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Habrá ficha para Lola: Catalunya federará a baloncestistas trans menores de 12 años según su identidad tras “abrir los ojos”

Lola, la niña cuyo caso ha convencido a la FCBQ para federar a baloncestistas trans de hasta 12 años.

Deva Mar Escobedo

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El caso de Lola supuso una “apertura de ojos” para la Federació Catalana de Basquetbol (FCBQ). El periplo de esta niña trans barcelonesa de 7 años, a la que en un principio se le impidió jugar con sus compañeras por no tener el sexo legal cambiado en el DNI, ha derivado en un cambio de postura de la federación, cuya junta directiva ha admitido federar a jugadores trans menores de 12 años según su identidad de género.

La decisión, tomada en junta directiva el pasado 16 de diciembre, se circunscribe a la categoría de premini, que abarca hasta esa edad, según ha informado la federación a elDiario.es. La cuestión es que por debajo de los 12, los niños y niñas no pueden modificar su sexo legal en el Registro Civil, que era el requisito que hasta ahora exigía la federación a todos los jugadores.

Con esta resolución buscan paliar esta laguna de la normativa: según la ley catalana del deporte, la inscripción se realizará según el sexo que conste en el documento de identidad; sin embargo, la ley trans estipula que el trámite solo puede iniciarse si ya se han cumplido los 12 años, por lo que quedarían excluidas del deporte federado hasta la preadolescencia.

Para superar este escollo administrativo, la federación catalana expedirá la ficha a las personas menores de edad en la categoría acorde a su identidad de género, para lo que tendrán que mostrar el DNI con el nombre cambiado, un trámite para el que no hay mínimo de edad. En su defecto, y teniendo en cuenta que el cambio de nombre registral puede ser un proceso largo, bastará con presentar documentación autonómica, como la tarjeta sanitaria, con la modificación del nombre hecha.

Toti Mumbrú, gerente de la FCBQ, justifica la decisión en que “hasta los 12 años no se producen cambios significativos por la pubertad, así que no hay ventaja física”, y en que en la federación deben “ser sensibles y dar respuesta a estas situaciones”.

“Lo único que tienen que hacer pequeños y pequeñas [trans] es disfrutar del deporte que les gusta como cualquier niño de su edad”, valora Ezekiel Latorre, graduado en ciencias de la actividad física y el deporte e integrante de la Agrupación Deportiva Ibérica (ADI) LGTBI+. Esta es la asociación que asesoró a la familia de Lola, la niña trans cuyo caso abrió el debate. “Es una muy buena noticia”, celebran tanto la familia como el colectivo.

La medida es también “positiva” para la FCBQ, que con esta decisión pasa a ser pionera entre las federaciones de baloncesto en España en inclusión de personas trans. La catalana considera que más comunidades podrían seguir su estela y en ADI tienen la esperanza de que así sea y que este avance ayude a solucionar algunos casos similares al de Lola con los que asesoran a jugadores y familias en otras comunidades. “Deben legislar para incluir a las personas trans. Así, el mundo del deporte va a ser mucho más justo”, asegura Latorre.

El precedente de Lola

El 11 de noviembre pasado, una mujer creaba una petición en la plataforma de recogida de firmas change.org. Bajo el título “No discriminen a nuestra hija trans* de 7 años. ¡Déjenla federarse con su equipo femenino!”, la madre de Lola contaba su caso: la niña no podía jugar con sus amigas porque no tenía el sexo cambiado en el DNI.

Lola había empezado a jugar en el club Secció Esportiva Santa Eulàlia de Barcelona el curso pasado. A esa edad, el grupo era mixto y no hubo problemas, pero, cumplidos los siete años, comenzaba la separación por sexo. La niña se quedó sin jugar y ahí comenzó la lucha de la familia por que la niña pudiera salir a la pista. La familia contactó con asociaciones e instituciones y la petición alcanzó más de 31.000 firmas, un periplo que acabó con la federación abriéndose a federar a los menores de 12 años.

Más allá de esta resolución, en ADI señalan: “Hay que seguir trabajando, no lo tenemos todo conseguido”. Apuntan a posibles obstáculos que Lola y otras como ella pueden encontrarse en el futuro. Actualmente la Federación Española de Baloncesto se adhiere a las recomendaciones de su homólogo internacional, que pide no federar a deportistas trans hasta que se redacte un protocolo sobre cómo hacerlo.

En su momento, la federación catalana se refirió al “debate abierto” que existe al respecto para justificar que el cambio de normativa se hiciera “poco a poco” y “bien hecho”. La participación de las mujeres trans en el deporte es actualmente un tema controvertido que se reabre cada cierto tiempo, aunque circunscrito al ámbito de la alta competición y no tanto al deporte base, como es el caso de Lola.

Desde que el Comité Olímpico Internacional (COI) dejara en manos de las federaciones la regulación, algunas como la de rugby, la de natación y la de atletismo han prohibido competir en pruebas femeninas internacionales a las mujeres trans que comenzaron su transición después de la pubertad bajo el argumento de que su participación vulnera la igualdad en las categorías femeninas. “Las deportistas trans deben llegar hasta donde quieran llegar, no hasta donde nosotros queremos que lleguen”, reclama por su parte Latorre.

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