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“Carrillo ha puesto el foco en el aspecto contable y ha sacrificado los aspectos académicos”

"Ni sé ni me importa si Carrillo ha pactado con Podemos, cada uno es libre".

Daniel Sánchez Caballero

El próximo miércoles se conocerá quién va a dirigir los próximos cuatro años la Universidad Complutense de Madrid, la mayor de España. El catedrático de Álgebra Carlos Andradas afronta la elección con la confianza de haber ganado la primera vuelta (con un 36,5% de los votos frente a un 27,4% de su rival, el actual rector, José Carrillo) con el apoyo de los estudiantes y los profesores titulares. Andradas, que ya fue vicerrector con el equipo anterior a Carrillo, cree que éste se ha basado sólo en criterios económicos y propone recuperar el prestigio que, dice, ha perdido la universidad estos años.

¿En que se basa su proyecto?

Se llama +Complutense. Proponemos que frente a la coyuntura, ante el deterioro que se siente en los últimos años, tenemos que poner más Complutense en el ámbito regional, nacional e internacional. Más Complutense es hacer más, revisar la docencia, los títulos, los grados, nuestro índice de fracaso, cómo está funcionando la inserción laboral, por qué han disminuido los alumnos de máster (evidentemente alguna parte se deberá a la subida de las tasas, pero algo habrá que hacer). Significa más formación permanente, que se ha descuidado y tiene que ser un servicio social que ofrezca la universidad pero también sea una fuente de ingresos. Significa más investigación, más atención a las personas. Hay muchos interinos en el PAS y en las figuras de personal docente investigador. Y significa cuidar a los estudiantes. El objetivo es que ninguno se quede fuera de la universidad por razones económicas. Por último tenemos que lograr más recursos económicos para poder hacer más, aunque con lo que hay creemos que se pueden hacer más cosas.

¿Cómo se incrementan los fondos?

Hay que estabilizar los recursos que recibimos de la Comunidad y definir mediante un contrato programa cómo van a evolucionar en el futuro para poder planificar. Sería un contrato programa que nos permita saber con cuánto vamos a contar no el día de antes, sino con capacidad para planificar a más largo plazo. Una vez conocido este suelo de financiación pública, se complementa con actividades propias. Ahí entra la formación permanente, los títulos propios, la oferta de formación para profesionales, formación a la carta, para otras administraciones, etc. Y tenemos que aumentar los recursos por investigación y transferencias mediante la captación de proyectos nacionales y europeos, firmas de contratos de colaboración con empresas o la prestación de servicios externos a través de las clínicas de la Complutense. La tercera pata que hay que explorar y creo que va a tener una importancia cada vez mayor son los patrocinios y mecenazgos.

La universidad tiene una deuda importante. Sus rivales le acusaban de que no ser muy creíble en las cuestiones económicas por ser responsable en parte de este agujero en su anterior etapa como vicerrector.

Esto no es así. Se me achaca que dejé –y se personaliza en mí– una deuda de 151 millones. Yo me ocupé de dos vicerrectorados, Investigación y Profesorado. Me gustaría que se me juzgara por las cosas de las que me ocupé. Es verdad que cuando salimos del rectorado había facturas impagadas por 151 millones de euros. También había unas reclamaciones judiciales a la Comunidad que se han traducido en 60 millones de euros de ingresos. Ya son 90 millones de deuda. Cuando Carlos Berzosa [el anterior rector] entró en el rectorado en 2003 una auditoría cifró la deuda que ya había en 100 millones. Ahora la deuda reconocida por el rectorado es de 100 millones.

¿Todos los problemas de la universidad se resuelven con dinero?

No. Una de las cosas que decimos es que no todo se puede achacar a la falta de recursos. Sabemos que han sido años difíciles, con recortes. Pero, por ejemplo, las escuelas de doctorado siguen sin definirse, que es una cosa de la que se hablaba ya cuando entró este rector. Con la formación permanente si la hubiéramos mantenido habríamos podido captar más ingresos. No se ha celebrado ningún concurso de traslados interno, y estaba prometido. No se han aprobado los estatutos, y no cuesta un euro. Tampoco ha funcionado bien la comunicación. Los estudiantes han sufrido una agresión importante con las tasas y el 3+2 y no se han sentido escuchados por el rectorado.

¿Ha hecho bien algo Carrillo en cuatro años?

Seguro que sí. La contabilidad no la ha hecho mal. Otra cosa es que haya sido mérito suyo. Ha logrado que la deuda no haya aumentado a pesar de los recortes externos. Es verdad que se ha enjugado en gran parte debido a las sentencias que he mencionado antes y que ha habido un ahorro en personal tremendo, en torno a 60 millones por las jubilaciones. La comunidad ha disminuido la subvención nominativa en unos 60 millones de euros. Y se ha aumentado la captación por tasas en torno a unos 60 millones. Esas son las cuentas. No todo es negativo. Pero se ha puesto el foco en el aspecto contable sacrificando aspectos que la comunidad universitaria piensa que son sus señas de identidad.

¿Ha perdido prestigio la universidad como consecuencia de estas políticas?

Es difícil de medir, pero es verdad que en los ránkings internacionales hemos descendido. Que la percepción social que hay, cuando preguntas a alguien qué imagen tiene de la Complutense, no está asociada a ningún proyecto concreto. Unos te dicen que está excesivamente politizada, o que menudo lío con el tema de Medicina, o con las imágenes de San Cemento (la fiesta que organizan los estudiantes de Arquitectura). Esa es la imagen de la universidad desgraciadamente.

¿Qué le parece el 3+2? ¿Lo aplicaría?parece el 3+2

Así no. Tal y como se ha gestionado, con absoluto disenso entre los estudiantes, los rectores, el propio Consejo Escolar del Estado, que tiene un informe negativo. Y no con estas condiciones de contorno. Con esta subida de tasas que ha habido que además afecta mucho más gravemente al máster que al grado, ir al 3+2 es un atentado a la igualdad de oportunidades.

Ha mencionado la precaridad laboral de ciertos trabajadores, de muchos interinos. ¿Hay margen para cambiar su estatus?

Claro que sí. Nuestro compromiso es inequívoco. Hay bulos que me gustaría desmentir. Dicen que si salgo rector voy a hacer externacionalizaciones y despedir personal. No lo voy a hacer. Se puede hacer sin un costo excesivo, porque es gente que ya está dentro. Primero hay que sacar a concurso interno de traslados. Y después con las plazas que queden a resultas sacarlas a concurso oposición con unos baremos que valoren todos los años de servicio de la gente que está aquí interina desde hace 20 años. Que no solo es ilegal, sino inmoral.

Lamenta que las tasas sean muy altas, pero desde la universidad no hay margen para cambiar esto.

Una universidad sola puede tener poco margen. Pero la CRUE podría hacer una gran presión sobre el Gobierno. A nivel regional se puede hacer presión desde la CRUMA. Y se puede actuar a nivel de universidad. Primero mediante ayudas internas que palíen esos efectos. Y segundo planteándose la posibilidad de tener algún gesto simbólico. El decreto de tasas de la Comunidad dice 'hasta 33 euros por crédito'. Podrían dejarse en 32,5 euros. Es difícil de hacer si previamente no se ha alcanzado este contrato programa al que aludía antes. Nosotros proponemos poner un fondo de un millón de euros para paliar los efectos de la subida de tasas entre los estudiantes más necesitados.

Espacio europeo de educación superior. No se ha acabado de implementar como debería en algunos casos. ¿Qué está pasando?

Estamos empezando. Cinco años en educación es poco tiempo. Son dos promociones, hay que evaluar, medir la inserción laboral, el fracaso escolar, el grado de satisfacción de los alumnos. El número de horas presenciales de los alumnos es demasiado alto, en algunas titulaciones al menos. En otros países europeos el número de horas presenciales es menor y la parte de trabajo personal, experimental o práctico del alumno es mayor. Hay que modular eso, desarrollar más las prácticas curriculares en empresas, que puede facilitar la inserción laboral. Tenemos ahí un vacío tremendo.

¿Es de los que cree que Carrillo ha pactado con Podemos?

Ni lo sé ni me importa. Cada uno es libre de hacer lo que quiera.

¿Usted ha pactado con alguien?

No. Si algo tengo claro es que quiero llegar al rectorado, y si lo consigo me enorgulleceré de ello, sin ningún tipo de hipoteca. Soy una persona progresista, me considero de izquierdas, pero nunca he pedido apoyo explícito a nadie. Lo que he pedido siempre es que dejen libertad de voto.

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