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La fuga de Aguirre frena su carrera por la alcaldía de Madrid

Esperanza Aguirre se despide al volante de su coche tras asistir en la Asamblea de Madrid. / Efe

Andrés Gil

¿Se puede ser alcaldesa después de salir a la fuga mientras te pone una multa un agente de movilidad, que es un empleado municipal? Obviamente está en manos de los votantes; pero antes que los votantes, de Génova, la dirección del PP, que no es precisamente uno de los apoyos del PP madrileño, presidido por Esperanza Aguirre, sino todo lo contrario. Y la fuga supone un lastre más tanto dentro como fuera del partido, aunque este jueves no faltaron mensajes de apoyo a la expresidenta regional por parte de sus incondicionales.

Ana Botella, esposa de José María Aznar, es alcaldesa por la marcha de Alberto Ruiz-Gallardón al Gobierno, concejal por el pacto entre Aznar y Gallardón cuando éste compitió por la alcaldía a petición del expresidente frente a Trinidad Jiménez, apuesta de José Luis Rodríguez Zapatero. Es una alcaldesa mundialmente famosa, que se ha hecho merecedora de la “metedura de pata del año” para la revista Time por su inolvidable intervención ante el Comité Olímpico Internacional en septiembre pasado, y cuya gestión de la huelga de barrenderos ha dado la vuelta al mundo.

En efecto, su imagen como candidata a la alcaldía es mala, y así lo reflejan las encuestas internas y externas desde los primeros meses, más aún tras marchar con su marido de puente a Portugal a las 24 horas de producirse la tragedia del Madrid Arena.

La mejor situada para los votantes del PP siempre ha sido Esperanza Aguirre. Hasta ahora. Pero no es la única que en los sondeos queda mejor que Ana Botella. También está la delegada del Gobierno, Cristina Cifuentes, enfrentada a Ayuntamiento y Comunidad por las manifestaciones en la capital y respondida por el ministro de Interior y por la izquierda como responsable de las actuaciones policiales en manifestaciones y protestas. Y, además, aparece Lucía Figar, la consejera de Educación, uno de los pocos dirigentes del PP madrileño a la que ven con buenos ojos en Génova y cuyos enfrentamientos con la comunidad educativa y la marea verde se encuentran en un nivel muy inferior al de años pasados.

Aguirre nunca ha dicho públicamente que quiera ser alcaldesa de Madrid. Al contrario, las veces que ha sido preguntada, ha rechazado tener aspiraciones. Pero todo el mundo sabe en el PP que le haría ilusión presentarse si cuenta con el reclamo de los militantes y la petición de Mariano Rajoy, si bien esto último dependerá de que el presidente se atreva a desalojar a Ana Botella en contra del deseo de ésta y del de Aznar.

En medio de esta carrera por llegar bien situados a las vísperas de las elecciones autonómicas y locales de mayo de 2015, la fuga de Aguirre supone un freno para sus futuras aspiraciones políticas.

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