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Las líneas son para pisarlas

Elisa Beni

Uno pinta líneas porque quiere que puedan ser pisadas sin daño. Puede que con un coste o multa posterior pero sin perjuicios. En caso contrario elevaríamos medianas.

Por eso me alegro tanto de oír hablar de líneas, aunque sean rojas, en estas cuestiones de formar gobierno. Nadie habla de muros o de fosos con tiburones, solo de líneas, de esas que pueden pisarse o incluso rebasarse en un descuido. De esas que se borran y se colocan cuando interesa. De esas líneas que incluso pueden ser discontinuas y servir solo para marcarnos el camino.

Lleva razón Pedro Sánchez, las urnas contenían un mandato de cambio. La mayor parte de los electores no eligió a Rajoy como jefe de Gobierno. Por eso para mantenerlo los que están muy interesados predican alianzas contra natura. Y ahí no importa nada, oiga. Todo vale y no hay sino autopistas, de gran peaje para el PSOE, que lleven hasta el objetivo final de mantener el poder en las manos que interesa. Y hasta hay periodistas defendiendo esta ordalía como un gran bien a la patria. Ya hace columnas que les digo que la “Razón de Estado” es esa casa de putas en la que todo el mundo es bienvenido y todo principio puede ser violado sin el más mínimo recato o rubor.

Hace meses estuvo en España James G. Stavridis, el anterior Comandante en Jefe de la OTAN, dando una conferencia. Puso una imagen de su despacho destruido en el Pentagono tras el ataque del 11S y afirmó rotundo: “Los muros, como queda de manifiesto al ver este bunker derruido, no crean seguridad. Solo los puentes, únicamente el soft power, salvará al mundo”. Y de puentes anda hablando Pedro Sánchez también. Y quizá tenga que explicárselo bien a sus conmilitones. A esa otra alma del PSOE. A la que huele un poco a castuza. Tendría que convencerles de que una Ley de Claridad es ahora mismo la única solución para volver a tender puentes. Y no sólo con los nacionalistas. ¡Por Dios, señora Díaz, tiene que ver aunque sea desde tan lejos que los catalanes no separatistas necesitan de una vez un instrumento que les proporcione seguridad y, por qué no, un poco de paz! Son muchos los catalanes no independentistas que saben ya que solo un proceso legal de consulta permitirá probar que esos secesionistas son muchos, oiga sí, pero no son mayoría ni desde luego una mayoría cualificada. Y preguntar no atenta contra la soberanía. Puede consultarlo con Cameron y con Isabel II si es preciso.

Lo del jefe de la OTAN tampoco está mal traído. Nunca hubo otro ejercicio mayor de traspaso de línea roja, de barrera, de muro, que la llevada a cabo por el PSOE de Felipe con el referendum de permanencia en la OTAN. Si alguna vez se demostró que uno puede convencer a sus votantes de que hay cosas que es necesario hacer aunque nos parezcan imposibles de aceptar fue en aquella ocasión.

Vale este cuento también para Podemos. Aunque puedan tener la tentación de pensar que unas elecciones les favorecerían tampoco deben estar tan seguros. Unas nuevas elecciones volverían a aglutinar el voto de la derecha. De eso sí que no tengo duda y no sé si muchos de los votantes de Iglesias, esos que han dejado tirado al PSOE porque buscaban una izquierda más auténtica, estarían dispuestos a aplaudirles que tiren la oportunidad de dar un giro progresista a esta país por la gloria de ser una oposición más fuerte.

Puentes. Sean ingenieros del futuro y arquitectos de un nuevo proyecto de país cimentado en la dignidad de sus gentes y no en los dictaks de los poderes fácticos. Claro que se puede. Hablen de lo que tienen en común. Una cosa detrás de la otra. Cuando tengan ya todos esos pilares, que serán muchos, salven las diferencias. Esa y no otra grandeza es la que les pedimos a los que han entendido que ya no estamos pisando el mismo suelo que antes del túnel de la crisis.

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