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El mapa del amianto, asignatura pendiente de los ayuntamientos vascos

Vertidos ilegales de amianto de una obra.

Aitor Guenaga

El año 2015 comenzó con brindis de cava y una enorme dosis de buenos deseos de felicidad en casi todos los hogares. Pero no fue así en casa de Emilio Sánchez Ballesteros. Su corazón dejó de latir prácticamente cuando el nuevo año había echado a andar. Emilio tenía 67 años y estaba afectado por un mesotelioma bifásico (cáncel de pleura) y su enfermedad había sido reconocida por la Segurida Social el pasado mes de febrero. Ha sido la primera víctima en 2015 por la exposición al amianto en el País Vasco, según ha denunciado la Asociación de Víctimas del Amianto en Euskadi (Asviamie), un asociación que sigue de cerca la evolución de las personas afectadas por el amianto, algunas de ellas “en listas de espera” para un tratamiento“ que no siempre llega a tiempo.

Este grupo ha vuelto a la carga con la proximidad de las elecciones municipales de mayo de 2015 con una batalla que llevan dando desde los pasados comicios locales de 2011. “Entonces realizamos una campaña informativa para conseguir que las autoridades locales llevaran a efecto el compromiso asumido en relación a su responsabilidad de mantener nuestras ciudades libres de amianto”, recuerda Jon García, uno de sus portavoces. García se refiere al Real Decreto aprobado por el Gobierno central en marzo de 2006 en el que se obliga a que antes de la realización de obras de demolición o de mantenimiento de los edificios se debía identificar los materialeas que puedan contener amianto.

¿Cuál es la realidad en la mayoría de los consistorios? “La gente que se mete en una obra lo que hace es esconder el asunto cuando aparece el amianto”, resume este portavoz de Asviamie. Jon García sabe que cuando en una obra de una vivienda se encuentra amianto, los costes se disparan. “Hay empresas especializadas en este tipo de descontaminación, pero cobran, evidentemente. Y el coste económico es altísimo. Además, todo es un engorro burocrático”, asume. Como ejemplo, otro miembro de la asociación, explica que recientemente “en una obra en la que quitaron ocho mangueras a ras de suelo en un horno la broma costó 6.000 euros”.

Asviamie ha decidido desempolvar la moción de 2011 para remitirla a todos los consistorios del País Vasco. El escrito ya ha sido enviado a los 251 municipios. En el texto se recuerda la normativa legal (Real Decreto 396/2006, de 31 de marzo) y se menciona también el acuerdo por unanimidad adoptado por el Parlamento vasco en mayo de 2002 en el que se “instaba al Gobierno vasco a realizar, en colaboración con los ayuntamientos y la ciudadanía, un inventario del amianto instalado en pabellones, edificios e instalaciones para garantizar la protección de la salud de los trabajadores y vecinos en las tareas de desamiantado”.

Medidas concretas

“Mucho amianto habrá desaparecido, pero todavía hoy podemos encontrarlo en viviendas, edificios e instalaciones industriales. Es necesario saber dónde está el amianto para eliminarlo”, se abogaba en la moción presentada hace casi cuatro años en los consistorios guipuzcoanos. Jon García recuerda que entonces “el único consistorio que cumplía tras haber aprobado una ordenanza municipal era Hernani”. “Transcurridos cuatro años queremos saber si las mociones aprobadas en su momento se tradujeron en medidas concretas”, explican desde Asviamie.

Entre 2007 y 2011 murieron en España 1.297 personas por mesotelioma pleural, un tipo de cáncer de pulmón provocado por la exposición al amianto. De estos, al menos 1.100, entre el 80% y el 85%, estuvieron expuestos a dicho material por causas laborales, pero la Seguridad Social sólo reconoció 50 casos, catalogándolos como enfermedad profesional. A ellos hay que añadirles los enfermos de carcinoma broncopulmonar, o cáncer de bronquio y pulmón, otro tipo de cáncer que puede provocar el amianto, mucho más común pero al que se le diagnostica menos como causa, y que se calcula que provoca el doble de mortalidad que el mesotelioma pleural. En cifras concretas, el 93,6% de los hombres y el 96,6% de las mujeres que fallecieron entre 2007 y 2011 en España por mesotelioma pleural no fueron reconocidos por la Seguridad Social, aumentando la tasa hasta el 98% en el caso del cáncer de bronquio y pulmón.

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