El apoyo a los Presupuestos cierra la accidentada relación en el Congreso entre Albert Rivera y Mariano Rajoy
El apoyo de Ciudadanos a los Presupuestos Generales del Estado (PGE) cierra un ciclo en la accidentada relación política que ha mantenido Albert Rivera con el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy. Desde que a finales de octubre pasado arrancó la legislatura y pusieron a prueba el pacto de investidura, los dos dirigentes políticos han tenido sus más y sus menos, especialmente en materia de corrupción, como se está viendo ahora en Murcia.
El líder de Ciudadanos ha sufrido los ninguneos del presidente del Gobierno. Y éste, a su vez, ha visto cómo su teórico socio preferente le daba la espalda en algunos asuntos cruciales o buscaba el apoyo de otros grupos de la oposición para sacar adelante propuestas del pacto que el PP ha rechazado. Una estrategia que Rivera ha estado practicando con calculada ambigüedad y a la que tampoco va a renunciar.
Uno de los portazos más recientes y que más ha escocido a Rajoy ha sido la abstención en el último momento de Ciudadanos en la votación del decreto ley de la estiba.
Aquella votación supuso para el Gobierno y para el PP una “deslealtad” de Ciudadanos, que había comprometido su voto favorable al decreto. La tensión llegó a tal límite que algunos diputados conservadores advirtieron de que podía correr peligro la negociación de los Presupuestos Generales del Estado (PGE), provocando con ello el fin de otra breve legislatura.
Pero no ha sido así. Rivera siempre ha separado los presupuestos de cualquier otra negociación de las medidas contenidas en el pacto. No ha habido sorpresas, y este mismo jueves el líder de Ciudadanos escenificaba su apoyo a las cuentas del Estado, jactándose de haber logrado que no contemplen ni subidas de impuestos ni recortes. Previamente, Rivera había llamado a Rajoy para adelantarle que saldría a dar una rueda de prensa en el Congreso para anunciar el acuerdo. El presidente le dejó que protagonizara ese momento.
Eso no ha impedido otros problemas. Uno de los más notables ha sido la negativa del PP a llevar a cabo dos de las medidas del pacto sobre corrupción, como la limitación de mandatos del presidente del Gobierno y la reducción de los aforamientos, lo que condujo a los dirigentes naranjas a buscar el apoyo del PSOE y Podemos.
El PP, forzado a sumarse al consenso
También rechazaron estampar su firma para abrir la Comisión de Investigación sobre el caso Bárcenas y la financiación supuestamente ilegal de las finanzas del PP. La formación naranja tampoco dudó en recurrir de nuevo a los socialistas y a Podemos y entre los tres partidos impulsaron la comisión. Ante la tesitura a quedarse descolgado, el PP al final se vio obligado la semana pasada a sumarse a la propuesta aunque como contrapartida quiere que en el Senado se investigue las finanzas de todos partidos.
Una situación similar se dio en el Congreso ante una proposición de ley del PSOE para cambiar el sistema de elección del presidente de RTVE, que agota su mandato en 2018. Ciudadanos votó a favor y el PP tuvo que unirse al consenso votando contra su propia postura. Lo que no va a aceptar es que la proposición se tramite de forma exprés para que la ley esté lista antes de verano.
Los populares han adelantado que se negarán a apoyar este acortamiento que será debatido por el pleno la semana que viene. La propuesta sin embargo saldrá adelante, ya que Ciudadanos se va a unir al PSOE, Unidos-Podemos, al Grupo Mixto para garantizar su aprobación.
Otra contrariedad para Rajoy ha sido comprobar el apoyo que daba su 'socio preferente' a la reforma de la ley de Seguridad Ciudadana o ley mordaza. En el debate celebrado el día 21, los de Rivera dieron al Gobierno una de cal y otra de arena. Votaron en contra de la iniciativa del PSOE encaminada a derogar la ley pero a favor de la del PNV, que pedía reformar los artículos más controvertidos, dejando nuevamente solo al PP en el Congreso. Las dos propuestas salieron adelante.
Ayuda de los dirigentes naranja en otros temas
No todo han sido sinsabores para Rajoy. El presidente también ha contado con la inestimable ayuda de Ciudadanos para otros temas, como para evitar investigar la implicación de España en la guerra de Irak, decidida por el expresidente del Gobierno y líder del PP, José María Aznar. La proposición no de ley de ERC, debatida en la Comisión de Exteriores en noviembre de 2016, fue rechazada por el PP y Ciudadanos.
El partido naranja también ha salvado al Gobierno de alguna derrota en la Mesa del Congreso aliándose con el PP para bloquear el debate sobre la eliminación del impuesto al sol, impidiendo levantar el veto del Ejecutivo, uno más de los 24 que lleva en lo que va de legislatura.