España y su atasco judicial

España es el país donde los jueces soslayan su Constitución, me parece.

Con los órganos rectores pasados de tiempo, caducados y, ¿podría decirse que presuntamente ilegales?

Como ciudadano apolítico y moderado, estoy sumido entre la confusión y el escándalo.

Partidos políticos ferozmente adversos, los mayores oponentes con mucho que perder con la renovación del poder judicial. Sentencias favorables a sus intereses, carpetazos y maniobras sucias y pestilentes, consentidas y soslayadas.

¿Es así España un país democrático?

La llamada vergüenza torera, practicada en otros países, supone dimisiones y hasta inculpaciones. Pero aquí no dimite nadie. Las poltronas son acogedoras y rentables.

Si los políticos están tan apegados a sus intereses de partido, si son tan obtusos o mal intencionados, creo que hacer gala de dignidad y pundonor en ese conjunto de señores puros, uniformados tan pulcra y severamente, cargados de insignias y medallones, interpretadores de las leyes, ayudaría a resolver el caso.

Porque, en mi opinión, y además ya dicho por algún antecesor, esa dimisión solucionaría el problema. Yo añadiría que, además, tranquilizaría a la mayoría silenciosa.

Mis disculpas si alguien se siente herido. Esto es simplemente pensar por escrito.