Un cambio en el MIR rebaja la calificación de miles de aspirantes y amenaza con dejarles sin su especialidad
Lío con el MIR. Un cambio en la forma de contabilizar las notas de la carrera de Medicina –y todas las sanitarias, como Farmacia o Enfermería– que ha realizado este año el Ministerio de Sanidad ha provocado que miles de aspirantes hayan visto cómo les ponían una nota media de la carrera de 5 por defecto, alterando la clasificación y por tanto, quizá, el futuro laboral de todos ellos, según denuncian algunos perjudicados y adelantó El Español.
El problema ha surgido a partir de un cambio de criterio de Sanidad con las notas. En anteriores convocatorias, el ministerio tenía un baremo para la carrera que iba del 1 al 4. El 1 equivalía a un aprobado (entre 5 y 6,9 de nota), el 2 al notable (de 7 a 8,9), el 3 al sobresaliente (9) y el 4 a la matrícula de honor. Pero este año han pasado a una valoración de 1 a 10. Y ha llegado al caos porque no todas las universidades califican así y muchos aspirantes han visto cómo su nota quedaba en un 5.
Le ha ocurrido a Ana Saavedra, graduada en Medicina en la Universidad de Ulm, en Alemania. Allí califican con entre un 1 y un 4 (si se aprueba). “La equivalencia la tenía que hacer la universidad, pero la universidad me dijo que lo tenía que hacer el ministerio”, lamenta. “Se lo expliqué al ministerio y me dijeron que acreditase la negativa de la universidad, lo que hice, y pedí al ministerio que hiciera la equivalencia”, explica.
Nunca sucedió. La sorpresa llegó cuando fue a mirar su nota y descubrió que el notable alto que traía de Alemania se había convertido en un aprobado en España (un 5). Se da la circunstancia de que Ana se había presentado el año pasado ya. Mismo expediente, misma persona. Entonces sí le dieron la nota que le correspondía.
Esta vez no. “Pensaba que había dado los pasos correctos porque seguí las instrucciones que me habían dado [desde Sanidad], pero me vi con un 5 que no esperaba. Puede costarme cientos de puestos en las listas”, lamenta. Ante la falta de soluciones por parte de Sanidad, Ana se ha marchado a Alemania a hacer un intento desesperado de que le hagan la equivalencia, algo que sabe muy difícil porque su universidad ya le ha dicho que no lo hará.
Algunas academias dedicadas a preparar el MIR han informado a sus alumnos de que 3.815 de los aspirantes (uno de cada cuatro) obtuvieron un 5 por estos problemas con las baremaciones, aunque otras fuentes elevan la cifra hasta los 4.700. Los aspirantes tienen hasta este martes para reclamar.
El Ministerio, sin embargo, no parece observar mayores problemas. Sanidad explica que cuando se convocaron las plazas se estableció que “el expediente académico se presente conforme a lo establecido en el Real Decreto 1125/2003 (...), es decir, conforme al sistema europeo de créditos”. Y añade el ministerio: “Con esta adaptación normativa se da respuesta a la solicitud que decanos y estudiantes de medicina llevan años trasladando al ministerio”. Lo explicaba Rodrigo Gutiérrez, director general de Ordenación Profesional del ministerio.
Según el ministerio, quienes han obtenido un 5 es bien porque no han presentado sus méritos académicos o porque las certificaciones que han presentado no se ajustan al Real Decreto mencionado.
Los aspirantes rechazan esta postura. “A mí me dijeron que si la universidad no lo hacía [certificar las notas] lo harían ellos. ¿Por qué no lo han hecho? No lo sé. Pero supongo que a toda la gente que no tenía las notas en base a 10 les han puesto un 5”, especula Ana.
El MIR (Médico Interno Residente) es una prueba que deben aprobar los licenciados en Medicina para acceder a una plaza de especialista en formación. Las otras carreras sanitarias tienen su propia versión similar. Abierta a nacionales o extranjeros con títulos homologables, la prueba consta de un examen, cuya nota se barema después con la media obtenida durante la carrera. De ahí sale una nota final con la que se ordena a los aspirantes. Además, se da la circunstancia de que con los cambios de este año la nota de la carrera cuenta más que nunca para establecer la calificación final (un 10%).
La clasificación es importante, porque los futuros especialistas –médicos, enfermeros, farmaceúticos– eligen a partir de ahí en orden la especialidad que quieren cursar y en qué hospital harán esas prácticas que dan la especialidad. Caer puestos en la lista, por tanto, puede suponerle a un aspirante que su plaza deseada ya no esté disponible o incluso acceder a una plaza o no: Sanidad ofreció este año 7.512 plazas, a las que optaron más de 15.000 aspirantes.
Lo mismo le ha sucedido a V. A. y P. H., graduadas extranjeras que prefieren no ser identificadas. Vinieron a España exclusivamente a hacer el MIR. “En la web del ministerio informaban de que si nuestra universidad no hacía las equivalencias ellos se encargarían”, explican. Hicieron el pertinente trámite, pero no les ha servido para nada. También se han encontrado con un 5.
“El año pasado a los que vinieron de nuestra universidad con el certificado del centro les quedó bien el cambio, no tuvieron problema”, cuentan. “Era el ministerio el que hacía el cambio”. Cuando observaron el error, llamaron al ministerio. Agua. Lo mismo lamentan otros aspirantes, que especulan con que las líneas telefónicas debían estar saturadas, porque nadie les atendió al teléfono.
Estas graduadas calculan que pueden haber perdido centenares de posiciones en las listas. “Ni siquiera tengo aún elegida la especialidad que quiero, pero [si no se arregla] son 700 oportunidades que se me van para poder elegir”, cuenta V. A. “Y viendo las listas hay gente con peor nota que yo en el examen pero que tienen mejor puesto por el baremo, esto también es quitarle importancia al examen”, denuncian.
Ana Saavedra sí sabe qué quiere hacer. “Me gustaría una especialidad quirúrgica”, explica, “y para eso, al menos otros años, estando por debajo del puesto 4.000 se podía aspirar a algo. Me he quedado en el 4.306 y creo que subiría bastante si me dieran la nota que me he trabajado durante este tiempo”, lamenta.
Este martes se cierra el plazo para reclamar, a mediados de marzo salen las listas definitivas y en mayo los futuros especialistas firman los contratos y empiezan a tomar posesión de las plazas. Quienes y en qué orden, está por verse. “Si hubieran sido 100 personas las perjudicadas entiendo que sería nuestro error”, explica P. H. “Pero somos 4.500, el error es suyo”, zanja.
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