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La paternidad de Lucas Vázquez, la noticia sobre un futbolista de baja que pudo ser y no fue

Lucas Vázquez, junto al seleccionador nacional, Julen Lopetegui (Jose Jordan/AFP)

Felipe G. Gil

El deporte es una caja de resonancia que sirve para reforzar o cuestionar ciertos pilares sobre los que se sostiene el sentido común social. Si Rafa Nadal dice que considera que ha de votarse, muchas personas se aferrarán a ello y lo usarán como argumento de autoridad en conversaciones cotidianas y en grupos de Whatsapp (“Es que hasta Rafa Nadal ha dicho que ha de votarse”).

En esta ocasión vuelve a ser noticia el hecho de que un futbolista sea padre y se reincorpore inmediadamente a la concentración con la selección española. Sucedió en su momento con Sergio Ramos que, aún tratándose de un partido amistoso de la selección con Argentina y nada más nacer su tercer hijo, volvió presto y veloz con el grupo de futbolistas, recibiendo incluso el elogio por parte del seleccionador. “Ha hecho un esfuerzo extraordinario por venir a entrenar, cosa que lógicamente él podía haberse saltado. Pero no lo ha hecho, demostrando claramente la mentalidad que tiene y que, además, nos encanta”, dijo Julen Lopetegui. Ahora le ha tocado a Lucas Vázquez. El joven futbolista del Real Madrid fue padre el pasado miércoles. El viernes ya se había incorporado a los entrenamientos de la selección española, este domingo jugaba el amistoso de España contra Suiza y el próximo jueves se marcha a Rusia a disputar el Mundial.

La noticia prototipo en estos casos en prensa deportiva o generalista suele ser la siguiente: “El joven futbolista del [inserte equipo] acaba de ser padre de su [inserte número] hijo. Tras asistir al parto y pasar las primeras horas de vida con su hija, el [inserte gentilicio] regresó a la concentración con la selección”. Punto pelota. En este caso incluso ni siquiera se ha mencionado que Lucas Vázquez regresaba con la selección. Se daba por hecho.

El argumento de tertuliano-periodista deportivo está claro: es la primera vez que resulta convocado para un Mundial y se trata de una oportunidad histórica para él. Es un tipo comprometido con su trabajo y con España. Golpe en el pecho. Ponme otra, Pepe. Y aquí es cuando en un giro de guión inesperado, Pepe pone las cervezas pero dice: “Pues yo creo que debería haberse cogido la baja de paternidad”.

Piénsenlo. ¿Se imaginan a un deportista de élite haciendo un alegato de la paternidad y tratando de hacerle entender a periodistas deportivos y fans que, efectivamente, hay algo más importante que cualquier campeonato y en este caso es estar al lado de la madre de su hija y no perder ni un minuto de los primeros días de vida de ésta? Pues en realidad ha pasado. Lo hizo Sarunas Jasikevicius, entrenador de baloncesto el año pasado durante una conferencia de prensa:

Periodista: ¿Qué piensa sobre la ausencia de Augusto Lima en la mitad de las eliminatorias para marcharse a ver el nacimiento de su hijo?

Jasikevicius: ¿Qué pienso? Yo le he dejado.

P: Pero...¿Es normal eso durante unas semifinales?

J: ¿Tienes hijos? Cuando los tengas, lo entenderás. Es la mejor experiencia del ser humano. Es una buena pregunta. ¿Piensas que el baloncesto es lo más importante?

P: No, pero es una semifinal y es importante.

J: ¿Semifinal? ¿Qué es importante?

P: El equipo. Zalgiris.

J: ¿Has visto a los aficionados durante el partido? ¿Importante? Cuando seas padre entenderás qué es lo más importante en la vida. Vienes y me hablas. Porque es lo mejor del mundo. Créeme, ni títulos ni nada más. Augusto Lima está ahora en el cielo emocionalmente y estoy feliz por él.

En el tratamiento de la noticia de Lucas Vázquez no hay ni siquiera un rastro de la posible contradicción en el hecho de que el futbolista regrese al trabajo. Porque ese podría haber sido otra noticia: Lucas Vázquez regresa con la selección española pero lamenta no poder ejercer su baja de paternidad.

Cualquiera con sentido común sabe que si alguien tiene una oportunidad histórica en su trabajo como mínimo se tendría que enfrentar al dilema. Es probable incluso que su pareja y entorno abogaran porque no invirtiera ni un minuto de más en el hospital. Obviar esto del debate sería absurdo. Pero la normalidad que hay construida con respecto a la figura del padre es esa: tú a trabajar y la mujer a cuidar.

Si no hay espacios ni momentos que generen fisuras con respecto a ese relato muy difícilmente podrán combatirse muchos de los problemas que hay. Un padre que es aplaudido por regresar al trabajo y no por ejercer su derecho a cuidar supone apretar un poquito más las tuercas patriarcales de un sistema en el que a la madre se le tira de un brazo para que se incorpore en el mercado laboral y del otro para que se haga cargo de la casa y de los cuidados. 

Ya resulta poco igualitario que los permisos no sean del mismo tiempo e intransferibles. Por lo que sí encima nos dedicamos a celebrar que alguien no haga uso del mismo, me temo que al tiempo que ganamos en posibilidad de ganar el mundial, sepultamos un poco más la posibilidad de construir entornos laborales menos machistas y menos sesgados por cuestiones que penalizan la incorporación de las mujeres al trabajo y se las facilitan a los hombres.

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