Troitiño niega haberse reenganchado a ETA: “No les he dado ni los buenos días. No tengo ni edad ni la cabeza para eso”
El histórico etarra Anton Troitiño ha negado este lunes que se reenganchara a las filas de la banda terrorista tras salir de prisión en abril de 2011 y huir a Londres. “No les he dado ni los buenos días. No tengo ni edad, ni tiempo ni la cabeza para eso”, ha afirmado durante el juicio celebrado en la Audiencia Nacional.
El fiscal Carlos Bautista pide para Troitiño una condena de 11 años de prisión por integración en organización terrorista al considerar que durante seis años vivió en Reino Unido bajo la “disciplina del colectivo de refugiados” de ETA.
Según el escrito de acusación, Troitiño “se puso de nuevo en contacto con la organización terrorista a fin de que le ayudara a huir de España y así hacer ineficaz la orden de busca y captura” dictada por la Audiencia Nacional. Con ello, añade el Ministerio Público, aceptó “una nueva integración y sometimiento a las instrucciones de la organización en relación con lo que denomina el colectivo de refugiados, que no es sino la rama que agrupa a sus militantes en países que no sean España o Francia”.
Durante su declaración, en la que sólo ha contestado a preguntas de su abogado, el etarra ha contado que cuando salió de prisión y luego la Audiencia Nacional volvió a pedir su reingreso por un error en el cómputo de las condenas, él estaba en casa de su hija en Hendaya y “nadie” fue a buscarle allí.
Como él consideraba que volver a la cárcel era una “injusticia” porque ya había cumplido 24 años y se le había aplicado la 'doctrina Parot' --de modo que opina que debería haber salido mucho antes de prisión--, decidió marcharse a Londres. Eso sí, ha negado haber seguido instrucciones de ETA a la hora de huir o sobre dónde vivir allí, y ha asegurado que los 6 DNI falsos que se le incautaron allí se los facilitó un amigo suyo llamado Martin Zabaleta que falleció hace año y medio.
“Jamás he tenido contacto”
Así, ha contestado negativamente a todas las preguntas que le ha hecho su letrado acerca de si contactó con ETA al salir de prisión o si la banda le dio alguna indicación. “Ni yo me puse en contacto con ellos, ni ellos se pusieron en contacto conmigo. Jamás he tenido contacto desde que he salido”, ha señalado.
Sobre su vida en Londres, Troitiño ha reconocido que estuvo viviendo con un condenado por colaboración con la banda terrorista, Iñaki Lerin. Según ha relatado, él conoció al hermano de Lerin en la cárcel y fue su familia y la de éste las que se pusieron en contacto para que el histórico etarra se alojara con él en la capital británica, ya que vivir allí solo es “bastante difícil” porque “todo es muy caro”.
Troitiño ha insistido en que “en ningún momento” pensó reengancharse a ETA porque ya había cumplido “una condena bastante larga”. Su idea, ha explicado, era vivir en Londres hasta que saliera la sentencia del Tribunal Europeo de Derechos Humanos (TEDH) sobre la 'doctrina Parot'.
La resolución se dictó en octubre de 2013, pero el etarra no regresó a España, sino que se quedó en Londres, donde trabajaba “repartiendo periódicos por las casas”. En el tiempo que estuvo allí, ha indicado que “nunca” tuvo contacto con su familia en el País Vasco, a diferencia de Lerín, a quien su familia sí le visitaba. De hecho, tuvo un hijo mientras vivió en Reino Unido.
Por eso, a la pregunta de si ambos actuaron siguiendo el protocolo dictado por ETA para su colectivo de refugiados, Troitiño ha respondido negativamente y ha añadido que sólo trabajaban “para poder vivir”.
Seguían el protocolo del colectivo de refugiados
Esta versión ha sido corroborada tanto por la hija del histórico etarra como del propio Iñaki Lerin. Sin embargo, los peritos policiales sí consideran que Troitiño se reincorporó a las filas de ETA tras salir de prisión en 2011, tanto por los seis DNI que se le encontraron en Londres como por el hecho de vivir allí con otra persona condenada por colaboración con organización terrorista a la que no conocía de antes.
En su opinión, todo esto demuestra que seguían instrucciones de la organización, además de que tanto Troitiño como Lerin siguieron todos los pasos del protocolo que la dirección de la banda ordenaba al colectivo de refugiados, según los documentos intervenidos a la banda.
En cuanto a la falsificación de los DNI, los expertos policiales han asegurado que los seis entregados a Troitiño eran “cuasi perfectos”, del tipo que sólo se entregaban a los jefes de ETA. “Son DNI que pasarían todos los controles”, ha explicado un perito, que ha añadido que uno de los documentos era de “muchísima calidad” al tener número de expedición real.