España apela a una “nueva vigencia” del legado de Mandela para superar retos

El ministro español de Asuntos Exteriores, Josep Borrell, apeló hoy a darle una “nueva vigencia” al legado de Nelson Mandela para afrontar, con el “optimismo” de las conquistas logradas, los desafíos pendientes en un mundo globalizado, pues persisten las desigualdades sociales y económicas.

En su intervención ante la Asamblea General de la ONU, en una cumbre por la paz centrada en conmemorar el centenario del nacimiento del líder sudafricano y Nobel de la Paz, Borrell rindió tributo a Mandela, “un gran hombre” que trajo “esperanza” y fue ejemplo de “generosidad y reconciliación”, que “nos enseñó a vivir respetando la libertad de los demás”.

“Pero su legado necesita ser recordado para darle nueva vigencia, ya que persiste la injusticia y la desigualdad, parece que el crecimiento económico solo beneficia a los que más tienen, porque estamos viviendo una crisis identitaria que nos hace difícil recordar quiénes somos y nuestra tradiciones se ven amenazadas por la globalización”, expuso Borrell ante cerca de 193 representantes de países de todo el mundo.

Para el ministro español, Mandela respondería a estos retos con “optimismo”, sabedor que “tras escalar una montaña luego viene otra”, y sobre todo supo porque supo que tras dos guerras mundiales, “nació la ONU, se hizo la Declaración de Derechos Humanos, hubo reglas en el comercio mundial para que los hombres fuesen iguales, en los 90 hubo grandes avances con la creación de la Corte Penal Internacional, la Cumbre de 2005, nuevos avances en educación, sanidad, acceso al agua”, entre otras cuestiones.

Desde el legado de Mandela, “que sitúa la dignidad humana en el centro de nuestra acción”, Borrell lanzó así un mensaje a los “escépticos” en el progreso mundial, y puso de ejemplo para ello “la conferencia del cambio climático en Paris, la histórica marcha para la igualdad de la mujer que inundó las calles de medio mundo, como las de mi país, y el pacto por los inmigrantes y refugiados”.

En definitiva, Borrell cree que todo esto y la cumbre que hoy apela al legado de Mandela deben servir como “acicate para un trabajo conjunto, una inyección de optimismo conjunto y un gesto de reconocimiento para el inmenso valor del legado” de Mandela.