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“¡Nuestro amor no se cura!”: concentración en Alcalá de Henares contra los cursos homófobos del obispado

Manifestación contra la LGTBIfobia en la Catedral de Alcalá.

Mario Escribano

“Nuestro amor no se cura”. Ese ha sido el lema que ha unido a más de medio centenar de personas que se han besado este martes a las puertas de la Catedral de los Santos Justo y Pastor (Alcalá de Henares, Madrid) como repulsa ante los cursos ilegales y clandestinos que ofrece la diócesis de la localidad para 'curar' la homosexualidad.

Instantes antes del comienzo del acto -a las 19h- se han vivido algunos momentos de tensión entre manifestantes y algunos fieles que estaban en el interior. Unos minutos después, se presentaban en el lugar cinco policías nacionales y dos locales, que finalmente solo han estado observando y no han tenido que intervenir.

El icónico A quién le importa de Alaska y Dinarama retumbaba en un altavoz portátil pocos antes de la lectura del comunicado, aunque a los pocos segundos el acto se ha visto interrumpido por el sonido de las campanadas del templo, impidiendo que se escuchara con claridad el discurso. “Soy cristiana y no quiero que esto pase en la Iglesia”, comentaba una mujer de avanzada edad con algunos de los activistas, criticando duramente la actitud de la dióscesis de la ciudad. “Jesús no quiere eso, él acogía a todo el mundo”, les ha espetado.

Raúl y Jaime, dos veinteañeros que se besan a las puertas de la catedral señalan que las terapias promovidas por la diócesis son “vergonzosas” y piensan en los más pequeños: “Con estas terapias, los niños solo pueden sufrir”. “Estábamos en la universidad, nos lo ha enseñado una profesora y nos hemos quedado a cuadros”, apunta Lourdes, una alcaína de 18 años, sobre los cursos para 'curar' la homosexualidad.

Poco después de la interrupción, uno de los activistas ha entrado a la catedral envuelto en la bandera LGTBI y acompañado de otra chica, con la intención de protestar dentro del templo. El resto les han seguido irrumpiendo bajo la proclama “vosotros, fascistas, sois los terroristas”.

Un señor que estaba en el interior -donde la protesta ha durado unos veinte minutos- ha increpado a los manifestantes. A su juicio, a quienes debían ir a pedir explicaciones es “a los musulmanes”, aseverando que en esa religión la intolerancia les lleva a cometer ejecuciones. “Qué vergüenza”, les ha recriminado otro hombre que acudía a misa, a quien le han espetado: “Vergüenza es no poder follar con quien me dé la gana”. Esta misma persona ha mantenido una acalorada discusión con los asistentes por la grabación del suceso: “Ya que me he quedado sin misa, os grabo”.

Por su parte, un matrimonio que había acudido a la concentración, también ha entrado para ver qué ocurría con la protesta. “Es un inquisidor”, señala María sobre el obispo alcaíno, Reig Plá, a lo que Salvador agrega que “no es lógico que a estas alturas esté reivindicando que la homosexualidad es una enfermedad, es una locura”.

Los activistas que han entrado han reconocido haberlo hecho como provocación al ver que el templo “estaba lleno de policías” y porque “la iglesia es el lugar del obispo”. “Tenemos que despertar la sensibilidad del pueblo de Alcalá. No podemos consentir como ciudadanos que haya personas que nos vapuleen de esta forma”, ha explicado el joven a eldiario.es.

Respecto a la mujer que le acompañaba, ha asegurado que sus motivos eran también personales. Ella viene de México, de una familia muy católica que “estuvo a punto varias veces de meterla en una de esas 'terapias'”, por lo que en cuanto supo de la convocatoria, decidió acudir en señal de protesta. Ambos han preferido preservar su identidad a los medios por miedo a posibles represalias.

Cerca del final de la concentración y cuando ya muchos se habían marchado, han llegado a ser 15 los agentes, que han cerrado las vallas de acceso al lugar una hora después del inicio de la convocatoria. A unos metros de la concentración, algunos asistentes a la catedral comentan lo ocurrido. “Son unos niñatos, ha sido un allanamiento”, dice sofocada, aunque uno de sus amigos le responde: “El obispo es un provocador. Que haga su labor, pero que respete y no ofenda”.

“El obispo va a misa pero sin leer el Evangelio”

La concentración ha sido convocada por distintos colectivos LGTBI, como Kifkif o Diversa, tras conocer la información adelantada por eldiario.es, utilizando también el lema: “Amar no tiene cura; el odio sí: la diversidad”. “Hemos venido a echarles en cara que estas medidas son ilegales”, ha explicado Javier Navarro, portavoz de Kifkif en la localidad, que ha aseverado: “Estamos dispuestos a llegar hasta el final para que este tipo de actos no sucedan”. También ha acudido la líder de Podemos en la ciudad, Teresa López, que ha definido al obispo como “un hombre de los que van a misa pero sin leer el Evangelio”.

Un periodista de este medio se infiltró en una de las charlas ofrecidas por el Centro de Orientación Familiar Regina Familiae, perteneciente al obispado de Alcalá, en la que se referían a la homosexualidad como “una herida que puede curarse”. Además, estos cursos son impartidos por una pseudoterapeuta que, tal y como ha comprobado este periódico, no está colegiada como psicóloga y, por tanto, se trata de una persona no habilitada para llevar a cabo tareas de este tipo.

Durante las conversaciones con el periodista de eldiario.es, esta supuesta psicóloga se muestra consciente de la gravedad de las actividades impulsadas por la diócesis, llegando a definirlas como “un acto LGTBfóbico cognitivo” y lamentando que “podrían llegar incluso a cerrarnos el centro”. Asimismo, se ofrecían distintos materiales para complementar las pseudoterapias, como el caso del libro 'Terapias Reparativas', del psiquiatra estadounidense Joseph Nicolosi.

“La mentira gay y la desinformación sobre este tema está llevando a muchos adolescentes y jóvenes a pensar que han de aceptarse y por lo tanto, se les está condenando a una vida de sufrimiento, de mentira, de degradación y de muerte”, llega a afirmar la encargada de las charlas, tal y como se puede escuchar en los audios difundidos por este periódico.

La gravedad de los hechos, que podrían estar en conflicto con la ley regional de Protección Integral contra la LGTBfobia, ha promovido la denuncia de Más Madrid ante la Comunidad, que pide la sanción máxima estipulada: hasta 45.000 euros de multa. Si la denuncia prosperara, podría llegar a suponer que, durante tres años, la diócesis quedara inhabilitada “para el ejercicio de servicios sociales, educativos, asistenciales, de juventud e infancia”, así como la imposibilidad de firmar contratos con la Administración pública durante ese mismo periodo. Colectivos como Facua o el Observatorio contra la LGTBIfobia ya han anunciado que tomarán medidas legales en esta misma dirección.

Por su parte, la Comunidad de Madrid ha confirmado en la misma mañana que se ha presentado la denuncia que ya ha abierto una investigación para estudiar el caso. No obstante, según ha podido saber eldiario.es, por el momento solo se contemplan “sanciones administrativas”, y no el “cese de actividad” del centro señalado.

Lejos de retractarse, el obispado de Alcalá ha emitido un comunicado en el que enmarca los hechos dentro de una “operación para intentar provocar miedo y coartar la libertad de la Iglesia”, acusando a eldiario.es de “la fabricación de fake news, en el colmo de la desinformación de la que habla el papa Francisco”.

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