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Los números de las generales en Euskadi darían un escaño a Vox en las autonómicas de 2020

Abascal, en el Parlamento Vasco, rompiendo una papeleta de la consulta soberanista de Ibarretxe

Iker Rioja Andueza

Las claves de voto varían de una elección a la siguiente, sobre todo en Euskadi. Pero los resultados de las generales de este domingo pueden marcar algunas tendencias de cara a la siguiente cita con las urnas, las autonómicas de 2020 cuya fecha tendrá que concretar el lehendakari, Iñigo Urkullu, en función de las negociaciones presupuestarias de cara a 2020, que se retoman esta semana. Y esas tendencias son dos: que los partidos de Gobierno (PNV y PSE-EE) parece encaminados a la mayoría absoluta tras quedarse en las puertas en 2016 y que Vox, en Álava, podría acariciar un escaño al superar la barrera legal del 3%. Nunca una formación de extrema derecha había estado en disposición de lograrlo.

La extrapolación del escrutinio del domingo a un hipotético Parlamento Vasco (cada uno de los tres territorios aporta 25 representantes) arroja una clara victoria para el PNV, con 24 escaños. Son menos de los 28 actuales pero las generales son las que habitualmente menos voto nacionalista movilizan, a pesar de que esta repetición ha supuesto un hito para los 'jeltzales'. El PSE-EE parece haberse recuperado del punto de inflexión negativo de hace tres años y estaría en condiciones de sumar 16 parlamentarios, 7 por encima de los actuales y con un crecimiento homogéneo en las tres provincias vascas. Juntos, los partidos del actual Gobierno coparían 40 escaños por 37 en la actualidad. 

El PSE-EE sería la segunda fuerza política por delante de EH Bildu, que se quedaría en 15 escaños, por 18 actuales. Elkarrekin Podemos, que aguanta en Euskadi mejor que en otras comunidades autónomas, lograría 12 diputados, uno más que en 2016. El PP presumió en la noche electoral de haber cambiado la “tendencia” a la baja de las anteriores convocatorias a pesar de no haber sacado diputados, pero la extrapolación revela hasta qué punto le queda camino por recorrer. Si los 9 escaños de 2016 fueron un suelo, ese listón bajaría aún más hasta los 7. Sólo mantendría su peso en Bizkaia.

En la parte baja, en cambio, podría surgir la gran novedad. En un territorio que habitualmente se define como libre de la irrupción de la ultraderecha -el propio lehendakari ha contrapuesto este lunes la situación general de España con la “cultura política diferente” de Euskadi- los números del 10 de noviembre serían suficientes para que Vox lograse un escaño por Álava con los 6.800 votos obtenidos. Se trata de un asiento 'barato': en 2009, UPyD accedió a él con  5.990 y en en la siguiente convocatoria lo hizo aún con menos, con solamente 5.453. La clave es alcanzar el listón del 3%. El líder de Vox, Santiago Abascal, natural de Amurrio, ocupó un escaño en el Parlamento autonómico con el PP de 2004 a 2009. 

En 2012, tras una baja en el PP, Abascal tenía derecho a regresar a la Cámara vasca pero el entonces presidente 'popular', Antonio Basagoiti, le obligó a que renunciara al acta.  Ya entonces estaba encuadrado en el sector crítico. “Ha sido un día triste. Mi vocación es hacer política nacional desde el Parlamento Vasco y me he visto obligado a apartarme, a dar un paso atrás, por disciplina de partido, entre comillas. No me voy sino deseando mucho éxito a quien me va a sustituir, Roberto Blanco , y firmeza y éxito al PP del País Vasco”, declaró entonces a 'Libertad Digital'. Fundó Vox en 2013. 

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