Iñigo Sáenz de Ugarte, autor de 'El Juicio': “Trapero fue el testigo estrella. Perjudicó tanto a la Fiscalía como a las defensas”
“Una crónica no aséptica, pero sí cabal”. Así ha definido el magistrado del Tribunal Superior de Justicia de Andalucía Miguel Pasquau el libro 'El Juicio', en el que Iñigo Sáenz de Ugarte (Vitoria, 1963) recopila las crónicas que fue publicando en el eldiario.es durante la celebración de la vista oral sobre los hechos ocurridos en torno al 1-O. En la obra, editada por Roca Editorial y presentada este martes en Madrid, el autor añade a esas crónicas un contenido extra en el que da contexto a lo ocurrido en el salón de plenos del Tribunal Supremo durante los 52 días que duró el juicio.
En la conversación que han mantenido durante el acto, ambos han analizado algunas de las peculiaridades del juicio y se han detenido en lo que, a juicio de Pasquau, era el “problema fundamental” de la vista: ponerle nombre a los hechos. Es decir, encuadrarlos dentro de uno un otro tipo penal.
El tribunal finalmente condenó a penas entre nueve y 13 años de cárcel a los líderes independentistas por delitos de sedición y malversación y descartó el delito de rebelión por el que acusaba la Fiscalía, al negar que los episodios violentos fueran suficientes para alcanzar la independencia de Catalunya. La prueba de ello, dice la sentencia, es que sólo el anuncio de la aplicación del artículo 155 de la Constitución “abortó la conjura”.
Pasquau ha calificado los hechos enjuiciados como política y constitucionalmente “gravísimos” por tratarse de un “alzamiento institucional de las autoridades”, pero “no tan graves” desde el punto de vista de penal. Y ha asegurado que habría sido “menos desproporcionada” una sentencia por un delito de sedición pero rebajado en uno o dos grados para que las penas de cárcel no hubieran sido tan altas. “De esa manera la sentencia estaría menos expuesta a que el Tribunal de Estrasburgo nos pueda dar un disgusto desde el punto de vista institucional”, ha señalado.
Sáenz de Ugarte, por su parte, ha subrayado que el delito de sedición fue la salida “más viable” que encontró el Supremo para condenar a los líderes del procés y no dar una victoria política a los partidarios de la independencia. En este sentido, ha explicado que la valoración de los hechos ocurridos en torno al 1-O como un delito de sedición y la justificación de esa condena con el argumento básico de impedir que los agentes cumplieran las órdenes de los tribunales “plantea dudas políticas sobre el derecho a la disidencia política en una sociedad democrática”.
Los personajes más relevantes
Ambos también han hecho un repaso de los personajes que tuvieron más relevancia durante la vista oral. Entre ellos, el major de los Mossos d'Esquadra Josep Lluís Trapero. Sáenz de Ugarte lo ha calificado como el “testigo estrella” de la vista y ha recordado que durante su declaración “perjudicó tanto a la Fiscalía como a las defensas”. Al Ministerio Público cuando dijo que él y toda la cúpula de la policía autonómica advirtieron a Oriol Junqueras de que “no fuera por ese camino”. Y a los independentistas cuando aseguró que había avisado a Carles Puigdemont de que iba a haber incidentes violentos durante la jornada de votaciones del 1-O.
Pasquau ha destacado la actuación durante la vista de Javier Melero, el abogado del exconseller Quim Form, del que ha elogiado la “calidad cinematográfica” de sus interrogatorios. También la de Marina Roig, letrada de Jordi Cuixart, de la que ha dicho que fue “técnica” aunque en ocasiones sí exhibía que se estaba enfrentando a una “operación de Estado”. O la de la abogada del Estado Rosa María Seoane, a la que ha definido como “eficaz” y a la que ha encumbrado como “la única que ganó el juicio”, pues el tribunal hizo suya la tesis sobre el delito de sedición.
'El Juicio', que ya va por su segunda edición, permite revivir cada jornada del acontecimiento judicial que marcará la relación entre Catalunya y España. Pasquau ha puesto en valor el hecho de que el libro se centre precisamente en la vista oral, pues habitualmente el foco informativo está puesto en la fase de instrucción o en la sentencia. “Además, es curioso que sea una obra de la que el lector sí conoce el desenlace, pero el autor mientras lo escribía no”, ha señalado.