Lanbide: ¿oficina de pagos o servicio de empleo?
Las declaraciones del viceconsejero de Empleo, José Andrés Blasco, menospreciando la labor del Servicio Vasco de Empleo-Lanbide es la última muestra de las dificultades por las que atraviesa este organismo. A Blasco le han llovido las críticas por decir que sus hijos “están permanentemente en portales de empleo en internet y ni se les pasa por la cabeza apuntarse en Lanbide para buscar un empleo, entre otras cosas porque poco se encuentra ahí”. La oposición ha pedido su dimisión y los sindicatos han abandonado la mesa técnica de Lanbide, en la que se discuten cuestiones de orden laboral interno. De nada ha valido la marcha atrás del viceconsejero, que un día después matizó sus palabras al asegurar que no pretendió menospreciar al organismo, “que desarrolla sin duda una formidable tarea en un momento de dificultades enormes”.
El daño ya estaba hecho. Y llueve sobre mojado porque los dos consejeros de Empleo que ha tenido el Gobierno Urkullu también han deslizado en alguna ocasión los graves problemas de funcionamiento que arrastra Lanbide, hasta el punto de que desde algunas instancias se ve más como una oficina dedicada a los pagos (la Renta de Garantía de Ingresos, los subsidios de desempleo) que un verdadero servicio de empleo, dedicado a aspectos como la intermediación o la formación .
Para ELA, sindicato mayoritario, las declaraciones de Blasco resultan “inaceptables” y “preocupantes” pues podrían ser la antesala de “la privatización de servicios como la orientación o la intermediación laboral, el empeoramiento de las condiciones laborales de la plantilla y la consecuente decadencia de la calidad misma del servicio vasco de empleo”. “Resulta inaudito que Blasco subraye la ineficacia de Lanbide como si de un mero usuario se tratase cuando es el responsable directo de esta situación como viceconsejero de Empleo”.
Solo intermedia en el 2,6% de los contratos
Lanbide apenas intermedia en el 2,6% de los más de 700.000 contratos que de media se formalizan cada año en Euskadi. Una cifra testimonial al hablar de las colocaciones de desempleados, la principal preocupación en estos momentos de la sociedad vasca. El resto de la intermediación corresponde a las empresas de trabajo temporal, a las agencias privadas de colocación y, sobre todo, a los contactos. La asunción de la gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) la pasada legislatura ha colocado a Lanbide ante la encrucijada de si debe seguir desgastándose en la intermediación a pesar de su escasa eficiencia en este campo o volcar sus esfuerzos en ayudar a las personas en paro a ser más empleables. El anterior consejero de Empleo y Políticas Sociales, Juan María Aburto, reconoció que Lanbide no presta un “servicio de calidad” y defendió en su día que debían introducirse cambios para mejorar su labor de intermediación laboral. En Europa, la tasa de intermediación ronda el 4%, prácticamente el doble de los registros del servicio vasco. El objetivo que se habían fijado los responsables de Lanbide era terminar la legislatura en torno al 5 %. Pero ese objetivo no se va a cumplir.
La gestión de la Renta de Garantía de Ingresos (RGI) “se ha comido a Lanbide”, lamentó el exconsejero. Su sucesor, Ángel Toña, también ha reconocido que las empresas “pasan” de Lanbide a la hora de buscar empleados porque prefieren acudir a las agencias privadas de colocación.
