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Lakua arremete contra el informe oficial que alerta contra el fracking

Aitor Guenaga

Bilbao —

La difusión este verano del informe del Instituto Geológico y Minero de España (IGME) sobre el fracking en el que se advertía de los riesgos para el medio ambiente de esta técnica de fracturación hidraúlica para la extracción de gas no convencional del subsuelo ha puesto en guardia a muchas instituciones y asociaciónes (entre ellas la Asociacion Española de Compañías de Exploración y Producción de Hidrocarburos ACIEP). El documento oficial de un instituto que depende del Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente está siendo combatido desde diferentes instancias y también utilizado por los movimientos antifracking de toda la península en la guerra sin cuartel abierta en numerosos municipios españoles.

El Gobierno vasco, a través de su consejera de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantza Tapia, ha desautorizado las conclusiones de ese informe, basadas en “casos puntuales y excepcionales, que en ningún caso se deberían considerar como representativos de la realidad técnica actual”, según consta en la respuesta remitida por el Ejecutivo a la coalición EH Bildu. El documento advertía a lo largo de sus 94 páginas de los problemas de sismicidad, contaminación de aguas y atmosférica debido a este método de extracción de gas no convencional. Para el Ejecutivo vasco, sin embargo, usa “citas de publicaciones y documentos genéricos internacionales y de otras fuentes, no contrastadas, que induden a errores de concepto”.

Como ejemplo, el Gobierno vasco hace referencia a los problemas de sismicidad inducida mencionados en el informe oficial del Instituto Geológico y Minero de España. Para el Ejecutivo autonómico, “la realidad técnica es que, hasta el momento, tan solo se han registrado a nivel mundial tres únicos casos documentados de microseismos de magnitudes próximas a 3, en la realización de más de un millón de operaciones de fracturación hidraulica, sin haber ocasionado daños de ningún tipo”. Y apunta que el citado documento -que el Ejecutivo autonómico considera una “versión borrador y por lo tanto ”no oficial“ del informe del IGME- ”no se recogen datos técnicos reales de relevancia con aplicación en los trabajos de fracturacióin hidralúlica en nuestro entorno geológico“.

Halliburton y Cheney

El parlamentario de EH Bildu Dani Maeztu y responsable de los asuntos medio ambientales de la coalición soberanista en la Cámara vasca también había preguntado al Ejecutivo por las relaciones de la empresa Shesa -Sociedad de Hidrocarburos de Euskadi- con las empresas de la “industria de fractura hidralúlica”. Y el Gobierno apunta en su respuesta que esta empresa pública “mantiene de forma habitual, en el desarrollo de su actividad, contactos con distintas compañías del sector de hidrocarburos, tanto de servicios como operadoras”. Y entre ellas, se encuentran multinacionales como Halliburton, Schlumberger, Bakerhughes y Weatherford.

Halliburton es una vieja conocida en EE UU. Dick Cheney pasó de ser el principal ejecutivo (CEO) de la petrolera Halliburton -que hoy es una de las principales proveedoras mundiales de tecnología para el fracking-, a la Casa Blanca de la mano del entonces presidente George W. Bush. Con ese tándem en la Casa Blanca, las compañías lograron en 2005 que el fracking quedara excluido del control de la EPA, la todopoderosa Agencia de Protección Ambiental estadounidense. Los pozos y las explosiones se multiplicaron por todo el país. Y con ellas, las denuncias en los tribunales.

Maeztu ha recordado que la consejera Tapia deberá comparecer ante la comisión parlamentaria correspondiente para dar cuenta de la posición real del Ejecutivo en el asunto del fracking porque “si el Gobierno vasco realmente quisiera parar todo esto podría hacerlo”.

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