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Tú dices caca, yo digo mierda

Juan López de Uralde

Coportavoz de Equo —

Los expertos en comunicación no se cansan de repetir que el debate político en España pasa necesariamente por las tertulias televisivas. Lo que no se dice en las tertulias es políticamente irrelevante. Así, nos encontramos con brillantes trabajadores parlamentarios cuyas iniciativas pasan desapercibidas para el gran público, mientras asistimos con más estupor que interés al debate mediático sobre cuestiones tan irrelevantes como quién tiene un mayor parecido con los personajes de los Simpson, si los del PP o los de Podemos.

Las tertulias televisivas han ido anteponiendo progresivamente los comentarios de trazo grueso en cualquier tema, por encima del contenido de las propuestas políticas de los distintos agentes. Ello está teniendo muchas consecuencias políticas, y una no menor: el empobrecimiento de la discusión y del debate, que a día de hoy podemos calificar de paupérrimo. Pero al parecer, es lo que marcan los tiempos. O eso nos dicen.

Es desalentador que el trabajo de fondo, sostenido, sólido y de construcción de alternativas haya quedado marginado en los medios de comunicación de masas, en especial la TV, en favor del golpe bajo y el comentario rápido.

Si en el corto plazo las audiencias televisivas aumentan, y eso puede haber generado un aparente crecimiento del interés en la política, la duda que se plantea es hasta qué punto en el medio plazo no se estará produciendo un profundo empobrecimiento del debate político de fondo y de contenidos en España.

El último episodio lo hemos vivido estos días con el: “tú dices caca, yo digo mierda”, entre Hernando e Iglesias. Sin duda un contencioso gracioso, pero absolutamente irrelevante.

Desde mi modesto punto de vista, ante el año electoral que se avecina, es hora de tratar de recuperar la discusión sobre propuestas. Un debate que nos permita analizar los matices, las propuestas de las distintas alternativas políticas, el trabajo realizado y por realizar. Pero eso no solo depende de nosotros; son los medios los que también tienen la responsabilidad de hacerlo.

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