Urkullu lanza el debate: ¿Lanbide debe gestionar las ayudas sociales?
El lehendakari, Iñigo Urkullu, ha lanzado públicamente un debate más o menos soterrado: ¿Debe Lanbide seguir gestionando las ayudas sociales, en especial la Renta de Garantía de Ingresos (RGI)? La envergadura de esta gestión ha lastrado la imagen y la eficacia del Servicio Vasco de Empleo en los últimos años, muy volcado en resolver los expedientes de la RGI en los plazos requeridos. Esta circunstancia ha hecho que se resienta su labor de formación, asesoramiento e intermediación en el ámbito estrictamente laboral. Hasta el punto de que el propio viceconsejero de Empleo, José Andrés Blasco, ha dicho recientemente que a sus hijos “ni se les pasa por la cabeza apuntarse” en Lanbide para buscar empleo porque “poco se puede encontrar ahí”. Blasco pidió de inmediato disculpas y trató de matizar sus palabras, pero el daño ya estaba hecho.
En su intervención en el primer Foro Económico de Álava, organizado por la revista Dato Económico, el lehendakari ha apostado por impulsar Lanbide como “herramienta de orientación e intermediación laboral” y ha considerado que “a futuro quizás hay que pensar en quién gestiona las ayudas sociales” actualmente en manos del propio Servicio Vasco de Empleo. En su opinión, “a pesar de lo que se dice” Lanbide es “puntero” en comparación con otros servicios públicos de empleo del Estado gracias a que cuenta con una tasa de intermediación laboral con empresas superior al 3%.
Ha reconocido, sin embargo, que la “vocación” de su Gobierno es alcanzar el 6% de intermediación laboral y dar un “vuelco” el trabajo de Lanbide para que sea “identificada como una herramienta” de búsqueda de empleo. Y en esa línea, ha recordado que la decisión de que fuera el Servicio Público de Empleo quien gestionara la RGI fue tomada por el anterior Gobierno vasco, dirigido por el Partido Socialista de Euskadi, cuando se transfirieron a Euskadi las políticas activas de empleo. Aquella decisión buscaba ligar la concesión de las ayudas a la búsqueda activa de empleo por parte de los perceptores, un modelo similar al desarrollado por los servicios de empleo de los países centroeuropeos.
