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El Aita Mari, a la espera de comenzar el desembarco en el puerto de Augusta

San Sebastián —

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San Sebastián, 21 feb (EFE).- El buque de salvamento Aita Mari se encuentra ya fondeado este domingo en el puerto siciliano de Augusta (Italia), a la espera de la autorización para iniciar el desembarco de los 102 náufragos que rescató el viernes de una patera a la deriva en el Mediterráneo central.

Según han informado a EFE fuentes de la ONG Salvamento Marítimo Humanitario, promotora del Aita Mari, el Gobierno italiano autorizó anoche al pesquero, reconvertido en barco de rescate, ra dirigirse a Augusta como “puerto seguro”, donde permanece a la espera de que desde tierra se active el “protocolo de desembarco” de los náufragos.

Las citadas fuentes han explicado que el viaje hasta el puerto siciliano ha tenido lugar con total normalidad sin que se haya producido ningún tipo de problemas a bordo.

El Aita Mari rescató el viernes a 102 personas, entre las que había siete mujeres, dos de ellas embarazadas, y un bebé, de un bote de madera a la deriva.

Poco después localizó una segunda embarcación con otras 46 personas a bordo, pero como carecía de capacidad para embarcarlas, les repartió chalecos salvavidas, víveres y agua, mientras buscaba “una solución” para ellas.

Posteriormente, a la espera de respuesta de las autoridades competentes, las 46 personas del segundo bote decidieron continuar la navegación hacia Lampedusa (Italia), adonde consiguieron llegar por sus propios medios.

Por su parte, el Aita Mari solicitó “amparo” a Italia y Malta, pero este último país rechazó “abrir su puerto” al buque de rescate, aunque finalmente el Gobierno italiano sí autorizó la llegada a Sicilia del buque de salvamento.

La mayoría de las náufragos a bordo del Aita Mari, a los que se les repartieron ropa seca, mantas y comida para que se recuperaran, “son menores de edad que se encuentran muy débiles”.

De hecho, uno de ellos tuvo que ser ingresado en observación en la clínica del barco porque presentaba “síntomas de hipotermia y posible intoxicación por inhalación de vapores del combustible”, al parecer porque viajaba al fondo de la patera de la que todos ellos fueron rescatados.

“El resto de sus compañeros de viaje presentan signos de tortura como disparos en los pies, quemaduras con agua hirviendo y fracturas”, según Salvamento Marítimo Humanitario.

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