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Las nuevas reglas de la IU de Garzón: menos cuotas y más fórmulas de debate

Alberto Garzón, junto a Toni Morillas durante un minuto de silencio por el atentado en Niza y las mujeres asesinadas por violencia machista.

Aitor Riveiro

“No hay familias ni cupos. Quien está en la [Comisión] Colegiada está para trabajar. Quien no trabaje se va a ir fuera, así de sencillo. Si ha venido de mi lista y no trabaja, también se va a ir fuera”.

Así resolvió el coordinador federal de Izquierda Unida, Alberto Garzón, el único frente más o menos belicoso que se le abrió durante la primera reunión de la Asamblea Político y Social (APS), el nuevo máximo órgano de IU entre congresos y que cuenta entre sus funciones con una de mucho calado: desarrollar el movimiento llamado a superar a la propia IU como mera herramienta electoral, según los nuevos estatutos de la coalición. El coordinador del nuevo órgano, José Luis Centella, lo sintetizaba al inicio: “Debemos dar cuerpo a la IU movimiento político y social”.

Una pretensión que no es nueva en la organización surgida en 1986 para intentar articular hacia las urnas todo el conglomerado que se opuso a la plena entrada de España en la OTAN. Para intentar conseguirlo, Garzón y su equipo han diseñado una IU que pretenden más ágil, más pegada a la calle y que responda menos a las lógicas internas de cuotas y filiaciones.

La APS celebró este sábado su primera reunión. Entre sus primeros cometidos, ratificar la nueva dirección de IU, tanto la figura del coordinador federal como de la Comisión Colegiada, es decir la ejecutiva del partido. Antes de la votación, la eurodiputada Paloma López, que lideró una de las listas alternativas a la de Garzón durante la XI Asamblea Federal, tomó la palabra para pedir que se ampliara el número de integrantes de la Colegiada y así amoldarla porcentualmente a la cuota que se había logrado en la votación entre los militantes.

No fue la única queja al respecto. Un representante de la CUT, partido integrado en IU, también pidió que su formación tuviera un represente en la dirección.

La respuesta de Garzón a ambas peticiones fue negativa y la explicación, la que abre esta información. El coordinador rechazó con tono imperativo una petición que, dentro de la tradicional cultura de IU, a nadie podía sorprender. La anterior ejecutiva, liderada por Cayo Lara, llegó a contar con 35 miembros.

El nuevo coordinador no quiere que la nueva Colegiada, con 24 integrantes, se convierta en un “miniparlamento” donde se discutan asuntos ya tratados y ratificados en otros órganos. Su misión, según expuso en su respuesta a Paloma López, es “desplegar una estrategia ya aprobada”; en ella “no habrá debate sobre la estrategia política. Acto seguido, su propuesta de dirección fue aprobada por amplia mayoría.

Los órganos donde sí se discutirá la estrategia son la Coordinadora Federal y la propia APS. La primera, que hereda la mayoría de las competencias del antiguo Consejo Político Federal, todavía no se ha reunido.

La segunda celebró este sábado su primera sesión plenaria y tenía como principal objetivo, más allá de ratificar la nueva dirección, evaluar los resultados del 26J a partir del informe defendido por Garzón y en el que básicamente defendía las elecciones como el punto de partida sobre el que construir una alternativa a las políticas desarrolladas en las última décadas por PP y PSOE. “Nunca habíamos soñado con 71 diputados y una base social que supera el 20% de la población”, expuso. 

El órgano modifica sustancialmente el sistema de trabajo que venía siendo habitual en IU. En lugar de una larga sucesión de breves “monólogos” desde la tribuna, como los ha calificado Centella, el plenario se divide en grupos de trabajo donde las exposiciones pueden ser más largas y se establecen diálogos. La APS la integran 150 personas, número que se puede ampliar con la presencia de representantes de otros partidos, movimientos sociales y organizaciones a los que IU quiera invitar.

Luego un relator de cada grupo expone al plenario las conclusiones y, si hay modificaciones sustanciales sobre el informe inicial del coordinador, se incluyen. Es lo que ha ocurrido este sábado, por ejemplo, aunque tanto los grupos de trabajo como el debate de conclusiones ha sido a puerta cerrada.

Este nuevo sistema en IU tiene como impulsora a la dirigente andaluza , responsable de Democracia Participativa Interna. Morillas también ha tenido que responder a las críticas que le han lanzado desde la oposición interna. El responsable de Empleo y veterano dirigente José Antonio García Rubio ha defendido el modelo anterior que, en su opinión, era más favorable para lograr la “síntesis superadora”, una de las bases del Materialismo Dialéctico y del marxismo.

Morillas ha replicado que el nuevo sistema amplía el número de personas que podrán hablar y el tiempo del que dispondrán por lo que las voces que se oirán no serán las mismas de siempre, algo muy habitual en los órganos de todos los partidos y también de IU.

La dirigente ha hecho especial hincapié en que este modelo propiciará sobre todo que aumente la presencia de mujeres en el debate, ya que suelen sentirse “más cómodas” en círculos más reducidos. Y ha rechazado que se impida una síntesis sino que se lograrán, cree, “consensos más amplios”.

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