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Homenaje en la Complutense al primer colectivo estudiantil antifranquista: “Ellos sí que son alumnos ilustres”

Homenaje a los miembros del primer movimiento estudiantil antifranquista

Laura Galaup

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“¡Viva la Universidad libre!”. Con este grito, que continúa escrito en la fachada de la Facultad de Filosofía de la Universidad Complutense, se ha reivindicado el papel del primer movimiento estudiantil antifranquista, la Federación Universitaria Escolar (FUE). Uno de sus integrantes, el historiador Nicolás Sánchez Albornoz ha vuelto a recorrer los pasillos en los que estudió hace 78 años. Ha recordado que en su época estudiantil esas mismas clases estaban “llenas de sotanas” y de jóvenes uniformados con “camisa azul, correajes y botas”.

“Vuestra voz es el grito que a veces nos falta para coger impulso”, ha señalado Claudia Navarro, una joven estudiante de la Universidad, que ha participado en este homenaje junto a representantes de colectivos memorialistas, alumnos y profesores de la UCM, así como familiares de miembros de la FUE. Entre los representantes académicos, se ha resaltado que la celebración de este evento “es un deber de memoria”, tal y como ha apuntado la docente Aurora Rivière.

Fue en el año 1947, en la misma Facultad que ha albergado el acto y en plena dictadura franquista, cuando tres miembros de la FUE escribieron los apellidos de Lorca, Machado y el nombre de Miguel Hernández en la fachada de la Universidad. También se inscribió el lema que se ha repetido en el acto de este lunes: “¡Viva la Universidad libre!”. La reivindicación de aquellos estudiantes antifranquistas desembocó en una redada que llevó a 16 personas a ser juzgadas por un tribunal militar de la dictadura. 

Sánchez Albornoz fue condenado a seis años de cárcel pero logró escapar del Valle de Cuelgamuros y exiliarse junto al también integrante de la FUE, Manuel Lamana. Esta fuga inspiró a Fernando Colomo para rodar Los años bárbaros.

Aunque la mayor parte de los miembros de la FUE ya han fallecido, en el homenaje han participado los dos que quedan vivos: Sánchez Albornoz y Albina Pérez. Al igual que su compañero, esta mujer también pasó por la cárcel. Ella, que fue una de las que realizó las pintadas en la UCM, fue condenada a dos años de prisión. Finalmente, estuvo retenida 20 meses en la cárcel de Ventas. 

“Sabíamos que teníamos que luchar contra Franco, no teníamos miedo. Sabíamos que nos podía pasar algo, pero no teníamos miedo”, ha insistido Pérez. A sus 98 años ha recordado en un vídeo desde León que ella junto a Mercedes Vega fueron las dos únicas mujeres que formaron parte de este colectivo.

En el Madrid de 1942, esta activista comenzó a estudiar Filosofía y Letras. En ese contexto, inició su militancia y conoció al resto de integrantes de la FUE. “Éramos muy pocos. Hicimos lo posible por darnos a conocer”, ha apuntado. Preguntada por la ideología de aquel colectivo de jóvenes estudiantes antifranquistas, ha reseñado que aunque no se relacionaban mucho entre ellos todos eran “de la misma cuerda”: “Contra Franco”. 

A sus 97 años, y aprovechando su presencia en la Complutense, Sánchez Albornoz ha recordado que a finales de los 40 “la convivencia en la Universidad era muy dura y difícil”. Tras la Guerra Civil muchos profesores se tuvieron que exiliar y las cátedras pasaron a estar ocupadas por “individuos con camisa azul y, a veces, según se dice, con pistola”.

“Los profesores no es que se portaran bien, pero tampoco mal”, ha reseñado Pérez, sobre el papel que jugaron los docentes en su expediente académico tras su paso por la cárcel. Y ha añadido: “A mí me conservaron todas las notas que tenía porque era el final de la carrera cuando nos cogieron presos a todos”. 

El peso del exilio en la vida de estos estudiantes, que en algunos casos tuvieron que abandonar el país debido a su posicionamiento antifranquista, también ha estado presente en este homenaje. “Esta historia es de adolescencia y plena juventud”, ha destacado la hija de Lamana, Maruja Lamana, que también ha tomado la palabra en el salón de acto de la Facultad de Filosofía. Su padre “no pudo volver a España en los siguientes 20 años porque el delito [que les imputaron] prescribió, pero la fuga, no”. Tras su salida forzada de nuestro país, este activista no volvió a ver a su padre “nunca más”.

Maruja Lamana ha puesto en valor la celebración de este homenaje: “Es un acto importantísimo. Lo saca de un olvido de la memoria”. Otra de las intervinientes que también ha destacado la relevancia de este evento ha sido la estudiante Claudia Navarro. Esta joven ha expresado su “impotencia” por no haber conocido hasta “hace muy poco” en qué había consistido el movimiento estudiantil antifranquista. Además, ha aprovechado la presencia de Sánchez Albornoz en la Facultad para dedicarle unas palabras de gratitud.

En este día de memoria y de reparación, también ha habido espacio para las reivindicaciones políticas. La hija de Manuel Lamana ha recordado el reconocimiento que la presidenta de la Comunidad de Madrid, Isabel Díaz Ayuso, recibió hace menos de un mes en esa misma Universidad. La lideresa del PP madrileño fue nombrada alumna ilustre, entre quejas de estudiantes y de otros compañeros de galardón. “En mi opinión alumna ilustre no le aplica, para nada. Sí que le aplica a los que estamos homenajeando hoy: a Nicolás y a todos sus compañeros”, ha destacado Lamana, quien ha insistido en que “ellos sí que son ilustres alumnos”.

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