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Condenas de hasta tres años de cárcel a seis militares por usar el buque Elcano para traficar con cocaína en Nueva York

Marineros del buque escuela español 'Juan Sebastián Elcano', en una imagen de archivo.

Alberto Pozas

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La Armada española se refiere al buque Juan Sebastián Elcano como su “barco más emblemático y simbólico”. Se trata de un navío de 113 metros de eslora que ha dado 11 vueltas al mundo y que cumple una doble función: formar al personal militar y “apoyar la política exterior” española en los más de 200 puertos que ha visitado desde 1928. Un tribunal militar acaba de condenar a penas de hasta tres años de prisión a siete miembros de su tripulación porque en 2014 fueron cazados en Estados Unidos traficando con varios kilos de cocaína que escondían en las tripas del buque escuela, aprovechando que los controles aduaneros eran más laxos y no descubrieron el cargamento de droga que traían desde Colombia para venderla en Nueva York.

En los últimos 100 años el buque escuela de la Armada ha visitado más de 200 puertos en más de 70 países distintos. Uno de ellos es el puerto de Manhattan, en Nueva York, donde amarró en abril de 2014 procedente de Colombia. Durante varios días unos cuantos marineros, cabos y uno de los cocineros de la parte civil de la tripulación se dedicaron a coger parte de los 135 kilos y medio de cocaína que llevaban a bordo para comercializarlo en distintos puntos de la ciudad.

Algunos militares vendieron cuatro kilos de droga en el Bronx. Otros cerraron la venta de casi 20 kilos de cocaína en un McDonald's de Times Square. Una tercera entrega de siete kilos, según la investigación, se cerró en una bolera del barrio de Hell's Kitchen, a poca distancia del puerto de Manhattan donde estaba atracado el buque español. Según la Justicia, el “contacto” que intermedió entre los militares y los compradores era un taxista apodado “Mondongo” o “Mondonguito”, y movían la droga oculta en prendas de ropa y mochilas.

La Oficina de Investigaciones de Seguridad Nacional (Homeland Security) de Estados Unidos descubrió la primera pista cuando detuvo a dos traficantes de droga en Nueva Jersey, a la otra orilla del río Hudson, con 27 kilos de cocaína encima. Explicaron que unos marineros españoles “muy bajitos” les habían proporcionado la droga, un hilo del que tiraron los agentes estadounidenses para llegar hasta siete tripulantes del Elcano. Lo que la investigación nunca consiguió descubrir es quién metió más de 130 kilos de cocaína y 10 de heroína en un buque con una capacidad de tripulación que roza las 200 personas y que, incluso, se puede visitar.

La sentencia ha llegado una década después de que los acusados movieran los kilos de cocaína por distintos puntos de Nueva York oculta en falsas prendas de ropa. Dos marineros, dos cabos y un cocinero del barco han aceptado condenas de entre uno y dos años de prisión por tráfico de drogas tras llegar a un acuerdo con la Fiscalía y reconocer los hechos. Otros dos marineros más que llevaron hasta el final su petición de absolución han sido condenados a tres años de presidio.

“Hay 7,2 en los tres shores

El buque “más representativo y conocido” de la Armada fue utilizado, según el Tribunal Militar Territorial Primero, para llevar unos 130 kilos de droga desde Colombia hasta Estados Unidos, aprovechando la falta de controles al ser un navío militar, pero sin que la Justicia haya podido dilucidar quién estaba detrás de los grandes números de la operación: ni en Cartagena de Indias ni en Manhattan ni en Madrid. El juzgado que investigó el embarque de la droga no envió a nadie al banquillo por ese motivo.

La causa se centró en tres entregas de droga por parte de los siete tripulantes del Elcano en distintos puntos de la ciudad. Y buena parte de las pruebas que cimentaron la incriminación hasta que varios de ellos decidieron confesar proceden de Estados Unidos y sus servicios de inteligencia: grabaciones de cámaras de seguridad, interrogatorios y mensajes de teléfono móvil.

“Hay 7,2 en los tres shores”. Los detenidos en Edgewater (Nueva Jersey) utilizaban una “terminología más o menos críptica” para llamar la atención lo menos posible. El 7,2 del mensaje se refiere a los 7,2 kilos de cocaína que varios tripulantes del Elcano llevaron hasta una bolera del barrio de Hell's Kitchen. Los “tres shores” es la forma de referirse a los pantalones formados por láminas de cocaína que usaban para transportar la droga.

La representación de los dos marineros que no llegaron a un acuerdo cuestionó a lo largo del juicio la obtención y cadena de custodia de pruebas clave obtenidas en Estados Unidos, como los mensajes de teléfono o las imágenes de las cámaras de seguridad. Los dos militares defendieron también que nunca traficaron con droga en Nueva York sino que acompañaron a unos hombres que les ofrecieron servicios de prostitución en un hotel.

“La cadena de custodia no ha sufrido quiebra alguna”, dice el tribunal militar para avalar la validez de todas las pruebas llegadas desde Estados Unidos. Su versión de los hechos, añaden los togados, incurren en “contradicciones” pero sí reconoce que la década que el proceso ha tardado en ser sentenciado se debe traducir en una atenuante de dilaciones indebidas: hablan de un “excesivo retardo” causado por la “complejidad de la causa”, entre otras cosas por tener que trabajar a dos manos con las autoridades estadounidenses.

La sentencia no es el final del recorrido judicial del caso de estos siete tripulantes del Juan Sebastián Elcano, que ha hecho escala recientemente en Panamá en pleno crucero de instrucción. La resolución todavía es recurrible ante la Sala de lo Militar del Tribunal Supremo y la posible ejecución tendrá que contabilizar el tiempo que todos pasaron en prisión preventiva: de cinco meses en algunos casos hasta casi dos años.

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