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Empresas españolas entrenaron a militares de Arabia Saudí en dependencias del Ejército en Zaragoza

Miembros de la Guardia Fronteriza de Arabia Saudí, durante un entrenamiento realizado por la consultora Everis.

Pol Pareja

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Cada pocos meses, tres o cuatro miembros de la Guardia Fronteriza de Arabia Saudí tomaban un avión en Riad y viajaban discretamente a España. 

Su destino era el campo de maniobras de San Gregorio, situado en Zaragoza y propiedad del Ejército de Tierra. El objetivo: recibir entrenamiento militar por parte de dos empresas privadas que venden armas al régimen saudí. Una vez entrenados, los soldados fueron destinados a la frontera de Yemen, donde actualmente disparan morteros de fabricación española en una guerra que se ha cobrado ya más de 230.000 muertos según la ONU.

La consultora Everis –presidida por el exministro de Defensa de Aznar, Eduardo Serra– y una filial llamada NTGS trajeron una veintena de soldados saudíes a España en 2018 y 2019 para entrenarles en el uso de las armas que venden al Ministerio de Interior de Arabia Saudí, según una investigación de elDiario.es. Ambas compañías también enviaron personal desde España a Riad para completar estos ejercicios.

Este periódico ha tenido acceso a numerosa documentación de ambas empresas que demuestra cómo algunos de los soldados que participan actualmente en la guerra de Yemen reciben formación en dependencias del Ejército en España. Los entrenamientos se realizaron cuando el conflicto ya llevaba años latente (empezó en 2015) y tanto el Parlamento Europeo como la ONU pedían a los Estados miembro que se abstuvieran de mandar armamento a Arabia Saudí. 

En 2018, varios estados occidentales suspendieron la venta de armas a Arabia Saudí por su implicación en la guerra de Yemen. También como condena al asesinato y descuartizamiento del periodista del Washington Post Jamal Khashoggi a manos de las autoridades saudíes. Durante ese mismo periodo, miembros de la Guardia Fronteriza saudí llegaban a España regularmente para ser entrenados en dependencias del ejército por parte de las dos empresas mencionadas. 

La consultora Everis obtuvo en 2017 la necesaria autorización del Ejecutivo de Rajoy –con quien el presidente de la compañía había compartido Consejo de Ministros entre 1996 y 2000– para realizar estos entrenamientos, ignorando las reclamaciones de distintas instituciones comunitarias e internacionales. La compañía no ha respondido a las peticiones de comentario de elDiario.es

El Ministerio de Defensa tampoco ha respondido a las preguntas de esta redacción. La Secretaría de Estado de Comercio, departamento del que depende el organismo que autoriza las exportaciones de material militar (incluyendo actividades de entrenamiento) ha contestado que esta formación “no está sometida a restricciones” al “no recaer sanción internacional alguna” sobre Arabia Saudí.

Entrenamientos en dos fases

Los entrenamientos en España se hacían en dos fases, una de 10 días y otra de cinco, según figura en los contratos que Everis y la filial NTGS (renombrada hace poco como Ventura Defense) firmaron con el Ministerio del Interior de Arabia Saudí. Ambos contratos incluían la venta de 250 morteros y 175.500 proyectiles explosivos por más 88,8 millones de euros. Según fuentes de la compañía, los militares saudíes llegaban a España unos días antes de cada nuevo embarque de morteros con destino a Riad.

Tras dos días de presentaciones teóricas, los soldados saudíes aprendían en el campo de San Gregorio a identificar objetivos y dispararles introduciendo las debidas coordenadas en los morteros. También les enseñaban a corregir la posición para afinar más los disparos y a utilizar los morteros en casos de emergencia. En la segunda fase del entrenamiento los soldados aprendían también a utilizar un visor láser para identificar objetivos.

La formación a los soldados no solo se realizaba en España. Everis también envió personal a la sede del Ministerio del Interior en Riad para completar la formación de los soldados saudíes. El programa de entrenamiento en Arabia Saudí era el mismo que el que se realizaba en España, según figura en la documentación. Una vez acabada la formación, Everis entregaba un diploma a los soldados.

Fuentes conocedoras de estos procesos de formación señalan que se hacían bajo la supervisión de Leon Bitar, vicepresidente de la sección de defensa de Everis y un viejo conocido de las autoridades saudíes: durante la última década ha asesorado a numerosos ministerios del régimen de Riad, según una versión de su currículum de 2013.

En las grabaciones de los entrenamientos, a los que ha tenido acceso esta redacción, se escucha a los instructores de estas empresas españolas hablando en castellano mientras los soldados saudíes disparan a objetivos en los campos de prueba. “¡De puta madre!”, les dice un instructor tras un disparo durante un entrenamiento. “Paramos para desayunar”, remacha el instructor, cuyas indicaciones se mezclan con el árabe de los soldados. 

En el contrato, Everis también se comprometió a enviar personal desde España a Riad para instalar los sistemas de mortero en un centenar de vehículos Toyota Land Cruiser. A su vez, la consultora accedió a ofrecer durante un año un servicio de mantenimiento de los morteros en las dependencias del Ministerio del Interior saudí en Riad y también a enseñar a 20 miembros del Ministerio a realizar estas tareas de mantenimiento. 

Los soldados participan luego en la guerra de Yemen

La formación a militares saudíes que Everis y su filial llevan a cabo en dependencias del Ejército español están directamente vinculados con el conflicto yemení. Los soldados entrenados en España son miembros de la Guardia Fronteriza y buena parte de ellos fueron desplegados en la frontera de Yemen después de recibir la formación. 

El papel de este cuerpo saudí ha cambiado durante los últimos años, especialmente desde el estallido de la guerra de Yemen en 2015. Si en un principio su objetivo era detectar traficantes de personas y contrabandistas, desde el inicio del conflicto se han convertido en uno de los cuerpos más activos en el enfrentamiento con los rebeldes hutíes en Yemen. La frontera sur de Arabia Saudí se ha convertido en el punto más caliente de la guerra y la Guardia Fronteriza en uno de sus actores destacados.

Solo entre enero de 2019 y enero de 2020, la base de datos de ACLED (Proyecto de Datos de Localización y Eventos de Conflictos Armados, en sus siglas en inglés) identificó más de 300 ataques de artillería o misiles del ejército saudí en esa región. Según este observatorio, buena parte de estos ataques de artillería en la región son obra de este cuerpo fronterizo entrenado en España.

En una investigación publicada el pasado agosto, esta redacción identificó y geolocalizó imágenes de miembros de la Guardia Fronteriza disparando morteros de fabricación española en la región de Saddah, a apenas tres kilómetros de la frontera con Yemen. 

Diversos expertos en derecho internacional consultados consideran que tanto los entrenamientos como las exportaciones recientes de material militar a Arabia Saudí “posiblemente contravienen” la legislación comunitaria, internacional y nacional de exportación de armas. “Estas exportaciones alimentan el conflicto yemení y pueden equivaler a la ayuda y asistencia a actos ilícitos internacionales en contravención del derecho internacional”, apunta Stefano Trevisan, experto en derecho internacional. 

Tanto Trevisan como Valentina Azarova, doctora en Derecho Internacional, apuntan también a una hipotética responsabilidad de Everis. “El hecho de disponer de una licencia de exportación no es una defensa para las empresas implicadas, que se exponen a posibles litigios así como a consecuencias reputacionales por falta de la diligencia debida”, apunta Azarova.

Sara del Río y Conrado García (Greenpeace) han participado en esta investigación, iniciada en 2019 durante el proyecto #EUArms de Lighthouse Reports.

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