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El Congreso aprueba por un voto la reforma laboral tras el viraje de los diputados de UPN y el error de uno del PP

Pedro Sánchez, Nadia Calviño y Yolanda Díaz celebran la aprobación de la reforma laboral.

Irene Castro / Laura Olías / Iñigo Aduriz

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Adiós a la reforma laboral del PP, o al menos a los aspectos más lesivos que se aprobaron en 2012: el Congreso de los Diputados ha convalidado por un solo voto al decreto ley que recoge el nuevo marco de relaciones laborales pactado por la coalición y los agentes sociales. El resultado tiene un sabor agridulce para sus protagonistas, que lo han salvado por la mínima con el apoyo de Ciudadanos y varias formaciones minoritarias y sin la mayoría de los aliados de la investidura, aunque el Gobierno y esas fuerzas se conjuran para seguir siéndolo lo que queda de legislatura.

Finalmente, la convalidación del decreto ha contado con 175 votos a favor, 174 en contra y ninguna abstención. Solo ha habido un voto de diferencia. Los diputados de UPN Sergio Sayas y Carlos García Adanero han roto la disciplina de grupo dictada por la dirección de su partido y han cambiado su 'sí' por un 'no', lo que ha hecho que el resultado fuera aún más ajustado de lo esperado.

De hecho, ha habido un 'sí' inesperado ya que el viraje de los dos diputados foralistas habría decantado la votación hacia más 'noes' que 'síes'. Ha sido el del diputado del PP Alberto Casero que, según fuentes parlamentarias, habría votado por error. Fuentes populares han sostenido, en cambio, que el error ha sido del sistema de votación. Que Casero, en realidad, votó 'no', pero que el sistema le registró como un 'sí'. Y que el diputado, parlamentario por Cáceres, llegó a viajar a Madrid para, presencialmente, intentar que fuese anulado su voto telemático y que no se le dejó.

Las autoridades de la Cámara Baja consultadas por este diario descartan que pudiera producirse una situación como la descrita por el PP porque existe un sistema de doble verificación de los votos telemáticos. Y recuerdan que, una vez emitido el voto telemático, este no se puede suspender para cambiarlo por uno presencial.

El resultado ha sido tan estrecho que, en un primer momento, la presidenta del Congreso ha asegurado que el decreto había sido derogado, con el consiguiente alborozo en las filas de PP y Vox. Después ha reconocido que los servicios de la cámara le habían informado de que había sido convalidado.

Además, la portavoz del PP en el Congreso, Cuca Gamarra, ha pedido la palabra denunciando que, “con carácter previo a la votación, se ha puesto de manifiesto a la Mesa un error informático”, en alusión a la votación del diputado Casero. La presidenta Batet le ha respondido que “precisamente porque la Mesa es conocedora” de lo ocurrido “y es una cuestión técnica de la Mesa”, no le daba la palabra, lo que ha generado un enorme enfado en las filas populares.

A los diputados de los partidos que sostienen al Gobierno, PSOE (con 120 parlamentarios) y Unidas Podemos (que tiene 34, ya que aún no ha sustituido el escaño de Alberto Rodríguez tras su suspensión), se han sumado a favor de la norma los nueve de Ciudadanos, cuatro del PDeCat, dos de Más País, uno de Compromís y los de Teruel Existe, Coalición Canaria, Nueva Canarias y el Partido Regionalista de Cantabria, todas ellas formaciones que cuentan también cada una con un único parlamentario en el Congreso. En total, los 'síes' han sumado 175 votos, por lo que ha habido otro voto favorable que aún no ha sido identificado.

En el 'no' se han situado PP (88 diputados), Vox (52), los tres principales socios de la investidura del Ejecutivo –ERC (con trece escaños), PNV (seis) y EH Bildu (cinco)–, además de Junts (cuatro), CUP (dos), BNG y Foro, con un representante cada uno. A todos ellos hay que sumar el voto de Pablo Cambronero, el parlamentario díscolo de Ciudadanos que por desavenencias con la dirección de Inés Arrimadas decidió dejar el partido, pero sigue como diputado en el Grupo Mixto. Y también el de Sergio Sayas y Carlos García Adanero, de UPN, que ha cambiado su voto en el último momento. En conjunto han sido 174 'noes'.

“Votamos No a la reforma laboral. En un político lo único que no puedes hacer es algo que no puedas explicar a tus votantes. Somos sus representantes y a ellos nos debemos. Por eso nunca tuve un voto tan difícil como hoy pero tampoco nunca lo tuve más claro”, ha asegurado el parlamentario foralista en Twitter.

A pesar de que la aprobación de su medida estrella no ha salido adelante como había planeado, la vicepresidenta y ministra de Trabajo, Yolanda Díaz, ha asegurado que estaba satisfecha con el resultado. “Ocho millones de personas se merecen tener un trabajo decente”, ha solemnizado en el discurso en el que ha defendido la primera reforma laboral que consigue recuperar derechos de los trabajadores. La titular de Trabajo ha utilizado varios minutos a recordar las ‘bondades’ de ese nuevo texto “tras una década de luchas”. 

Las principales medidas de la nueva norma

“Las grandes vigas maestras de la reforma de 2012, la ultraactividad y los convenios de empresa, han sido, sencillamente, tumbadas, han sido tiradas abajo”, ha expresado Díaz. Aunque la reforma no toca aspectos como el despido, como reclamaban ERC o EH Bildu, supondrá una mejora de los derechos de los trabajadores al aumentar los salarios gracias al refuerzo de la negociación sectorial frente a la de empresa, recuperan poder en la negociación colectiva para evitar que decaigan mejoras pactadas en el pasado, se incorpora un paquete de medidas para reducir el altísimo empleo temporal en España y apuesta por los ERTE en el futuro de manera permanente, que evite los despidos habituales y masivos en épocas de crisis.

Díaz ha enviado también recados a los partidos que han votado en contra, especialmente a ERC. “No he logrado hablar con muchas de sus señorías de ninguno de los contenidos de esta norma”, ha dicho antes de agradecer al PNV específicamente que con ellos sí han abordado asuntos concretos de la legislación laboral. “No es humo”, ha sentenciado refiriéndose a las palabras de Gabriel Rufián hace unas semanas. 

Las críticas más duras que ha recibido el texto del Gobierno han llegado precisamente de los que hasta ahora han sido socios del Ejecutivo, especialmente de Rufián, que ha defendido este jueves el voto negativo aunque ha insistido en que esa posición no significa que vaya a romper relaciones con el Ejecutivo. “Mañana tendremos que seguir hablando porque somos muy conscientes de la alternativa”, les ha dicho, en el Pleno de la Cámara Baja, a PSOE y Unidas Podemos. 

Rufián considera que la reforma laboral se queda corta al no ampliar las indemnizaciones por despido ni recuperar los salarios en tramitación. “Podrían hacerlo primero porque lo prometieron, porque se lo proponíamos y tenían los números”, ha lamentado. A su juicio, que esta reforma laboral “le guste a la CEOE no es casualidad”. “La dura verdad es que esta reforma es exactamente la que hubiera negociado y votado Albert Rivera de haber sido vicepresidente”, ha dicho atacando directamente a la línea de flotación de Unidas Podemos. “ERC no funciona bajo amenaza [ha zanjado]. No ha sido un proceso de negociación, ha sido de imposición”. 

Al portavoz de ERC le ha respondido con dureza la diputada de Unidas Podemos Aina Vidal: “Mientras unos traían impresoras al Congreso y pactaban con la derecha en el Parlament otros luchábamos por los derechos de los trabajadores”, le ha espetado.

El PNV: “No hemos engañado a nadie”

El portavoz del PNV, Aitor Esteban, ha justificado el ‘no’ del PNV a la reforma laboral en la negativa del Gobierno, especialmente del ala socialista, a incluir un cambio legal que permita prevalecer los convenios autonómicos sobre los estatales. “Hemos sido claros y transparentes, no hemos engañado a nadie”, ha dicho Esteban, que ha explicado que lo advirtieron “con mucho tiempo de adelanto” a sindicatos, patronal e incluso al presidente del  Gobierno: “Fuimos expresamente a Moncloa para decirle para nosotros esto es algo que tiene que estar ahí, cuando sea, posteriormente; pero no podemos mirar a otro lado con este tema”. 

Esteban ha sido muy crítico con la “rigidez” de la patronal y ha dicho que le pareció un “chantaje” que Antonio Garamendi dijera que no se puede “cambiar una coma” del decreto  y ha reprochado que posteriormente se sumaran los ministros socialistas y el propio Pedro Sánchez. “Es el colmo del antiparlamentarismo”, ha lamentado. “Nos gustan los consensos pero no se imponen y menos en un parlamento democrático”, ha dicho Esteban, que ha advertido al Ejecutivo de que pacte con quien quiere acabar con partidos como el PNV o con el propio Gobierno. 

Aunque ha reconocido que hay cuestiones de la reforma laboral que le parecen positivas, también ha mostrado dudas sobre las posibles intromisiones en las competencias autonómicas en otros aspectos, pero sobre todo ha reprochado al Gobierno que “ni siquiera haya intentado” convencer a la UE para incluir un “retoque” como el que planteaban los nacionalistas vascos.

Desde EH Bildu, su portavoz, Oskar Matute, ha apelado a las “movilizaciones sociales” que tuvieron lugar en 2012 en contra de la reforma laboral del PP para justificar su voto en contra del nuevo texto acordado por Gobierno, sindicatos y empresarios. “Venimos con la mano tendida y con el puño cerrado,el de las luchas obreras y como gesto de compromiso con el ayer, el hoy y el mañana”, ha afirmado, durante el Pleno de la Cámara Baja.

Matute ha recordado que su grupo hizo una propuesta al Gobierno “para pasar de la insuficiencia” que a su juicio representa el texto del Ejecutivo “a una de resultados reales”. No obstante, tras no lograr un pacto, el portavoz de EH Bildu ha recordado que “si hoy se fractura el bloque de la investidura, desde mañana habrá que rehacerlo”.

Arrimadas: “Se mejora la reforma laboral del PP”

El tono ha sido completamente distinto por parte de los partidos que sí han decidido respaldar la convalidación de la reforma laboral. La presidenta de Ciudadanos, Inés Arrimadas, se ha felicitado porque la reforma laboral que se aprobará este jueves gracias, entre otros, a los votos de su partido, “no solo consolida elementos de la normativa aprobada por el PP en 2012” sino que “la mejora”. “Hoy es un día importante para España porque hoy los del mercadeo habitual, pierden. ERC y Bildu no han conseguido meter las zarpas en la reforma laboral y hoy gracias a Ciudadanos han perdido poder de negociación y eso es bueno para España. Y ahí ha estado Ciudadanos por responsabilidad y sentido de Estado”, ha sentenciado Arrimadas en su intervención en el debate.

En su opinión, la nueva normativa que ha salido del acuerdo con los agentes sociales “es la menos sanchista de las que se pueda aprobar”, porque “se parece poco” a lo que quería Sánchez o a lo que le habría gustado en realidad a Yolanda Díaz.

Además, ha asegurado que este jueves, después de haber tomado esta determinación, se siente “más orgullosa que nunca de ser la presidenta del partido liberal”, un partido que actúa siempre pensando en “el bien y en lo que es mejor para nuestro país”. “Es necesario que haya partido liberal que aporte sensatez y sentido común en momentos importantes”, ha afirmado. Arrimadas ha pedido al PSOE y al PP que “ahorren el teatro” que a su juicio están haciendo en este debate porque luego “se reparten los jueces y las instituciones”.

Por parte del PP, que intervino en el turno en contra, su portavoz en el Congreso, Cuca Gamarra, ha arremetido este jueves contra el Gobierno por aprobar la reforma laboral que hoy se debate en el Congreso a través de un real decreto-ley, obviando que este fue, precisamente, el mecanismo utilizado por Mariano Rajoy en 2012 para aprobar su reforma. “Nos rebelamos”, ha dicho Gamarra en la tribuna del Congreso. “¿Le parece bien que el rodillo de un Gobierno sea quien modifique con un real decreto ley el Estatuto de los Trabajadores?”, ha concluido.

En 2012, Rajoy contaba con mayoría absoluta. Aprobó un real decreto-ley para acometer una profunda reforma del mercado laboral sin reunir siquiera a los agentes sociales, mucho menos negoció con sindicatos y patronal para sumarlos a un acuerdo. El decreto-ley fue convalidado en el Congreso con el único apoyo de Convergència i Unió y no se tramitó como proposición de ley. Diez años después, el texto que deroga parte de esa reforma cuenta con el apoyo de sindicatos y empresarios, y ha sido convalidado en el Congreso con el apoyo de once partidos diferentes.

Las reacciones de sindicatos y patronal

Los sindicatos mayoritarios han insistido a lo largo de este jueves en su campaña para reclamar el voto a favor de la reforma en en Congreso. Ambos líderes, Unai Sordo (CCOO) y Pepe Álvarez (UGT, han asistido al debate parlamentario desde el Pleno. El líder de CCOO ha advertido de que la legislación supone “el mayor avance de derechos laborales de la historia de la democracia en España” y ha criticado que “determinadas fuerzas han hecho una lectura que tiene poco que ver con el contenido de la reforma y tiene más que ver con lógicas electoralistas o de competencia electoralista”.

Pepe Álvarez, secretario general de UGT, ha sostenido que “el tacticismo político no puede ir contra los trabajadores”. Los partidos que voten no “tendrán que explicar por qué no quieren un contrato indefinido por encima del temporal o acabar con la desregulación de las empresas multiservicios”, ha insistido, con el recordatorio de que esta reforma no supone un “punto final” y que los sindicatos seguirán negociando más derechos laborales.

Una vez aprobada la norma, por un solo voto, los dos líderes sindicales han agradecido a los partidos que han votado a favor. Pepe Álvarez ha reivindicado que este jueves se inicia el desmontaje de la reforma del PP y que inicia una nueva fase en lo que queda de legislatura. “Hoy gana la pelea sostenida de quien sabe que el siguiente escalón se gana asentando fuerza en el anterior”, ha destacado por su parte Unai Sordo.

La patronal, protagonista de muchas críticas de grupos que han votado en contra del decreto (como PNV, EH Bildu y ERC), ha mantenido un perfil bajo en el día de hoy, sin declaraciones públicas hasta la aprobación del decreto. Fuentes de CEOE apuntan a este medio que los empresarios valoran la luz verde al decreto porque “da estabilidad al país”.

Aunque más discretos que los sindicatos, los empresarios ha insistido en las últimas jornadas en la necesidad de que el Congreso convalidara la reforma pactada en el diálogo social para dar “estabilidad al país”, como dijo el líder de CEOE el miércoles, Antonio Garamendi. Eso sí, han exigido al Parlamento su luz verde sin tocar “ni una coma” del texto. Esta exigencia ha recibido muchos ataques por el nulo margen de negociación de los grupos parlamentarios.

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