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La pugna electoral fulmina el respaldo de PP y Ciudadanos al Gobierno para la gestión de la crisis en Catalunya

Casado pide una respuesta "firme" ante las declaraciones de Torra en el Parlament

Iñigo Aduriz / Irene Castro / Aitor Riveiro

Las estrategias de campaña y la proximidad de las elecciones generales del 10 de noviembre han diluido en cuestión de días la unidad en torno a la gestión de la crisis en Catalunya que le prometieron el Partido Popular y Ciudadanos al Gobierno el lunes, nada más conocerse la sentencia del Tribunal Supremo sobre el procés.

De nada sirvieron los encuentros bilaterales que mantuvo el miércoles el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, con Pablo Casado, Albert Rivera y el líder de Unidas Podemos, Pablo Iglesias, para tratar de asegurarse esa unidad de acción ante el agravamiento de la violencia en las calles catalanas, reuniones en las que dejó las puertas abiertas a cualquier escenario.

Los dos partidos que luchan por el electorado de centro derecha a través de constantes cambios de estrategia han decidido ir por libre y han pasado de asegurarle su apoyo a criticar con dureza la actuación del Ejecutivo ante los disturbios de los últimos días en Catalunya.

En busca de los votos más conservadores PP y Ciudadanos reclaman ahora a Sánchez una mayor contundencia. Los dos plantean la activación del mecanismo para aplicar el artículo 155 de la Constitución contra la Generalitat de Quim Torra y han exigido incluso la cabeza del ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, porque el miércoles, durante los altercados en las calles catalanas, salió a cenar junto a su jefe de Gabinete a un restaurante próximo al Ministerio.

Un descontento disimulado

Sus posturas contrastan con la primera reacción que tuvieron Casado y Rivera ante la sentencia del procés. El lunes, el líder del PP celebró que el fallo demostraba que “quien la hace la paga”, una afirmación no compartida por muchos dirigentes del PP que consideraron que la decisión del Supremo fue demasiado tibia al no contemplar el delito de rebelión que pedía la Fiscalía, y que posteriormente fue matizada por la portavoz de los populares en el Congreso, Cayetana Álvarez de Toledo, que se confesó “decepcionada”. Ella fue la única voz inicialmente discordante con la línea oficial del partido, que trató de disimular su descontento con el fallo.

En una comparecencia sin preguntas en el Parlamento, Casado insistió además en su apoyo cerrado al Ejecutivo de Pedro Sánchez ante cualquier posible respuesta que la sentencia pudiera generar en las calles catalanas, en forma de protestas o altercados. “El Gobierno cuenta con nuestro total apoyo para las medidas que preserven el orden público de los ciudadanos en Catalunya”, dijo el presidente popular.

Tras los primeros disturbios del lunes, agravados el martes y el miércoles, y ante el surgimiento de distintas voces dentro del PP que reclamaron a su dirección una mayor contundencia en su estrategia en Catalunya –así lo explican dirigentes populares a eldiario.es–, Casado realizó un nuevo viraje en su discurso para pasar del mensaje de la unidad del “constitucionalismo” en el que incluía al PSOE, a la crítica más dura contra el Gobierno, al que ha llegado a responsabilizar de los brotes violentos.

El líder del PP cree ahora que el Gobierno está “sobrepasado por los acontecimientos” en Catalunya y “no está a la altura de lo que se exige para garantizar el orden público y la seguridad”. “Unidad sí, pero para hacer algo”, dijo la noche del miércoles en una entrevista en Telecinco. “El Ejecutivo puede estar en funciones, pero el Estado y la respuesta a los desafíos ilegales no pueden estar en funciones”, añadía este jueves en Bruselas, a donde viajó a la reunión del PP europeo.

“La ultraderecha marca los límites”

En un mensaje ambiguo, a la vez que criticaba al Gobierno por su supuesta tibieza con la Generalitat de Quim Torra, que tiene las competencias de Seguridad en Catalunya, Casado aseguraba que acudía a la capital comunitaria a “hablar bien de España”. Pero lejos de respaldar al equipo de Sánchez por la coordinación entre Policía y Mossos d'Esquadra, el líder del PP reclamaba a Sánchez que aplique ya la Ley de Seguridad Nacional y que envíe a Torra el requerimiento de “cumplimiento de las obligaciones constitucionales y legales”, el paso previo al 155.

Nada más terminar la reunión de Casado y Sánchez en Moncloa del miércoles, el PSOE ya recriminó al PP su respuesta y le advirtió de que no era el momento de hacer electoralismo pidiendo una respuesta desproporcionada.

El secretario de Organización socialista, José Luis Ábalos, que compareció en Ferraz asumiendo la posición del Ejecutivo, pidió al PP que no sucumbiera a “la presión para lanzar un mensaje electoralista o simplemente para tranquilizar a sus propias filas”, en una alusión velada a Cayetana Álvarez de Toledo, que fue la primera en desmarcarse del mensaje inicial de Génova aceptando la sentencia por sedición en vez de por rebelión. “La ultraderecha está marcando los límites de otras fuerzas”, reprochó.

El PP iba un paso más allá a raíz de unas imágenes difundidas este jueves por OK Diario. En ellas se ve al ministro del Interior, Fernando Grande-Marlaska, junto a su jefe de Gabinete, Rafael Pérez, cenando en el restaurante Válgame Dios de Madrid la noche del miércoles, justo cuando se estaban produciendo altercados en Catalunya. El establecimiento está a 14 minutos andando del Ministerio y, tal y como explicó el propio titular de Interior, tras trabajar durante todo el día bajó a tomarse una hamburguesa con su jefe de Gabinete.

Una petición “indigna”

La cena se produjo minutos después de que Marlaska interviniera en la radio a las 22.00 horas. Según confirman fuentes de Interior, después de cenar volvió al Ministerio y siguió trabajando en la gestión de la crisis catalana hasta las 2.00 de la madrugada. 

Las imágenes servían al PP para exigir la dimisión del ministro del Interior. A juicio, del secretario general de los populares, Teodoro García Egea, constituyen “una prueba más del desatino permanente del Gobierno, que no tiene claro lo que hay que hacer para mantener el orden”. “Lo mejor que puede hacer es dimitir, aplicando la misma receta que con otros partidos y otras personas que se vieron en la misma situación”, añadía el 'número dos' de Casado en una entrevista en la Cadena Cope.

El PSOE subió entonces aún más el tono contra el PP. “Resulta indigno que se haya pedido la dimisión del ministro con una gestión que ya habría querido el PP –expresó la vicepresidenta, Carmen Calvo–. Si esa es la lealtad de Estado y la ayuda que nos van a ofrecer, mejor que no la ofrezcan”.

Ciudadanos también se sumó a la petición de dimisión de Marlaska en boca de Joan Mesquida, diputado y exdirector de la Policía durante el Gobierno socialista de José Luis Rodríguez Zapatero. “Marlaska cenaba anoche en el bar de copas de moda de Chueca mientras ardía Barcelona: La imagen de alguien que sigue creyendo que es juez de la Audiencia y no Ministro del Interior por ello no puede seguir al frente de la seguridad de todos los españoles”, concluía él en un tuit.

El partido de Rivera también ha modulado su mensaje desde el lunes cuando, al conocer la sentencia, el líder de Ciudadanos prometió estar “a pies juntillas” con el Gobierno frente a los disturbios en Catalunya. Pese a la contundente acción policial, Rivera aseguraba este jueves que el Ejecutivo está “paralizado” y le exigía la intervención de la autonomía catalana. “La mejor manera de asegurarse de que Torra se vaya es utilizando el artículo 155 y cesándole”, aseguraba Rivera en una entrevista en Antena 3.

Críticas políticas de Iglesias

Pedro Sánchez ha pedido la unidad de acción frente al desafío en Catalunya al plantear que su respuesta sería “firme y proporcional” a la vez que buscaría la “unidad” de los principales partidos.

Unidas Podemos sí se ha posicionado, por el momento, en un ámbito más próximo al del Gobierno en funciones. Pablo Iglesias reclamó el miércoles tras reunirse con Sánchez trabajar para la “desinflamación” del conflicto y para recuperar “el diálogo”. Este jueves insistía en una entrevista en Antena 3 al pedir al Ejecutivo “moderación, mesura y calma”.

Desde el grupo confederal y desde los comunes lamentan, no obstante, el uso de pelotas de goma por parte de la Policía Nacional frente a los disturbios en Catalunya, al ser un material prohibido para los Mossos.

Las críticas de Iglesias hacia Sánchez llegan más por el lado político. El secretario general de Podemos cree que hay que abrir ya un diálogo entre las fuerzas políticas catalanas y con el resto del Estado. Para Unidas Podemos, el PSOE ha pecado de inacción con el problema catalán al estar más preocupado por las encuestas y la incidencia electoral que podría tener asumir riesgos que por solucionar el conflicto.

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