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“El debate en torno a la participación de las personas trans en el deporte desvía el foco de las dificultades que tienen”

Omaira Perdomo, primera deportista transgénero en jugar en la elite del deporte español, remata durante un entrenamiento

Maialen Ferreira

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“Si es un equipo femenino y ellas mismas me siguen marginando, ellas que quieren y que han vivido lo mismo que yo, que les gusta y viven el fútbol. ¿Por qué me rechazan? Te acabas dando cuenta de que no te están rechazando por el hecho de querer jugar al fútbol, sino porque eres diferente, te ven diferente y te rechazan por eso” (...) “Es un bombardeo diario y te tienes que poner en tu sitio y repetir doscientas veces al día 'ella no, él', 'no me llamo así, me llamo así', 'soy un hombre, te estás confundiendo'. Psicológicamente es muy duro, es un bombardeo continuo porque la gente te ve de una forma y se confunde”. Estos dos testimonios pertenecen a Carlos y Dani, respectivamente. Los dos son dos chicos trans que practican deporte y son discriminados durante la práctica deportiva por sus propias compañeras y compañeros. En España, un 18,9% de las personas trans sufre acoso en el ámbito deportivo. En el caso de Europa, el 90% de las personas LGTBIQ+ considera que la homofobia y la transfobia son problemas actuales en el mundo del deporte.

Estos son los datos aportados por la investigadora de la Universidad de Valencia, Sofía Pereira, en su conferencia “La participación de las personas trans en el deporte recreativo y amateur: situación y propuestas de acción” que ha tenido lugar este lunes en Donostia, durante los Cursos de Verano de la Universidad del País Vasco (UPV/EHU) que, durante esta semana, abordarán la temática de la discriminación a personas LGTBIQ+ en el deporte. A lo largo de la jornada, distintos expertos han analizado las discriminaciones que sufren las personas del colectivo LGTBIQ+ en conjunto y en casos específicos, tanto en el deporte amateur como en prácticas deportivas de alto rendimiento, donde hasta el momento, no existe ningún estudio específico sobre el acoso que reciben los pocos deportistas de élite LGTBI que abiertamente hablan de su sexualidad.

Este sábado la Federación Internacional de Natación (FINA) ha modificado sus políticas de género y ha respaldado, con un 71% de apoyos, una nueva política que restringe que las nadadoras transexuales puedan participar en categorías femeninas si no han completado su transición a la edad de 12 años. Para Pereira, ese debate desvía el foco de lo importante, que son las dificultades de estas personas a la hora de practicar deporte en cualquier ámbito. “En los medios de comunicación existe un debate en torno a la participación de las personas trans en el deporte de élite que afecta seriamente a las mujeres trans y que alude a la ventaja competitiva que pueden tener cuando compiten contra otras mujeres. Consideramos que ese debate, más allá de cuestionar la participación de las mujeres trans en el deporte de élite, también contribuye a simplificar la temática y desvía el foco de atención de las necesidades y dificultades que tienen las personas trans en otro ámbito, como es el deporte recreativo y amateur”, ha explicado.

Se debe promocionar el acceso y la participación al deporte recreativo y amateur a personas con cuerpos no normativos, promover la creación de equipos mixtos y no olvidar, sobre todo, las necesidades que presentan las personas trans

Sofía Pereira Investigadora de la Universidad de Valencia

Esas dificultades, según la investigadora, llegan cuando entran en los vestuarios y se enfrentan a tener que cambiarse de ropa frente a otras personas, a la hora de ponerse la equipación, ya que algunos uniformes como las mallas o los bañadores son demasiado ajustados e incomodan a las personas trans porque no pueden disimular sus genitales, o cuando sufren los efectos de hormonación que alteran su estado de ánimo y su resistencia. “Empecé con el tratamiento de bloqueadores trimestrales, que se llama Decapeptyl, inyectable. Lo que me supuso fue una menopausia. Me dejaba las hormonas fuera de juego, con subidas y bajadas del estado de ánimo, insomnio. Necesitaba hidratarme mucho y no exponerme a mucho ejercicio físico”, cuenta el testimonio de Arturo, un chico trans que practica deporte y que ha leído la investigadora a modo de ejemplo.

Una de las posibles soluciones a la hora de hacerles menos complicadas estas situaciones, según Pereira, es utilizar un lenguaje neutro que no asuma la identidad de género ni la orientación de género de las personas, así como preguntarles cómo quieren ser nombrados y utilizar los pronombres que ellos o ellas utilizan para describirse. En cuanto a los casos de acoso, la experta ha explicado que en los equipos o durante las prácticas deportivas, se debe tratar la diversidad sexual y de género como una fortaleza y no como una debilidad. “Se puede utilizar el liderazgo de las personas trans o LGTBIQ+ en general para promover la diversidad y la inclusión y se debe apoyar desde dentro del club a aquellos deportistas que decidan visibilizar sus identidades de género y orientación sexual. También ayuda el posicionarse públicamente a favor del respeto y de la diversidad”, ha detallado la investigadora.

“Se debe promocionar el acceso y la participación al deporte recreativo y amateur a personas con cuerpos no normativos, promover la creación de equipos mixtos y no olvidar, sobre todo, las necesidades que presentan las personas trans”, ha indicado Pereira, a modo de conclusión.

La “normalización” de los insultos en el deporte de élite

Sobre este tema, pero centrado en el ámbito del deporte de élite o de alto rendimiento, ha tratado el investigador de la Universidad de Sevilla, Joaquín Piedra, durante su conferencia “Situación de las personas LGTBIQ+ en el Deporte de Alto rendimiento: iniciativas inclusivas”. En ella, Piedra ha criticado que en la actualidad no existe ningún informe ni estudio que analice los casos de acoso que sufren los deportistas de élite LGTBIQ+, sin embargo, ha explicado que la Red de Investigación LGTBIQ+ EFD está realizando un estudio con 10 deportistas gays. “Algunos de ellos lo expresan libremente y otros aún no se lo han contado ni a sus familias, pero esa investigación es un paso. Hoy en día tenemos ejemplos de deportistas que están en el top y hablan abiertamente de ello, poco a poco son más, pero aún hay mucho camino por recorrer”, ha reconocido el investigador.

Lo tienen tan interiorizado que lo asumen como normal, como propio. Para ellos, los insultos homófobos forman parte de ser gay

Joaquín Piedra Investigador de la Universidad de Sevilla

Uno de los problemas del acoso a personas LGTBIQ+ en el deporte, según ha explicado Piedra, es la normalización de los insultos. “Todos conocemos el caso de Víctor Gutiérrez, que hace un año fue insultado y que la Federación de Natación sancionó a la persona que había cometido el insulto. Hace falta que eso empiece a suceder con más normalidad, porque los insultos homófobos, por desgracia, son bastante comunes en el deporte, pero para eso hace falta una ley que lo persiga o un responsable que sensibilice al equipo. Por desgracia incluso los propios deportistas insultados han normalizado este tipo de insultos, 'me dicen lo normal, maricón o hacen la típica broma de echarse contra la pared cuando entro al vestuario porque soy gay'. Lo tienen tan interiorizado que lo asumen como normal, como propio. Para ellos, eso forma parte de ser gay”, ha lamentado.

Piedra ha detallado que se está trabajando en el Anteproyecto de Ley para la Igualdad real y efectiva de las personas trans y para la garantía de las personas LGTBIQ+, cuyo artículo 25 está centrado en el deporte, la actividad física y la educación deportiva e incluye normativas reguladoras para respetar la diversidad sexo afectiva de las personas LGTBIQ+ y para erradicar la homofobia, la bifobia y la transfobia. “Este tipo de leyes son importantes, pero muchas veces, los mismos deportistas pueden hacer más por la igualdad”, ha destacado tras explicar el caso del futbolista Mikel San José, que compartió en su cuenta de Twitter la imagen de la campaña Hazte Oír en la que se preguntaba '¿Los niños tienen pene? ¿Las niñas tienen vulva?' a lo que él añadía el mensaje: “No siempre. Duda resuelta”. “Un simple tuit puede tener mucho más efecto en la juventud que el anteproyecto de ley, porque el deporte se ha vuelto un ejemplo para la inmensa mayoría de los jóvenes. Son ejemplos, nos guste o no. Así que aboguemos por aprovecharlo y promovamos la igualdad entre todos y todas las deportistas”, ha concluido.

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