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Bronca en el Congreso a cuenta de las mociones del PP y Ciudadanos sobre la defensa de España y Catalunya

Cataluña y la defensa de España enfrenta en el pleno al PP y Ciudadnos con los demás grupos del Congreso

Carmen Moraga

El debate de dos mociones que se han debatido este martes en el Congreso sobre la unidad de España y la violencia que hay en Catalunya, traídas por separado por el PP y Ciudadanos, que coinciden en exigir la aplicación del 155, ha terminado en una buena bronca a ambos grupos por parte del resto de la Cámara. Las dos mociones fueron rechazadas con un resultado muy ajustado: 167 y 168 votos a favor y 177 y 178 en contra en cada caso.

El colofón a la tensión que se ha vivido en el hemiciclo ha sido el insulto que el diputado por Lleida del PP, José Ignacio Llorens, ha lanzado al portavoz del PSOE, José Zaragoza, al que, en una acalorada intervención, ha pedido que se comporten con más “lealtad” en Catalunya y le ha dicho airadamente: “No tenéis vergüenza. No sé cómo pueden poner a un portavoz como usted”.

La portavoz socialista, Adriana Lastra, ha pedido a la presidencia de la mesa del Congreso que exigiera a Llorens que retirara el insulto, asegurando que le había llamado “sinvergüenza”.

Ignacio Prendes, que ejercía como presidente de la Cámara en ese momento, preguntó al diputado del PP si retiraba la descalificación, pero no lo consiguió. “He dicho que no tenían vergüenza y lo sigo diciendo”, se limitó a replicar Llorens ante los abucheos de la bancada del PSOE y la aprobación de sus compañeros de grupo.

La tensión ya comenzó con el debate de la moción del PP, defendida por la diputada catalana Alicia Sánchez Camacho, que exigió al Gobierno de Sánchez “decisiones valientes” ante la “gravedad de la situación en Catalunya”. Camacho instó al presidente del Gobierno a requerir al president de la Generalitat, Quim Torra, a “que cumpla con el mandato de la Constitución”, o de lo contrario volver a aplicar el 155 con la autorización del Senado, pero esta vez “con mayor dureza” para “controlar TV3 y las escuelas”.

Pero continuó después con el debate de la otra moción de Ciudadanos, defendida por el propio Albert Rivera, en la que, entre otras cosas, se insta al Gobierno a “prevenir y atajar la violencia en Catalunya”.

El hecho de que hoy se cumpliera justo un año del encarcelamiento de los Jordis, Jordi Sánchez y Jordi Cuixart, no pasó desapercibido en las intervenciones de los partidos catalanes.

La mayoría de estos portavoces que intervinieron en las dos mociones se lanzaron a criticar al PP y a Ciudadanos señalando que sus iniciativas eran “como dos gotas de agua” y acusándoles de rivalizar para ver cuál de los dos partidos está “más a la derecha” o en “la derecha más extrema”.

“Señora Camacho es usted una bombera pirómana” “Habla de enemigos con un lenguaje bélico que dice mucho del PP”, le espetó el diputado del PDeCAT, Jordi Xuclá.

“Usted ha venido aquí con un lenguaje tremendista”, le dijo luego el diputado del PNV, Mikel Lejarda, que abogó por “el diálogo” como fórmula para desatascar “el ”conflicto“ catalán, mientras Carolina Telechea, de ERC, espetaba a Camacho que ”su empeño por tergiversar la realidad catalana no tiene límites“.

A ERC le siguieron los reproches del portavoz de Unidos Podemos, Jaume Moya, que destacó la connivencia en estos asuntos del PP y Ciudadanos. “Llegan juntos agarrados del talle a ver quién es más español y levanta más alta la bandera”, le dijo a la diputada del PP, mientras el socialista Manuel Cruz aconsejaba a los populares que “no sigan por el camino de la demagogia” y se decidieran mejor “por el camino de la sensatez”.

La posterior intervención de Rivera en defensa de la moción de Ciudadanos tensó más el ambiente. Rivera atacó con dureza a Pedro Sánchez al que insistió en responsabilizar de la violencia que hay en Catalunya y de que Torra no acate la Constitución por lo que, como había hecho Camacho momentos antes, reclamó la aplicación de nuevo del artículo 155 de la Constitución.

“Tienen que mojarse señores socialistas y decir no a la violencia. ¿O es que a ustedes les da todo igual? ¿De verdad que van a votar en contra de la moción?, retó el líder de Ciudadanos al PSOE. ”Les invito a una reflexión. Han abandonado el constitucionalismo“.

La réplica de los demás portavoces pasó por el dardo de Joan Baldoví, de Compromís, que le dijo a Rivera que estaba haciendo una “política rastrera y demagógica y de baja altura”; a los reproches de Feliu-Joan Guillaumes, del PDeCAT, que atacó al líder de Cs por estar “en rachita pidiendo el 155 en una carrera loca con el PP para ver quién llega antes a la extrema derecha hasta caer en el precipicio”.

Pero quién más irritó a Rivera fue Gabriel Rufián, de ERC, que se dirigió a la bancada naranja como “señores de Vox, perdón de Ciudadanos”, para asegurar después que “les conocemos perfectamente porque llevan once años haciendo y diciendo en Catalunya exactamente lo mismo”.

El diputado de ERC vaticinó que tarde o tempramo “los carceleros de toga y escaño algún día se sentarán en un tribunal de Derechos Humanos” por haber encarcelado a los independentistas y haber impedido el referéndum en Catalunya.

“Cuando decíamos que son más de derechas que la cabra de la Legión algunos nos decían que no los conocíamos, ahora ya lo saben”, siguió Rufián.

A las criticas a Rivera se unieron Mar García, de Unidos Podemos, y de nuevo Mikel Legarda, del PNV.

La bronca llegó cuando Ignacio Llorens, diputado por Lleida del PP, se lanzó contra el portavoz del PSOE, José Zaragoza, que había criticado en su turno al PP por “hablar de Catalunya por hablar, por cubrir su cuota mediática”.

“Son los que aglutinan al independentismo, ¿no se han dado cuenta?. Son ustedes el cemento del independentismo”, dijo Zaragoza, a lo que Llorens le respondió muy enfadado: “Usted si es una vergüenza para Lleida”. “Ustedes están del lado de los que reprueban al rey y quieren romper España y con los que nos llevan a la recesión con unos presupuestos ruinosos”.

“No nos pidan lealtad a la deslealtad”. “Señor Sánchez usted es un preso político de los políticos presos”, finalizó Llorens dirigiéndose a la bancada azul desierta a esas hora de la tarde.

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