, del bar La Granja, situado en plena calle Estafeta. Gloria calcula que un 40% de sus ingresos anuales provienen de la semana de los Sanfermines, y asegura que dos años seguidos sin fiestas provocará que muchos tengan que echar el cierre. “Compromete el futuro de muchos negocios de la ciudad”, asegura.

Gloria, como tantos otros propietarios de negocios del sector turístico, ha solicitado las ayudas que el Gobierno de Navarra ha convocado para paliar los efectos de la crisis provocada por la COVID-19, de las que ya se han dado 10 millones de euros. Gloria, que todavía no ha recibido ninguna de las ayudas, señala que son “insuficientes” para tapar el agujero que ha provocado la pandemia en los bares y restaurantes. Ella para poder seguir adelante ha tenido que enviar a toda la plantilla al ERTE y encargarse ella del local “de lunes a domingo”. Confía en que el avance de la vacunación haga que antes del verano puedan volver a abrir los interiores porque lamenta que “con cuatro mesas en la calle” no le es suficiente “ni para cubrir gastos”.

Fernando, del Asador Mercaderes, coincide con Gloria en que la situación en la que quedan muchos bares y restaurantes tras la suspensión de los Sanfermines es “muy delicada”, pero cree que “es lo correcto” haberlos cancelado. “Prefiero que no haya Sanfermines a que los haya y luego nos vuelvan a cerrar si crecen los contagios, porque aunque se celebraran no iban a ser como los de los años anteriores a la pandemia”, apunta.

Fernando confía en que pese a no haber fiestas patronales, en verano se pueda recuperar la movilidad entre comunidades que permita que “haya algo de turismo nacional”. “Necesitamos alguna alternativa para salir adelante”, señala.

Al igual que bares y restaurantes, tantos otros negocios que dependen del turismo se encuentran en la cuerda floja en Pamplona. Hoteles, hostales o los negocios de souvenirs son otros de los grandes damnificados. Fermín Maestre, dueño de la tienda de souvenirs La curva de Estafeta, situada en pleno casco viejo de Pamplona, en la curva de la calle Mercaderes con la que da nombre a su negocio es uno de los más afectados por esta crisis y la cancelación de las fiestas. “Mis ventas dependen casi al 100% del turismo, que ha bajado un 95% desde marzo del año pasado”, lamenta. También en los hoteles, que durante esas fechas tienen todas las habitaciones reservadas con semanas de antelación“, lo notan y esperan poder ocupar algunas con turistas nacionales en verano si se permite la movilidad.

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