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Un juzgado afea la política de impulso de euskara en la Ertzaintza

El secretario general de Erne, Roberto Seijo

Iker Rioja Andueza

Un juzgado de lo contencioso-administrativo de Vitoria ha estimado parcialmente un recurso presentado por los servicios jurídicos del sindicato mayoritario de la Ertzaintza, Erne, contra la modificación de la estructura de la Policía vasca aprobada en marzo de 2015 por el Departamento de Seguridad de Estefanía Beltrán de Heredia. La juez Leyre Urretavizcaya rechaza todas las alegaciones de Erne contra los cambios en la relación de puestos de trabajo (RPT) excepto una muy significativa: la relativa al impulso del euskara en determinadas unidades. La magistrada asegura en un momento de la sentencia que Seguridad “distorsiona” la “finalidad” de la normativa de normalización del euskara en la Ertzaintza, una de las patas de la Administración vasca que históricamente más problemas ha tenido para ofrecer un servicio bilingüe por la imposibilidad de hacer liberaciones masivas como en Educación ante la amenaza de ETA y la inexistencia de personal interino.

El sindicato Erne denunció que la orden de estructura de 2015 exigía fecha de “preceptividad” –de obligación de acreditar un perfil lingüístico- a 230 plazas cuando en 195 casos estaban ocupadas por agentes con más de 53 años. La normativa interna de impulso de la lengua vasca de 1998 determina, en todo caso, que “estarán exentos del cumplimiento del régimen general de preceptividad de los perfiles lingüísticos […] quienes superen la edad de 45 años”. “Asignando preceptividad a puestos con titulares mayores de 45 años se consigue un efecto contrario al pretendido por la norma, esto es, que en un total de 195 dotaciones no sea exigible [el euskara]”, afea la magistrada en su resolución judicial en sintonía con la reclamación sindical.

El fallo recoge que “la representación procesal del Gobierno vasco admite que, en efecto, es innegable que hay 195 dotaciones con titulares mayores de 53 años” y la juez da la razón a Erne porque aunque en la teoría hay casi 200 agentes más con perfil bilingüe “en la práctica, con la decisión de reasignación de dotaciones cuyos titulares son mayores de 53 años, se prescinde de los criterios fijados en la propia normativa reguladora de la normalización lingüística de la Ertzaintza […], distorsionando, en suma, la finalidad perseguida”. El sindicato valora que es una resolución judicial de gran calado.

Formalmente, el Departamento de Seguridad defiende desde 2014 que el euskara no sólo sea “mérito” para la promoción interna, sino “requisito” para el ejercicio de la función policial. Sin embargo, todavía de 2014 el 62% de los aproximadamente 8.000 ertzainas no acreditaba ningún conocimiento de la lengua vasca y sólo el 2% de la plantilla (171 funcionarios) tenía un nivel C1, equivalente al Advanced en inglés. Sólo ahora con la entrada de nuevas promociones de jóvenes que han estudiado en modelos educativos bilingües se está empezando a dar la vuelta a esta situación.

En el informe que acompañaba al plan de euskara de 2014, se hablaba claramente de que el “nivel de euskara en la Ertzaintza en la actualidad todavía es muy bajo”, “más bajo que el que existe a nivel social” a pesar de que el Gobierno vasco, en su historia, ha invertido más de 2.000 millones de euros en euskaldunización de funcionarios. Pero en la Policía no se han podido llevar a cabo liberaciones masivas de funcionarios para que éstos aprendieran el idioma y se sacaran el título o perfil lingüístico requerido, como ha ocurrido con el profesorado y, en menor medida, con los médicos. Una primera causa es que en las Policías, a diferencia de en los hospitales o los colegios, no hay funcionarios interinos que cubran esas vacantes y la segunda es que el terrorismo y la ‘kale borroka’ han exigido la máxima movilización del personal durante muchos años.

“Hasta fechas recientes y durante demasiados años, la prioridad fundamental ha sido defender la vida, los derechos y libertades básicas de los ciudadanos vascos. Ahora, la Ertzaintza del futuro debe ofrecer un servicio policial cercano, de proximidad a la sociedad vasca y eso exige una Ertzaintza que sea capaz de acercarse a los vascos en el idioma oficial de su elección”, argumentaba Beltrán de Heredia al presentar este plan de impulso del euskara en 2014, en el que pretendía cuadruplicar las liberaciones, que pasasen de 25 a 100 cada año.

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