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¡Catalanes, ríndanse! ¡Están rodeados!

Suso de Toro

Catalanes, ¿pero es que no lo comprenden? Ustedes, que eran tan sensatos o eso creíamos los españoles, han perdido la cabeza. ¿Pero es que no saben a lo que se enfrentan? ¡¡A España!! Hemos perdido todas las guerras fuera pero nunca hemos perdido una guerra contra ciudadanos españoles, bien sean rojos, separatistas o, suele suceder, una alianza de ambos como la suya.

¡Ríndanse, aún están a tiempo! ¡Aún les queda una semana para recapacitar! ¡Salgan con las manos en alto y entréguennos sus votos! ¡Se los recogerán nuestros encargados! Hemos sido demasiado comprensivos y ustedes han abusado de nuestra paciencia, en su momento consentimos en darles un dedo y ustedes se quieren llevar la mano, pero no consentiremos el desmembramiento de la patria que es una, como bien reza nuestra sagrada constitución.

La patria de ustedes es el Reino de España y no la República catalana. Lo acaba de recordar el ex presidente del Tribunal Constitucional, señor Rubio Llorente: si vuelven a las andadas esto volverá a ser lo de 1934. Cuando Companys y los suyos proclamaron el Estado catalán dentro de la República federal española, ¿saben ustedes a cuántos catalanes tuvimos que meter presos? ¡A 5.000! Ahora, vista su insubordinación masiva, tendrían que ser más de un millón. ¿Les parece que no tenemos ya las cárceles bastante llenas?

¡¿Pero qué es lo que pretenden?! ¿Que España sea una república? ¿Y federal, además? La culpa ya es nuestra, por permitirles creerse lo de la democracia, lo de votar, lo de Europa y todo eso. Ustedes se creyeron que el estado era de todos, también suyo. Por eso protestaron cuando nuestro ministro de Exteriores, señor Margallo (aunque éste se nos ha ablandado un poco estos días, visto que el mundo por ahí fuera no comprende completamente nuestro punto de vista), prohibió la presentación de una novela catalana en Flandes (tierra de insurrectos al imperio, por cierto). Pero el estado es nuestro, no suyo de ustedes, y por eso nuestra diplomacia le ha pasado unas indicaciones a Merkel y Cameron para que digan que los estados europeos no se rompen (verdad que Cameron no se atreve a decírselo a sus gobernados escoceses, pero es que esos escoceses palurdos son unos maleducados y se le ríen en la cara). Y nuestro Margallo ha conseguido pasarle unas líneas a Obama, quien las ha repetido, quiere seguir teniendo amistad con una España “fuerte y unida”. ¿Lo oyen, “unida”? (Lo mismo que dijo del Reino Unido, por cierto, y que causó un gran pavor a los escoceses).

El estado es nuestro, la diplomacia, el Tribunal Constitucional, la Constitución, el Rey, el Ejército (ya nuestro fabricante de armas y ministro de Defensa les recordó que el Ejército sólo intervendrá si es necesario), la Junta Electoral Central… Ustedes protestan porque ésta les ha obligado a transmitir más tiempo los actos de nuestros partidos, ya que ustedes se gastaron el tiempo de TV3 retransmitiendo la manifestación de la Diada, a la que nuestra presidenta Cifuentes ya calificó como “una vergüenza”.

Ustedes se quejan, pero es que tienen mucha cara: ¡ustedes manipulan! Nuestras televisiones, TVE 1 y 2, A3, Tele5, Cuatro, Sexta…, y nuestras cabeceras de prensa, La Razón, ABC, El Mundo, El País…, y nuestras emisoras de radio cuentan la verdad y son objetivas. Nos explican razonadamente, a veces impetuosamente, que ustedes están equivocados, que no puede ser ni jurídica, ni política ni económicamente, que es imposible, que mienten y pervierten el lenguaje y que ustedes están manipulados por la escuela y la televisión controladas por Mas. Es Mas quien consigue esas votaciones y esas manifestaciones de personas alienadas. ¡TV3 manipula!

Pero el estado no solo son el gobierno, la administración, los partidos, los tribunales, el ejército, la policía y los medios de comunicación: ¡también tenemos a la banca! ¿Qué pretenden ustedes si hasta los banqueros están contra su absurda pretensión? Nuestros banqueros, a quienes hemos entregado tanto dinero público, son uña y carne con este estado nuestro, tan indisoluble como la banca. ¡Nuestros banqueros son verdaderos patriotas! ¡Guardan la cartera a la altura del corazón, para que el dinero tenga sentimientos patrióticos!

¿Pero cómo no se dan cuenta? Son ustedes unos antipáticos y desesperados, están ustedes solos, nadie los quiere, hasta su Pau Gasol “imperial”, “héroe nacional”, “héroe de España”, es nuestro. Si se ablandan, si nos entregan sus votos…, está bien, hablaremos. Ya que las cosas han llegado hasta aquí, y no debieran haber llegado, les daremos algunas cosas a cambio, pero siempre que sepan humillarse y reconocer la evidencia: su Catalunya es contingente, pero nuestra España es eterna.

Catalanes, siendo evidente que están ustedes locos, pues estando rodeados persisten numantinamente en su obsesión, es hora de preguntarse el origen de su locura. ¿Quién tiene la culpa? Evidentemente, el malvado y corrupto Mas (ahora que Duran ya es de los nuestros y sale en nuestros telediarios, aunque según las encuestas no vaya a obtener diputado alguno). Nuestro presidente, el bienintencionado y honrado Rajoy, está confiado en que acabe triunfando el “sentido común” y ya ha declarado que él “no tiene la culpa”.

Así que, ríndanse, entréguennos sus votos, salgan con las manos en alto y hablaremos. O de lo contrario, el mundo se desplomará sobre sus cabezas.

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