Ecologistas critican la tibieza en las propuestas ambientales del gobierno de Díaz Ayuso
Trece de las 155 medidas integradas en el programa de gobierno de la Comunidad de Madrid, fruto del acuerdo entre Ciudadanos y el Partido Popular, tienen que ver con el medio ambiente. Las propuestas verdes de la recién entrada administración liderada por la popular Isabel Díaz Ayuso incluyen la repoblación de 500.000 árboles, la creación de un nuevo plan energético para la región —Horizonte 2030—, así como de una Ley de Economía Circular, entre otras. Sin embargo, el gobierno de Díaz Ayuso se ha olvidado de la emergencia climática, critican los ecologistas. En su programa no hay ni una sola mención al calentamiento global, pese a que, en marzo, la entonces candidata a la presidencia de la comunidad prometiera impulsar la primera Ley de Cambio Climático en Madrid.
Todas las organizaciones conservacionistas consultadas por este diario han resaltado esta carencia, así como la falta de un plan de calidad del aire eficaz, de una política de biodiversidad y de un plan de gestión de residuos que apunte al vertido cero, “no sólo en la teoría sino también en la práctica”.
Desde WWF, el director de conservación, Enrique Segovia, ha manifestado a eldiario.es su preocupación sobre cómo puede afectar al medio ambiente la rebaja de hasta un 5,5% en el impuesto del IRPF que pretende llevar a cabo el gobierno de Díaz Ayuso. “Vamos a peor”, lamenta Segovia. “Precisamente, una de las medidas potentes que puede tener la Comunidad de Madrid es una fiscalidad verde”, lo que no supone una subida de impuestos, sino un cambio en la fiscalidad, precisa. “Si quieren bajar los impuestos, ¿por qué no ligan esa bajada a buenas prácticas ambientales?”.
En materia de conservación, la única apuesta del gobierno autonómico por el momento es la de plantar 500.000 árboles y crear un “arco verde” para conectar los parques regionales. La medida ha sido calificada por las oenegés ecologistas como “muy insuficiente” si se quiere atajar la crisis ecológica. Además, los especialistas han insistido en que la Comunidad de Madrid “no necesita más árboles”, sino que lo que precisa es un plan de gestión forestal, otro de protección de especies y una regulación para declarar espacios protegidos, algo que a día de hoy no existe en la región.
Madrid tiene un problema de gestión forestal que no se está abordando, recalca Enrique Segovia. “Somos muy eficaces apagando fuegos pero, como no tenemos todavía ningún plan de gestión, cuando se dan situaciones muy adversas los incendios se nos van de las manos”, explica este experto, quien se remite al ejemplo del incendio que este verano se originó en Almorox (Toledo) y que se propagó a la Comunidad de Madrid, en que la coordinación fallida entre comunidades resultó en un fuego que terminó afectando a más de 2.300 hectáreas madrileñas.
Por otro lado, Madrid es la única comunidad autónoma que no ha aprobado todavía ningún plan de recuperación de especies amenazadas. “No tiene ni un solo plan para proteger a las especies que la propia administración ha declarado en peligro de extinción, lo que está afectando, por ejemplo, al águila imperial, al buitre negro, al cernícalo primilla y al lobo”, señala Segovia. Por todo ello considera que hay mucho por hacer en cuanto a biodiversidad, pero opina que la repoblación que propone el gobierno no es la solución. “Eso demuestra el grado de conocimiento y sensibilidad que tienen. Si para ellos el medio ambiente consiste en plantar árboles pues es que tenemos que empezar de muy lejos”, sentencia.
También en Greenpeace están en desacuerdo con la política de los 500.000 árboles: “Hace 20 años repoblar era una medida que se contemplaba pero hoy, si a la crisis climática le sumas la crisis de biodiversidad, es una propuesta muy vacía”, valora María José Caballero, directora adjunta de Programas de esta organización.
Por su parte, la coordinadora en Madrid de Ecologistas en Acción, María Ángeles Nieto, se atreve a juzgar este plan de repoblación como “un mamoneo” y “una corruptela”. En realidad, la política no es nueva, sino que viene llevándose a cabo desde 2006, cuando se aprobó, con Mariano Zabía como consejero de Medio Ambiente, el Plan de Repoblaciones 2006-2010 para reforestar 15.085 hectáreas con 69.526.000 euros de presupuesto.
“De las repoblaciones que han hecho desde entonces no conocemos ni una sola que haya prosperado”, asegura Nieto, quien explica que los árboles plantados se acaban secando. “Y no solamente se mueren sino que la Comunidad de Madrid vuelve a plantar periódicamente sobre el mismo sitio, porque no tiene más suelo público donde plantar, y no obliga a la empresa a hacer un seguimiento”, advierte. En cualquier caso, el problema, para ella, es justo el contrario a la falta de árboles: “Los montes de Madrid son muy densos, y muy muertos, porque no hay diversidad”.
Desde la Consejería de Medio Ambiente declaran que todavía no pueden dar explicaciones concretas acerca de estas propuestas planteadas ya que la consejera, Paloma Martín, “acaba de aterrizar y aún está estructurando la administración”, pero clarifican que, de momento, no se contemplan más medidas ambientales que las que incorpora el programa de gobierno consensuado entre PP y Cs.
Plan de movilidad sostenible
Otro de los grandes retos para la gobierno autonómico de Madrid es solucionar el problema de la movilidad. Después de que, en julio, el gobierno municipal de Martínez-Almeida intentara sin éxito acabar con Madrid central—el plan impuesto por la administración de Manuela Carmena para reducir los niveles de contaminación atmosférica en la capital—, la decisión de Bruselas de finalmente llevar a España ante el Tribunal de Justicia por sobrepasar los límites de polución en varias de sus ciudades (incluida Madrid) ha vuelto a subrayar la importancia de rediseñar el modelo de transporte en la región. Aunque el programa de gobierno sólo sugiere un plan de incentivos a la compra de vehículos de bajas emisiones, la presidenta de la Comunidad de Madrid sí ha manifestado su apuesta por un plan de movilidad sostenible, con aparcamientos disuasorios, nuevos carriles bus-vao (A-2, A-3, A-5 y A-42) y el fomento del transporte público.
Para María José Caballero, de Greenpeace, “las medidas sueltas no suenan mal, pero son las que ya estaban”, por lo que a su juicio no son suficientes. “Poner más carriles buses está fenomenal pero de lo que se trata es de desincentivar el transporte privado, por los problemas que supone para la contaminación y para el cambio climático”.
De esta opinión es también María Ángeles Nieto (EEA): “Madrid necesita un plan de movilidad que vaya dirigido a reducir el uso de vehículos particulares, con planes reales de mejora de transporte público y medidas disuasorias como las que empezó a aplicar el Ayuntamiento de Madrid. La idea no es cambiar vehículos que contaminan por otros que contaminan menos, sino reducir el número de coches en total”.
Gestión de residuos
Lo que para la administración de Díaz Ayuso no parece ser un problema —o al menos no lo ha incluido entre los 10 principales retos prioritarios para la comunidad— es la gestión de los residuos. Pero Madrid está a la cola del reciclaje de residuos urbanos en España. Según los datos que maneja el Ministerio para la Transición Ecológica, en 2016 la Comunidad de Madrid no llegó ni siquiera al 20% del reciclado, mientras que el objetivo que impone la Comisión Europea para los estados miembro es que en 2020 reciclen al menos el 50% de su basura municipal. El año pasado la Comunidad de Madrid aprobó su Estrategia de Gestión Sostenible de Residuos 2017-2024, que apuesta por minimizar el vertido, en línea con las exigencias de Europa de limitar la parte que llega a vertederos a un máximo del 10% de los residuos generados.
Esa es la teoría, pero la práctica es muy diferente, denuncia desde la oposición Alodia Pérez, experta en gestión de residuos y diputada en la Asamblea por Más Madrid. “Proponen una Ley de la Economía Circular y hablan del vertido cero, pero lo que estamos viendo en la práctica es que el gobierno en funciones este verano ha planteado una ampliación del vertedero de Pinto. Y de hecho ha puesto en participación pública el proyecto justo en el mes de agosto, para que pasara así sin pena ni gloria y poder ampliar el vertedero”.