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Las víctimas rechazan el plan del Gobierno vasco para acercar a los presos de ETA sin que hayan rechazado la violencia

Unas 65.000 personas piden en Bilbao cambiar la política penitenciaria

Europa Press

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El Colectivo de Víctimas del Terrorismo, Covite, ha mostrado su rechazo al plan de política penitenciaria planteado por el Gobierno Vasco y le ha acusado de “ceder ante las pretensiones del colectivo de presos de ETA (EPPK)”. En ese sentido, ha censurado que se plantee un acercamiento de presos a cárceles vascas “colectivo y sin previa exigencia de que rechacen la violencia”.

Covite se ha pronunciado de este modo para responder al anuncio que ha hecho este miércoles el secretario general de Derechos Humanos, Convivencia y Cooperación del Gobierno vasco, Jonan Fernández, de que está preparando un documento detallado en el que se propone “un cambio de concepto” del actual modelo de política penitenciaria.

Según ha apuntado Covite, el cambio consiste en que “se acerque a los presos de ETA a cárceles vascas sin exigirles que rechacen a ETA para que, una vez en estas prisiones inicien un proceso de reinserción”.

De este modo, ha criticado que el Ejecutivo de Urkullu plantee “la misma política penitenciaria que siempre ha exigido el EPPK, un acercamiento de presos a cárceles vascas colectivo y sin previa exigencia de que rechacen la violencia”.

“A los terroristas orgullosos de su pasado criminal no se les aplica planes de reinserción, sino políticas de desradicalización que hasta ahora brillan por su ausencia en el País Vasco”, han afirmado.

Izquierda abertzale

En ese sentido, ha recordado que “la verdadera responsable de que siga habiendo una política de dispersión de los presos de ETA es la izquierda abertzale, y no el Estado de derecho”. “Solo tiene que levantar sus líneas rojas de no arrepentimiento y no delación a los presos para que estos puedan acogerse a las vías de reinserción”, ha añadido.

La presidenta de Covite, Consuelo Ordóñez, ha incidido en que la izquierda abertzale “siempre ha tenido en su mano el fin de la dispersión”, pero, según ha dicho, “prefiere seguir sacando rédito político culpando al Estado y a las víctimas de que haya una política penitenciaria de dispersión en vez de permitir a los presos de ETA que puedan desvincularse de la banda terrorista y así ser acercados a cárceles vascas”.

Covite ha defendido que el repudio a ETA debe ser “una condición fundamental para el acercamiento de los presos de ETA a cárceles en el País Vasco”, al tiempo que ha subrayado que “tiene que ser un repudio individual, en ningún caso colectivo, a todo lo que ha supuesto ETA”.

“Es importante lograr que los presos rechacen a la banda terrorista para ser acercados a cárceles en el País Vasco porque ETA ejerció una violencia política, y si el acercamiento está orientado a la reinserción, el mínimo exigible para un condenado por terrorismo es el repudio tajante a la organización a la que perteneció y bajo cuyas siglas ejerció el terrorismo”, ha afirmado.

A juicio del colectivo, es “indispensable” que el Estado “establezca mediante esta exigencia un suelo ético basado en el rechazo a la violencia”. De esta manera, ha recordado que la competencia de decidir dónde cumplen condena los presos “la tiene el Gobierno central, no los Gobiernos autonómicos”.

Hoja de ruta

Por ello, ha pedido al Ejecutivo de Pedro Sánchez que “no permita que el nacionalismo vasco marque la hoja de ruta en materia de política penitenciaria” porque el Gobierno Vasco “trabaja a favor de los intereses de ETA”.

Covite ha insistido en que los últimos Gobiernos del PSOE y del PP establecieron condiciones para que los presos de ETA cumplan condena en prisiones cerca de sus domicilios, de manera que “la distancia que los separa de sus casas está en sus manos”. “Por una cuestión de coherencia, entendemos que quienes antes creían que había que exigir a los presos algo a cambio del acercamiento, también lo tienen que exigir ahora”, ha añadido.

Además, ha advertido al ministro del Interior, Fernando Grande- Marlaska que “no caiga en las trampas lingüísticas de la izquierda abertzale” porque “no sirve la estrategia de 'reconocer el daño causado'”. “De lo que se trata es de que los presos repudien la violencia que ejercieron de forma clara y de forma individual”, ha remarcado.

En este sentido, ha considerado que la “presión” tiene que ir dirigida a la izquierda abertzale “para que deje de presentar a los presos y a sus familiares como víctimas y les permitan rechazar haber pertenecido a ETA”.

“Mientras sigan con sus líneas rojas de no arrepentimiento y no delación, los etarras presos no se van a reinsertar. Acercar a un preso orgulloso de su pasado criminal a un contexto en el que se le jalea no ayuda en nada a su reinserción”, ha concluido.

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