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Proposiciones no de ley: un brindis al sol

Hemiciclo del Congreso. EFE/ Fernando Villar
15 de diciembre de 2025 21:28 h

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Define el Diccionario de la DRAE el “brindis al sol” como “cosa que se hace o dice generalmente para obtener algún beneficio, sabiendo que será inviable o que no tendrá ninguna consecuencia”. 

Es, en mi opinión, una definición que se ajusta como un guante a la iniciativa parlamentaria denominada “Proposición No de Ley”. Lamentablemente, es así tanto por definición como por la utilización que los grupos parlamentarios, tanto en el Congreso como en el Senado, hacen de ella. 

Fíjense si serán puros “brindis al sol” que, según diversas fuentes, en los dos años que llevamos de la presente legislatura se habrían presentado más de 2.500 Proposiciones No de Ley en el Congreso de los Diputados y más de 1.400 en el Senado. Ciertamente, no todas se han aprobado, pero sí han salido adelante la mayor parte.

La finalidad de una Proposición No de Ley es, esencialmente, mostrar la posición de la cámara ante un tema concreto, instando al Gobierno a adoptar determinadas medidas al respecto. Ahora bien, dado que la iniciativa carece de carácter legislativo, su eficacia es bien limitada y, en sí misma, carece de toda virtualidad más allá de la ya dicha. Es el Gobierno el destinatario del pronunciamiento y en sus manos queda dar cumplimiento a lo solicitado, en el tiempo y la forma que entienda oportuno, o bien hacer oídos sordos a lo planteado. Normalmente, es este segundo el destino que siguen estas proposiciones. Y, también normalmente, no se pide rendición de cuentas al respecto. Una vez aprobada la Proposición No de Ley y debidamente publicitada, normalmente por su proponente, va a dormir el sueño de los justos, sin que nadie ose interrumpirlo.

Más allá de su tramitación, que puede ser tanto en Pleno o en Comisión, regulada en el Título X del Reglamento del Congreso de los Diputados –artículos 193 a 195– y su concordancia en el del Senado, me interesa comentar un par de estas iniciativas, recientemente aprobadas. Para ilustrar lo que afirmo, esto es, su absoluta inanidad y la consiguiente frivolidad –en términos político-parlamentarios, claro– con la que se presentan.

No niego la buena voluntad de muchas de estas Proposiciones No de Ley. Muchas de ellas vienen impulsadas desde la sociedad civil, desde personas y grupos que trabajan incansable y comprometidamente en sectores muy complicados, que necesitan apoyo público o apoyo mayor del que ya tienen. Lo que quiero expresar es que la aprobación de una iniciativa de esta naturaleza no garantiza en absoluto el recorrido que va a tener y, menos aún, el logro del objetivo en ella plasmado, contra lo que esas personas y grupos pueden legítimamente pensar y esperar. O sea, un auténtico un “brindis al sol” y, si me lo permiten, una “estafa parlamentaria”, en muchos casos.

Vayamos con ese par de ejemplos que quería mencionar. Ambos corresponden a temas que me son muy cercanos, razón por la que los conozco y les he seguido la pista. Y ambos son muy recientes. Los voy a comentar en orden cronológico relativo a la fecha de su aprobación en el Congreso de los Diputados.

La primera de las iniciativas a la que me refiero se aprobó por el Pleno del Congreso el 17 de septiembre pasado. Se trataba de una Proposición No de Ley del Grupo parlamentario Sumar relativa “al establecimiento por ley de un despido realmente restaurativo y disuasorio”, en la que se insta al Gobierno a:

“Adoptar las medidas necesarias para que la legislación española dé cumplimiento a lo dispuesto por los instrumentos internacionales ratificados, en particular la Carta Social Europea, en la interpretación que de ella hace el Comité Europeo de Derechos Sociales, y el Convenio 158 de la OIT, regulando una indemnización en caso de despido improcedente que sea realmente disuasoria y restaurativa.”. La iniciativa ha salido adelante con 171 votos a favor, 170 en contra y 6 abstenciones, siendo de destacar que dicha aprobación ha sido posible por el voto favorable emitido por error por un Diputado del Grupo Parlamentario Popular.

No me negarán que la iniciativa en cuestión permite varios comentarios, al margen de la anécdota – en modo alguno irrelevante – de su aprobación mediando el error dicho. 

El primer comentario que me suscita se refiere al sujeto que plantea la iniciativa: nada menos que un Grupo parlamentario que forma parte del Gobierno con cinco Ministerios, uno de los cuales es, precisamente, el Ministerio de Trabajo, al que, sin duda alguna, compete este tema. Tema acerca del que la Ministra Díaz se ha pronunciado en reiteradas ocasiones en el sentido que se contiene en la Proposición No de Ley aprobada. Y la pregunta es: ¿cómo es posible y qué finalidad tiene que el Congreso inste al Gobierno a adoptar esas medidas, siendo así que el Ministerio puede impulsar un Anteproyecto de Ley para que el Gobierno remita posteriormente el correspondiente Proyecto a las cámaras?. ¿Por qué el Ministerio – y el Gobierno – no hacen lo que creen que deben hacer?. Otro misterio a añadir a los grandes misterios de la humanidad.

El segundo comentario tiene que ver con la modalidad de iniciativa escogida. Siendo una Proposición No de Ley, en este caso se está solicitando del Gobierno que modifique nuestra legislación, lo que solamente cabe hacer mediante una Ley y, por ende, bien por un Proyecto de Ley presentado por el propio Gobierno, bien por una Proposición de Ley presentada por un número determinado de miembros del Congreso o del Senado.

En definitiva, una iniciativa parlamentaria en mi opinión absurda, innecesaria, superflua, sin efecto alguno y solamente útil para la propaganda política. Completamente inútil, en definitiva, en sí misma, para “cambiar la vida de la gente”. Pero, sin duda, construye un determinado relato.

La segunda Proposición No de Ley a comentar la presentó el pasado 12 de febrero el Grupo Parlamentario Socialista, y es relativa a la lucha contra las Enfermedades Tropicales Desatendidas – en adelante, ETDs -, para su debate en pleno. Ya hice un comentario a este respecto en este mismo espacio de opinión el 24 de marzo, un comentario muy optimista, la verdad, pues me alegró infinitamente que, en medio de la trifulca política, este tema también fuera del interés parlamentario. Aquella iniciativa instaba al Gobierno, en esencia, a, entre otras acciones, continuar apoyando y reforzando la lucha contra las ETDs a través de los programas y proyectos de diferentes Organizaciones – Internacionales y No Gubernamentales - que participan en dicha lucha, analizar la posibilidad de incluir en el futuro en el Plan de Acción de la Agencia Española de Cooperación Internacional para el Desarrollo – AECID – una mención expresa a la inversión en la lucha contra las ETDs.

Pues bien, es cierto también en este caso, como en el anterior, que es el Gobierno el que tiene en sus manos dar respuesta a todas estos tremendos e inaplazables retos, en esta materia, a través del Ministerio de Asuntos Exteriores, Unión Europea y Cooperación, al que está adscrita la AECID, y que, por tanto, no se comprende tampoco la iniciativa del Grupo Socialista, parte mayoritaria del Gobierno y en cuyas manos está dicho Ministerio, pues bien podía haber actuado directamente y a tiempo.

En todo caso, el texto de la Proposición No de Ley de referencia ha sido aprobado por el Pleno del Congreso, si bien su alcance es muy limitado, no solamente por sus propios vagos e indeterminados términos, sino también por quedar al albur de la actuación del Gobierno y la AECID y porque han quedado fuera menciones expresas a África y a ETDs de manifestación cutánea, que son el alta prevalencia.

En todo caso, bienvenidas sean algunas de estas iniciativas, aunque en sí mismas sean innecesarias con relación al cauce seguido. Cumpla ahora el Gobierno con lo que el Congreso le ha solicitado, en peticiones impulsadas por los Grupos Parlamentarios que forman parte del propio Ejecutivo. 

Es de suponer que ya no falta nada más para que se aborden estas cuestiones, en los términos planteados, de manera positiva, con los medios económicos necesarios y una acción realmente proactiva. Ya están todos los elementos necesarios, pues está el mandato y el sujeto interpelado y obligado – el Gobierno –, se insta a sí mismo por tercero interpuesto – los Grupos Parlamentarios -, por lo que debe, sin duda, actuar inmediata y convencidamente. Es lo menos que cabe exigir para cumplir con las Proposiciones No de Ley y, sobre todo, para lograr un mundo más justo. Más justo para todas las personas trabajadoras de aquí y para las personas y poblaciones más vulnerables de entre las vulnerables.

Es de esperar que en breve tendremos noticias muy positivas de alguna iniciativa legislativa del Gobierno en lo que es preciso para responder a este pronunciamiento parlamentario. Si no, seguirá siendo un mero brindis al sol y, si me lo permiten, una auténtica “estafa” parlamentaria y gubernamental.

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