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“Entre Pablo e Íñigo me quedo con Irene”

Lorena Ruiz-Huerta, diputada y portavoz de Podemos en la Asamblea de Madrid

Gabriela Wiener

Esta entrevista comenzó, hace una semana, en un sofá muy cómodo de la Asamblea de la Comunidad de Madrid, y acabó este lunes en un chat, Bogotá-Madrid, en el que Lorena Ruiz-Huerta hablaba de las secuelas de un tuit.  Sí, porque tuitear su apoyo al candidato de la izquierda colombiana, Gustavo Petro, cuando aún ni había despegado de suelo madrileño, le valió a la portavoza (sic) de Podemos de la Asamblea de Madrid, la expulsión de la misión de observadora internacional que se le había encomendado cumplir durante las elecciones presidenciales en Colombia, y el casi peor linchamiento en redes, cortesía de la derecha española y también de la colombiana. “Ya se sabe que la derecha es la misma en todas partes del mundo, defiende los mismos intereses”, me dice a pocas horas de tomar el vuelo de regreso a Madrid.

Ser conocida por tener posiciones disidentes dentro del partido, por ser crítica con su propia agrupación política y hacer señalamientos a sus dirigentes, incluso públicas, cuando le ha parecido pertinente, no han convertido a Lorena en amiga personal de Eduardo Inda, al contrario, es uno de los blancos favoritos de los haters de Podemos, que llevan días atacándola virulentamente.  

¿De dónde sale el chivatazo de tu tuit?  

En Colombia tienen muy claro que la advertencia sobre mi tuit vino de la derecha española. Que probablemente fue la propia derecha de España, institucional y oligárquica, que dio aviso al uribismo sobre mi tuit. A la derecha española le inquieta el triunfo de la izquierda. Y ya sabes que la izquierda colombiana ha estado muy cerca y lógicamente fueron ellos los que advirtieron a la Comisión Electoral que tomó una decisión completamente desproporcionada porque decidí mostrar mi apoyo al candidato que está comprometido con sacar a Colombia de la guerra, la desigualdad y la corrupción, a diferencia del candidato de la derecha, que está comprometido con todo lo contrario.  Ahora dicen que pueden abrirme un expediente administrativo, con distintas sanciones posibles. Aseguran que mentí sobre el alojamiento en Colombia: puse la dirección del hotel de la misión cuando pasé la aduana, pero como me echaron pues obviamente no estaba ahí. Me echaron también del hotel. Es una trampa política.

¿Por qué toman una decisión tan drástica?

La Comisión Nacional Electoral confunde, por supuesto de manera torticera e interesada, lo que es trabajar escrupulosamente y de forma imparcial durante el desempeño de las funciones como observadora internacional, con el hecho de tener una posición política. Yo soy una política de Podemos, un partido que se ha manifestado expresamente en favor del candidato de la izquierda y que hace una semana está en Bogotá haciendo parte de la campaña. Es completamente absurdo pensar que yo no tengo una posición política como todo el resto de componentes de la misión, como los que llegaron designados por los magistrados de derecha del Comité Electoral. Huelga decir que en la misión del Parlamento Europeo, el cien por cien de los integrantes de la misión eran miembros del Partido Popular Europeo o incluso de partidos de extrema derecha de otros países de la Unión Europea. ¿Eso quiere decir que son objetivos? Obviamente no, tienen una posición política como los que somos de izquierda, pero eso no nos resta capacidad para velar por un proceso limpio, porque precisamente éramos los de la izquierda los más interesados en que las elecciones se celebraran de manera transparente, porque ha sido la derecha la que históricamente ha cometido mayor cantidad de fraudes y ha robado las elecciones al pueblo de Colombia.

Es decir, que acusas a las Comisión de no haber sido imparcial.

La Comisión Nacional Electoral tiene muy poca credibilidad. Según el fiscal general de Colombia el partido de derecha cometió fraude en la primera vuelta. También permitieron que Duque se negara a participar del debate televisivo, junto a Petro, vulnerando la ley electoral y un día antes de la votación, emitió en ese mismo espacio una entrevista hecha días antes a Duque. Eso para el derecho electoral europeo sería delictivo y un fraude monumental y pasó bajo la supervisión de este ente electoral que presume de pureza, permitiéndose el lujo de expulsar a una observadora internacional que ha manifestado su apoyo por el candidato de la paz y la decencia.

De vuelta al Gobierno de España

Le digo a Lorena que han sido las mujeres del municipalismo y las de Podemos las que han hablado de acoger refugiados desde hace varios años y de feminizar la política. Ha sido Podemos el partido que más ha señalado al PP como una organización corrupta. Y va Sánchez y echa a Rajoy. Y va Sánchez y abre los puertos a los barcos de migrantes. Y va Sánchez y pone más del 60% de ministras... Hay la sensación de que nadie sabe para quién trabaja.

¿No es curioso que Podemos esté siendo una ayuda incondicional, una “herramienta para el cambio” sin estar en la primera línea y sin llevarse los réditos por ello?

Echar a Rajoy y apoyar una moción de censura que pusiera al PSOE en el Gobierno era una necesidad, no teníamos otro remedio, no podía seguir gobernándonos un partido condenado por corrupción con la sentencia más escandalosa que se conoce en el entorno europeo. Pero es verdad, el Gobierno de Sánchez nos ha puesto en aprietos, porque por un lado hace guiños inequívocos a la derecha, como la Ministra de Economía, que ha sido muy bien recibida y aplaudida por los mercados financieros. O un Ministro de Interior que creo va a tranquilizar a los sectores más reaccionarios y autoritarios de la sociedad. Y por otro lado hace gestos como el del barco Aquarius, y eso nos come un poco la tostada a Podemos. En el año que resta hasta las Elecciones Generales, Podemos tiene que hacer el esfuerzo por diferenciarse muy bien del PSOE y disputarle la hegemonía de la izquierda, no podemos regalársela.

¿Cuál crees que debe ser el papel de Podemos en este Gobierno, aunque queda claro que ya no seréis parte del Gobierno?

Podemos empezó pidiendo entrar en el Gobierno de Pedro Sánchez. Ofreciendo al Psoe los diputados para que se formara un mayoría parlamentaria más amplia y a cambio entrar en el Gobierno. A mí me parecía que esa era una estrategia equivocada; creo que es preferible que Podemos se mantenga en la oposición, e ir llegando a acuerdos con el PSOE punto por punto, cuando se necesite aprobar una ley u oponernos críticamente cuando haga falta. Pero entrar en el Gobierno significa desdibujarnos, y que el PSOE se quede con la izquierda. Creo que desde la oposición debemos diferenciarnos y marcar claramente que somos nosotros la izquierda transformadora. Se nos olvida qué es el PSOE.

Recuérdanoslo, por favor, que anda la gente muy desmemoriada.

El PSOE, por mucho que ahora Pedro Sánchez haga gestos que son bienvenidos, sigue siendo ese partido que ha gobernado España durante 21 años de los 39 que llevamos de democracia, y que ha sido el partido de la desilusión de las clases trabajadoras: aprobó el artículo 135 de la Constitución, por ejemplo, que prioriza el pago de las deudas a los bancos por encima del rescate de las personas. Es el partido que aprobó así mismo una dura reforma laboral, es el partido que abrió las puertas a la privatización de los servicios públicos, y que ha aplicado políticas de austeridad y de recortes. Por lo tanto, no es la izquierda que viene a transformar, es la izquierda que viene a hacer reformas de maquillaje.

¿Has sentido alivio de no formar parte de este Gobierno entonces?

Sí, creo que es mejor para nosotros, para dejar clara nuestra identidad. Estamos llamados a transformar radicalmente este país, no solo Podemos, también otros actores políticos, el bloque del cambio. ¿Qué había sido de Podemos cuando algunos de estos ministros pusieran en marcha las políticas que dictan su ideología? Nosotros hubiéramos quedado manchados por esas políticas también.

Soñar con un sofá, no con un chalet

“¿Habías venido antes?”, me pregunta mientras abre la puerta del hemiciclo de la Asamblea de la Comunidad de Madrid. Aquí, en este lugar tan peripuesto, limpio y reluciente, que veo por primera vez es donde, según Lorena Ruiz-Huerta, se hacen las políticas nefastas para la mayoría social, aquí se recortan derechos y se descapitalizan servicios públicos. En suma, es un lugar muy sucio. ¿Ha mejorado algo desde que llegaste? “No, porque sigue gobernando el Partido Popular –contesta sin dudarlo– como desde hace 23 años. A mí me parece una vergüenza que en pleno siglo XXI y siendo una región tan rica, haya miles de familias que aún viven en una situación desesperada de pobreza. El PP la ha convertido en un paraíso fiscal para los ricos”. Desde la llegada de Podemos, sin embargo, sopla algo de aire fresco, hay transmisiones en streaming de los debates, más transparencia en la Cámara, un par de comisiones exitosas y aunque no pueden adjudicarse la salida de Cifuentes, Lorena me recuerda la oposición tenaz de su partido que también sumó un buen empujón. “Pero para transformar Madrid necesitamos conquistar el ejecutivo”. Por ahora conquistamos un par de sofás: “sueño con poder sentarme en ellos todo el día”.

Lorena, hablando de sueños, ¿tú has querido alguna vez un chalet, has querido correr hacia un chalet con piscina de manera irreprimible, casi suicida…?

La verdad es que yo no tengo que reprimirme porque soy una persona de gustos sencillos. Vivo de alquiler en un apartamento muy pequeño, en el que estoy muy cómoda y no echo de menos nada. Yo me siento privilegiada porque vivo en un país del primer mundo, en una Europa confortable, con servicios públicos. Tengo un salario digno, por eso nunca he tenido esa tentación, lo cual no quiere decir que no me gusten las casas espléndidas con jardín, me gustan las cosas buenas. A mí me gusta más vestirme de Prada que de Zara, pero no necesito ir de Prada, soy feliz visitiéndome con ropa sencilla. No aspiro ni a tener una vivienda en propiedad, solo a ganarme la vida con dignidad.

Entonces, ¿más bien vienes huyendo de algún chalet, del de tu infancia?

En casa de mi abuela, una muchacha nos servía la merluza los domingo con guantes blancos. Yo he vivido algunas contradicciones fuertes por mis abuelos, sobre todo el paterno, que era de una burguesía más acomodada, pero mis padres se desclasaron muy jóvenes, han sido dos personas normales, muy progres, de izquierda, con sus trabajos normales. Así que yo no tengo ningún mérito. Mis hermanos y yo fuimos a una escuela pública en el Rastro y vivíamos en una vivienda de protección oficial en Pirámides, que en los 80 no era lo que es hoy.  

Sabemos que consideraste un error la consulta propuesta por Pablo e Irene tras la polémica del chalet. Para muchos les salió bien. ¿Para ti les salió bien?

Creo que innecesariamente la dirección de mi partido ha enseñado al enemigo una debilidad: que hay un cerca un 32% de personas dentro de Podemos que no están contentas con cómo está funcionando el partido, que han impugnado a la dirección y creo que esa es una mala cosa. Pablo e Irene tomaron una decisión personal acerca de su vida privada que no voy a valorar, pero sí que he juzgado negativamente la consulta porque creo que si ellos se han sentido criticados, ellos tendrían que haber asumido responsabilidades solos, pero no trasladarlas al partido. Una vez hecha creo que es para reflexionar. Han ganado la consulta pero con un porcentaje de oposición elevado sin que haya precedentes en Podemos.

Incluso cuando te han acusado de que con amigas como tú para qué se necesitan enemigas, defiendes del derecho a discrepar sin ser desleal. ¿Crees que con esa manera de hacer política que propones, por ejemplo haciendo públicas las discrepancias, con autocrítica y cuestionamiento interno, se puede llegar al poder?

Se tiene que poder llegar por esas otras vías sino yo no estaría en Podemos. Impugno la idea de que “la política es así”. En el 15M había una impugnación del régimen del 78 y se decidió que queríamos llegar a las instituciones para democratizarlas y para que la maquinaria funcionara de otra manera Yo era muy feliz siendo abogada y enseñando, pero lo dejé porque se supone que veníamos a hacer eso. Me parece más deseable dirimir cuestiones internas fuera del espacio público, pero es que cada vez hay menos espacio para el debate interno. Y si se discrepa usando los medios de comunicación, lo que no cabe es hacer chantaje emocional. He sufrido una campaña en contra por discrepar, pero no he sido desleal, no sólo porque trabajo y lo doy todo cuando lo hago sino porque cuando discrepo lo hago siempre desde posiciones políticas. Y yo creo que eso es admisible y es respetable.

Te opusiste al pacto Errejón-Espinar, y finalmente no formas parte de la nueva lista de cara a las Primarias de Podemos. Esto podría dejarte fuera del proceso, con todo lo que te costó llegar.  ¿Fue una decisión difícil?

Ha sido una decisión muy dura no ir a las primarias contra Íñigo Errejón. Yo quería ir, llevaba tiempo preparándome psicológicamente para ese momento, y no entendí la decisión de la asamblea de Podemos en Movimiento [su grupo]. El 80% votó en contra de ir a las Primarias por entenderlas como un sistema que no garantizaba la democracia ni la pluralidad, en la que las cartas estaban marcadas porque la dirección ya se había posicionado a favor de uno de los candidatos [Errejón]. La gente está cansada de dar batalla y por eso votaron en contra.

¿Por qué tú querías ir?

Yo personalmente prefería ir porque me preocupaba toda esa gente que quería votar por una opción diferente. Pero no se podía tratar de llegar a un acuerdo como el que ofrecían Errejón y Espinar, sin hablar de contenidos políticos, sin ponernos de acuerdo sobre criterios políticos. Y por eso se decidió que no.

¿Y dónde quedáis vosotros?

En trabajar en favor de la unidad popular. Vamos a tratar de convencer a Podemos de que se celebren unas nuevas primarias con todos lo actores políticos que forman parte del bloque del cambio. Nos puede salir bien o puede ser que perdamos y nos quedemos fuera.

¿Qué es lo que demandas?

Yo estoy luchando por transformar el partido y que se parezca a lo que originalmente éramos, ese partido que salió del 15M. Ese Pablo Iglesias que después de hacer el manifiesto Mover Ficha, le lanzó un órdago a Cayo Lara para que se celebraran unas primarias abiertas y ciudadanas en la que toda le gente, independientemente de su filiación política o no, pudiera elegir quienes eran sus dirigentes. Ahora Podemos está en la posición contraria, defendiendo un modelo absolutamente rígido, y poco democrático para estas primarias, que no son ni primarias, son un plebiscito para designar a una candidato elegido a dedo por la dirección. Esa organización a mí no me representa. Si perdemos yo lo sentiré por el proyecto de la izquierda porque me parece que en ese caso Podemos habrá perdido mucho cualitativamente, pero entonces yo no estaré ahí.

¿Qué necesidad tenía Errejón de presentarse como cabeza de lista? ¿Fue ambición o un cálculo oportunista, porque se vio con más posibilidades de ganar que Espinar y el actual equipo?

No se qué es lo que está detrás porque a mí no me lo han explicado y yo no he estado en esa toma de decisión, así que sería un especulación. Para mí lo que se demuestra es miopía al pensar que con esa lista se van a ganar las elecciones en 2019, porque es una lista que no ilusiona.

¿Por qué?

Porque está hecha en un despacho. Porque faltan muchos actores políticos que hagan guiños a los movimientos sociales, que muevan votantes. Hay un proceso de removilización en la calle y hay que tenerlo muy en cuenta. Falta un perfil activista, falta un perfil reconocible feminista, perfiles sindicalistas…No es una lista ganadora. Por ejemplo, el movimiento feminista ya se reúne con las pensionistas, con las kellys, con las trabajadoras del hogar, con las luchadoras de la PAH, todas están uniéndose para hacer esa gran unidad popular. Y lo está demandando igualmente Izquierda Unida.

¿Y qué dirá la dirección general?

Confío en que mis compañeros de partido, que son personas muy inteligentes, con mucha formación política, sean capaces de tener la generosidad y la altura de miras para entender el momento político presente. Uno en el que tenemos por primera vez a la derecha contra las cuerdas tras la moción de censura, que ha sido un jaque mate para PP y Ciudadanos. Ante esta situación de estar por primera vez disputándole el poder a la derecha, nuestra posición como Podemos no puede ser la de contentarnos con que gane el PSOE y darles el apoyo. Tenemos que luchar por darle el sorpasso al PSOE y ganar el poder.

Pero de otra manera...

Claro, no de la manera que está defendiendo Íñigo Errejón, sino que se participe en un encuentro programático en el que se debata y se vote un programa que sea de mínimos, de acuerdos políticos y que culmine en un proceso de primarias abierto y democrático.

¿Con quiénes piensan contar en este Manifiesto por Madrid de unidad popular?

Con algunos cargos públicos de Podemos. También centenares de personas del mundo de la cultura, gente de IU, de Equo...Nos queremos sentar con los máximos actores posibles de la sociedad y discutir de política hasta lograr hacer un programa. Hay cosas que debemos copiar de Ahora MAdrid, por lo diverso, pero no puede volver a pasar que cuando se gana el poder político ese programa se vuelve sólo un catálogo de sugerencias. El programa debe ser un contrato de obligado cumplimiento.

'Machitos' anticapi

Errejón, Iglesias, Espinar… Rechina un poco la imagen de los tres líderes de Podemos con el “Nosotras” detrás, el color morado, y aún más tratándose de un partido que se dice feminista o que en algún momento ha llegado a hablar de feminizar la política. ¿Si Podemos llegara al poder pondría tantas ministras como Sánchez o tendría que poner más… o menos?, le pregunto a Lorena. “Creo que el PSOE ha sido muy inteligente y muy audaz, no sé si Podemos lo hubiera hecho tan bien en ese sentido. Tengo mis dudas. Quizá porque lo marcan nuestros estatutos habría sido un Gobierno paritario estricto, pero desde luego Pedro Sánchez, del que no me lo esperaba, ha puesto el listón muy alto”.  

Os habéis quedado un poco en shock...

Mira lo listo que ha sido Sánchez que lo ha hecho sin nombrar una sola vez la palabra feminista. Yo no creo que este Gobierno sea feminista porque para ser feminista hay que hacer políticas feministas y no apuntan maneras –lo más importante y lo más urgente que tiene el movimiento feminista es transformar el orden socioeconómico–, pero sí ha hecho un gesto feminista muy importante. Y no podemos sino saludar esa medida. Este es el tiempo de las mujeres y hay que actuar en consecuencia. Ahora bien, el único partido a la altura de las circunstancias el 8 de Marzo cuando se convocó la huelga feminista fue Podemos, que la secundó. Mujeres cargos públicos secundamos la huelga, cosa que no hicieron las diputadas del PSOE. Yo creo que esta es una conquista del movimiento feminista. Que Pedro Sánchez hoy se haya sentido presionado, en su pretensión de ser un Gobierno progresista y de avance social, a contar con tantas mujeres, es algo que le debemos al movimiento feminista. Lamentablemente siguen siendo los hombres los que ocupan la primera línea del poder en todos los ámbitos. Y son ellos quienes ejecutan, mientras nosotras gritamos y exigimos desde las calles.

¿Por qué tiene Podemos un problema tan grande con el personalismo de tres hombres como mínimo y cuánto de ese problema es en realidad una cuestión de formas de hacer nada feministas?

Creo que con todo lo criticable, el partido más feminista en el panorama español es Podemos. Dicho lo cual, es un partido que también vive en un sistema patriarcal y que adolece de los mismos defectos que cualquier organización o institución del Estado: es machista. Y yo creo que no es un problema de las distintas individualidades, sino de cómo son los hombres en general. Ese tipo de perfiles existen en todos los espacios, también en Anticapitalistas. Allí donde se manifiesta oposición a la manera de ejercer el poder tan vertical por parte de los hombres de la dirección de Podemos, allí están exactamente igual.

La pasas mal ahí dentro eh...

Creo que nos queda mucho, y además a mí hay algo que me preocupa y es que las mujeres feministas, las activistas, las mujeres inteligentes formadas en política, no dan el paso para estar en política institucional. Yo me las veo y me las deseo para encontrar compañeras de viaje. Prefieren trabajar en los movimientos sociales, porque en general a las mujeres les da mucha pereza meterse en este plan de la política de partidos y puedo entenderlo, porque da mucha pereza el comportamiento de nuestros compañeros varones. Pero la de TODOS: los que están en la dirección y los que están en la sección crítica. Y esto lo digo con el dolor de mi corazón y sabiendo que me voy a llevar un cachetón, pero mi crítica va para todos los hombres de la derecha y de la izquierda también.

¿Qué les pasa?

Me parece problemático lo poco que se miran la masculinidad los hombres. Por ejemplo, sale una sentencia como la de la Manada y no surge ni un solo grupo de hombres que se plantee: oye a ver qué nos está pasando si nosotros las violamos, ¿no? ¿Por qué ellos no se plantean nunca nada? Y desde luego se plantean muy poco su masculinidad. Piensan que con hablar en femenino en las asambleas o desdoblar el lenguaje o que con ser de izquierda ya son feministas, cuando la realidad es que en cualquier espacio, en cualquier reunión, o en cualquier asamblea, hablan mucho más que nosotras, de una manera mucho más autoritaria, y siguen tomando las decisiones entre ellos. Es decir, siguen haciendo prácticas absolutamente masculinas y que expulsan a las mujeres. No se yo pero creo que nosotras tenemos mucho que luchar y exigir, pero ellos tienen mucho que mirarse.

Esto es muy intuitivo pero, ¿no deberían apartarse Iglesias y Errejón y dar paso a quienes han hecho mucho mejor su trabajo en los últimos tiempos, pienso en Ada Colau o Mónica Oltra, pensando en las elecciones venideras? Aparte de que habría que convencerlas, ¿qué tendría que pasar en Podemos para que haya este relevo?

Me hablas de que los dirigentes varones de mi partido den un paso atrás para que den un paso adelante dos mujeres que para empezar son de otro partido político. Eso sería imposible, pero bueno, hay otras muchas mujeres muy valiosas dentro de Podemos también.

Dime algún nombre que podría funcionar como presidenciable.

Creo que hay maravillosas dirigentes mujeres, como Teresa Rodríguez, que es una magnífica dirigente.

¿Irene?

Irene es una magnífica parlamentaria, lo ha demostrado en muchísimas ocasiones, haciendo un trabajo brillante como portavoz en el Congreso de los diputados.

¿Ves imposible que pueda haber una coalición para ganarle a Ciudadanos en las próximas elecciones encabezada por Ada Colau?

Bueno, lo de Ada es una cosa… es que es demasiado. Yo tuve la suerte de escucharla en los desayunos del Forum Europa y es una barbaridad, es espectacular. Ella tendría que querer. Pero lo cierto es que su candidatura no podría venir desde arriba, tendría que ser un movimiento desde abajo. Yo sí que creo que las mujeres tenemos que cambiar mucho la política, pero más que que entre Adau Coalu, así por arriba –que tampoco creo que eso sea un gesto especialmente transformador–, el gesto tiene que venir de las bases.

¿Entre Pablo e Íñigo te quedas con Irene?

Sin duda.

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