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Euskadi se planta ante la ablación genital femenina

Las cuchillas con las que se practica la ablación/ Imagen cedida por World Vision

Eduardo Azumendi

La ablación genital femenina es una práctica ancestral en países como Chad, Gambia, Malí, Senegal, Sudán, Yemen, Somalia, Guinea, Yibuti y Egipto. Parece impensable que esto pueda ocurrir en Euskadi en pleno sigloXXI, pero lo cierto es que hay una población que potencialmente puede sufrirlo. La mutilación de parte de los genitales externos femeninos se realiza para evitar sentir placer sexual, con la finalidad de que la mujer pueda llegar virgen al matrimonio. Forma parte de la cultura de estos países, pero en Euskadi ya se está elaborando un protocolo para erradicar y prevenir esta práctica, que podría colocar a la comunidad autónoma como líder en Europa en cuanto a la prevención de la mutilación genital femenina. Entre otras medidas, el documento recogerá un compromiso por parte de las familias con esta tradición de no mutilar a sus hijas. En caso de que se nieguen se les podrá retirar el pasaporte para que no puedan ir a sus países de origen, donde se realiza la mutilación.

Aunque la mutilación no se practica en Euskadi, los profesionales sanitarios saben que existe una población de menores que sufren el riesgo de sufrirla solo por pertenecer a familias donde la mutilación forma parte de su cultura. En la actualidad, diez personas elaboran un protocolo que se aplicará desde los centros de salud para evitar los casos detectados en los últimos años en niñas menores de 14 años. Las matronas son una parte fundamental, ya que ellas conocen a las mujeres embarazadas que acuden a las consultas, realizan su seguimiento y pueden comprobar si están mutiladas o no. En caso de que sí, lo probable es que el bebé corra la misma suerte.

“El problema ha aumentado, se ven más casos”, aseguran desde el Departamento de Salud. Con datos de 2014, alrededor de 1.063 niñas de un colectivo de 3.600 mujeres originarias de esos países podrían estar en riesgo. “Una parte ya ha sufrido la mutilación”, lamentan desde Salud.

El momento más propicio para realizar la mutilación es cuando estas familias acuden de vacaciones a sus países de origen y programan el rito. En ese momento, en la consulta del médico se les invita a firmar un documento en el que se comprometen a no mutilar a sus hijas y proceder a una revisión ginecológica a la vuelta. En caso de que se nieguen se disparan las alarmas y automáticamente se comunica a la Fiscalía de la situación. Entre otras medidas se les puede retirar el pasaporte para que no puedan viajar.

La idea es que el protocolo este validado para finales de año y disponible para los profesionales de Osakidetza. Y con el plan también se abrirá un registro específico de los casos detectados.

 

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