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Sánchez coloca contrapesos con perfil político como delegados del Gobierno en comunidades que gestiona el PP

Pedro Sánchez en una imagen de archivo.

Irene Castro

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Pedro Sánchez culmina la confección del Gobierno con la distribución territorial del poder a través de las delegaciones del Ejecutivo en las comunidades autónomas cuyos nombramientos el Consejo de Ministros aprobará este martes. Como ya hizo tras la moción de censura, ha aprovechado para ajustar el rompecabezas de los equilibrios en las federaciones con distintos objetivos en cada una –generalmente resituar a afines– y también para colocar contrapesos con perfil político en las regiones donde gobierna el PP.

La Comunidad de Madrid se ha convertido en el principal foco de oposición a la coalición de PSOE y Unidas Podemos y Ferraz ha optado por situar en la delegación del Gobierno al secretario general de los socialistas madrileños, José Manuel Franco, tal y como adelantó eldiario.es. Con su nombramiento, la dirección socialista da un mayor peso político al representante del Ejecutivo en la región que se ha convertido en uno de los principales azotes de Sánchez y que tiene como portavoz en la Asamblea, por el momento, a Ángel Gabilondo, poco proclive a la confrontación política. A las puertas de las elecciones en Galicia, Sánchez mantendrá al exalcalde de A Coruña Javier Losada, que ya ha tenido algunos enfrentamientos con Alberto Núñez Feijóo.

También en Castilla y León Sánchez ha querido reforzar la posición del partido en la delegación del Gobierno colocando a Javier Izquierdo, miembro de la Ejecutiva federal como responsable de Formación y que recientemente fue ascendido con las atribuciones de Relaciones Sociolaborales. Izquierdo es un valor al alza para Sánchez, pero su nombramiento, decidido unilateralmente por Ferraz, no ha sentado bien en la dirección del partido a nivel regional. El secretario general, Luis Tudanca, alejado de Sánchez en los últimos tiempos, felicitó a las últimas dos delegadas del Gobierno –Virginia Barcones a quien él propuso tras la moción de censura para darle peso político a meses de las elecciones y su sucesora cuando fue en las listas, Mercedes Martín–, pero obvió cualquier comentario hacia Izquierdo.

Sánchez también ha tirado de un activo de su Ejecutiva para la delegación del Gobierno en Murcia con el actual alcalde de Calasparra, Pepe Vélez. Su aparición más notable en los medios de comunicación a nivel nacional fue en la batalla de las primarias en la que apoyó a Sánchez frente a quien denominó la “faraona” Susana Díaz. Vélez llegó a llamar “mafiosos” a los miembros de la gestora que en 2016 se hizo con las riendas del PSOE tras la dimisión de Sánchez.

Fuentes de la federación murciana admiten que la decisión de Sánchez persigue elevar el perfil político de la delegación frente al actual representante, Francisco Jiménez. Él sustituyó a Diego Conesa, que fue nombrado en 2018 a pesar de que tenía fecha de caducidad puesto que ya era candidato a los comicios autonómicos; pero Ferraz quiso precisamente darle visibilidad ante la contienda. Lo mismo sucedió en Cantabria, donde Sánchez colocó a Pablo Zuloaga cuando ya era aspirante a la presidencia. Ahora Ferraz se ha decantado por Ainoa Quiñones. En ese caso, los socialistas aspiran a mejorar las relaciones con el PRC de Miguel Ángel Revilla, con quien gobiernan en coalición con algunas desavenencias y a quien Sánchez espera para votaciones clave en el Congreso como los Presupuestos Generales del Estado.

“El Gobierno de coalición necesita de un paso más en su defensa política, elevar el tiro político”, argumenta un dirigente territorial sobre las designaciones en las delegaciones del Gobierno. El PSOE se ha reservado todo el poder territorial de la Administración del Estado pese a que el Ejecutivo es esta vez un bipartito. “El partido necesita referentes”, explica un miembro de la Ejecutiva.

Pero no en todas las designaciones ha valorado exclusivamente el peso político para hacer frente a los gobiernos del PP. Denis Itxaso será el delegado del Gobierno en Euskadi. El dirigente vasco ha sido el número dos de una administración gobernada por el PNV como vicediputado general de Guipuzkoa. Es uno de los pesos pesados del ala vasquista del partido y gran defensor del euskera.

En Andalucía, Sánchez se ha decantado por un perfil intermedio con la designación de la senadora por Granada Sandra García, según adelantó El Confidencial. La lectura en ese caso concreto tiene una clave interna: mientras que tras la moción de censura el presidente dejó claro seguía en pie de guerra contra Susana Díaz al situar como delegado del Gobierno a su eterno rival, Alfonso Rodríguez Gómez de Celis, ahora ha optado por un perfil que le encaja a la expresidenta andaluza. La designación ha revuelto a buena parte del sanchismo en la federación.

Lectura orgánica tiene también la decisión de hacer delegada del Gobierno en Aragón a Pilar Alegría, que ganó las elecciones en Zaragoza pero no gobierna por un pacto de PP, Ciudadanos y Vox. Alegría se ha acercado a Ferraz en los últimos meses al tiempo que se ha producido un alejamiento de Javier Lambán, con quien protagonizó una batalla a costa de las listas electorales del PSOE al ayuntamiento que ganó gracias a la posición decisiva de la dirección federal. Alegría fue la portavoz de la candidatura de Susana Díaz en las primarias frente a Sánchez, pero ahora gana peso ante la futura sucesión de Lambán.

En esta ocasión el nombramiento no ha sido pactado con Lambán, como sí pretendió Sánchez tras la moción de censura, cuando designó a Carmen Sánchez, próxima al presidente aragonés, que ahora ha mostrado su malestar con la decisión.

Tampoco ha habido interlocución en el caso de Castilla-La Mancha, donde continuará el actual delegado del Gobierno, Francisco Tierraseca. Lambán y Emiliano García-Page son los barones más alejados de Sánchez.

Los equilibrios del partido y el encaje en la composición del Gobierno son las otras razones que han pesado en la designación de los representantes territoriales. Así, la decisión de la ministra de Exteriores, Arancha González Laya, de prescindir de la exalcadesa de Palma Aina Calvo como directora de la Agencia Española de Cooperación Internacional (AECID) ha obligado a reubicarla al frente de la delegación en Baleares. En Canarias, donde también hay sustitución, el Consejo de Ministros designará también a un dirigente con cargo orgánico: el secretario general del PSOE en La Palma, Anselmo Pestana.

En la Comunidad Valenciana habrá un cambio: Gloria Calero, exalcaldesa de Sagunto, sustituirá a Juan Carlos Fulgencio. Ambos son dirigentes de la confianza del secretario de Organización y ministro de Fomento, José Luis Ábalos, pero pertenecientes a distintas corrientes enfrentadas. La dirección de Ximo Puig tampoco ha tenido que ver en la decisión.

En La Rioja sí ha habido contactos entre la presidenta, Concha Andreu, y el secretario de Organización, Paco Ocón, en la elección de María Marrodán, actualmente diputada en el Congreso. Fuentes de la federación aseguran que el actual delegado, José Ignacio Pérez, había manifestado su intención de no continuar en el cargo. Esas mismas fuentes apuntan a que el impulso a Marrodán persigue su promoción dentro del PSOE de cara al futuro.

En el resto de comunidades, Sánchez mantiene a los delegados del Gobierno que designó tras la moción de censura. En Catalunya, donde ha tenido un peso específico durante las protestas tras la sentencia del procés en la coordinación de las distintas fuerzas policiales, sigue la veterana dirigente del PSC Teresa Cunillera; en Asturias, Delia Losa; en Extremadura, Yolanda García; y en Navarra, José Luis Arasti.

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