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Los sindicatos nacionalistas no dan tregua a Urkullu

Aitor Guenaga

Bilbao —

La historia se repite. La mayoría sindical en Euskadi, formada por ELA y LAB y el resto de sindicatos nacionalistas, ha recibido al nuevo Ejecutivo que dirige el peneuvista Iñigo Urkullu como hizo con Patxi López en mayo 2009. Una huelga general de la que el secretario general de ELA, Adolfo Muñoz, ya venía avisando, ante las políticas de recortes anunciadas por el nuevo Gabinete vasco. De hecho, el pasado 4 de abril, Txiki Muñoz ya consideraba la huelga como una respuesta “imprescindible” ante lo que consideraba una situación “excepcionalmente grave”. Una situación en la que el recrudecimiento de los recortes y la destrucción constante de empleo obligaba a poner pie en pared, según el análisis de la central nacionalista, mayoritaria en Euskadi.

El líder de ELA lo dejó claro ese día. Y advirtió al PNV que si no había un giro en las políticas de ajuste dictadas por la Unión Europea y copiadas al milímetro, según ELA, en España y en la comunidad autónoma, la huelga sería una realidad. Unas políticas que calificó de “experimento totalitario que defiende una guerra contra los pobres”. Ese mismo día, Txiki Muñoz dijo que “los gobiernos deben sentir una presión social que les obligue a hacer otras políticas.

La historia se repite, pero las dificultades para los convocantes, también. El problema para ellos de nuevo será doble: conseguir que la convocatoria sea unitaria -algo que no se ha producido en todas las convocatorias que se han producido en el País Vasco desde 2009- y, además, lograr que todos los sectores se sumen al paro general. El hastío de los ciudadanos ante las sucesivas convocatorias -un total de siete desde 2007- se ha podido comprobar en los desiguales seguimientos de las convocatorias.

Si tomamos como termómetro las últimas convocatorias entre 2011 y 2012, solo cuando la convocatoria ha sido apoyada por todos los sindicatos, la incidencia ha sido muy amplia. En la huelga general de marzo de 2012, la huelga llegó casi al 70% en el sector privado, mientras que en el sector público se elevó hasta el 72%. En la de enero de 2011 y en la de septiembre de 2012 -que contaba solo con el apoyo de las centrales nacionalistas, el paro lejos de ser general, se quedó por debajo del 20%, según datos oficiales del Gobierno Vasco.

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