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Nuevo 'cónclave' anti Francisco en Madrid: Gänswein sale de su exilio y dará una conferencia invitado por Rouco Varela

Georg Gänswein, junto al féretro de Benedicto XVI.

Jesús Bastante

en religiondigital.com —

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Hace un año, la Asociación Católica de Propagandistas invitaba a uno de los enemigos declarados del Papa Francisco, el cardenal Müller (ex prefecto de la Congregación para la Doctrina de la Fe), a un homenaje a Benedicto XVI, meses antes del fallecimiento del papa emérito. Ese cónclave unió en Madrid, sin permiso del entonces obispo, Carlos Osoro, a prelados ultraconservadores como el cardenal Rouco Varela, los obispos Munilla o Reig o el cardenal Cipriani, de Perú, residente en Madrid tras ser expulsado de su país por Bergoglio. Un año después, la escena se repite, aunque en esta ocasión el protagonista es el famoso secretario personal de Ratzinger, Georg Gänswein, 'exiliado' por el Papa a Friburgo tras un polémico libro de memorias en el que arremetía contra Francisco pocos días después de la muerte del Papa emérito.

El acto tendrá lugar el próximo 18 de octubre, a las 19 horas, en la Fundación Universitaria Española y, como entonces, no se ha informado de la presencia de Gänswein –como es costumbre, aunque no obligatorio– al actual arzobispo de Madrid, el neocardenal José Cobo. La charla, convocada por una entidad civil, cuenta sin embargo con el apoyo explícito del cardenal Rouco Varela y del nuncio de Su Santidad en España (esto es, el representante oficial de Francisco en nuestro país), Bernardito Auza, quienes sí asistirán a una conferencia tras la cual se bautizará al salón de actos de la FUE con el nombre de Joseph Ratzinger-Benedicto XVI.

La presencia de Gänswein se produce en un momento especialmente relevante, en mitad de la celebración del Sínodo de la Sinodaldad en Roma –duramente cuestionado por los sectores más rigoristas de la Iglesia católica–, y que ha despertado un patente malestar en la diócesis de Madrid, que teme que se puedan repetir escenas como las sucedidas hace ahora un año en el CEU, donde el cardenal Müller criticaba con dureza a Francisco y las claves de su pontificado. “Los temas centrales de la Iglesia no deberían ser el cambio climático, la protección del medio ambiente, la política migratoria, los puestos de poder para los laicos, sino el Evangelio de Jesús”, recalcaba entonces el purpurado alemán.

La presencia de Rouco Varela, además, lo confirma como uno de los cabecillas de la 'rebelión' de purpurados contra el Papa, que hoy cuenta con ocho grandes exponentes. El citado Müller (quien no acudirá, al haber sido invitado, en un muy jesuita juego de equilibrios, por el Papa Francisco para participar en el Sínodo), los cinco cardenales de las 'dubia' (Brandmuller, Sarah, Burke, Zen o Sandoval), el cardenal checo Duka (quien pidió aclaraciones al Vaticano sobre si el Sínodo aceptaría la comunión a los divorciados vueltos a casar)... y Rouco Varela. El más inteligente de los ocho, y que públicamente no se ha adherido a declaraciones contrarias al Pontífice, pero que con su presencia avala una situación que incomoda, y mucho, en Madrid. Más aún en este momento en que la capital de España cuenta, por primera vez en su historia, con tres cardenales vivos: Rouco, Osoro y Cobo.

Confrontar a Francisco con Benedicto

Y es que, sin Rouco Varela, no se pueden entender ninguno de los dos akelarres anti-Francisco que, en el espacio de un año, van a tener como sede Madrid. Sin Rouco, y sin la incomprensible cooperación de Auza, cuya presencia en el acto del 18 de octubre no cuenta con el respaldo de sus superiores. Y, de nuevo, confrontando la figura del Papa emérito con la del auxiliar.

A ello se suma la presencia de Gänswein, a quien el Papa 'exilió' a Friburgo sin cargo pastoral alguno, después del espectáculo que el arzobispo alemán montó con la publicación de sus memorias aún con el cuerpo caliente del pontífice emérito. En su libro, el secretario papal también muestra la hipotética preocupación de Ratzinger frente a algunas reformas y su “perplejidad” tras la publicación de Amoris Laetitia, documento que abrió la puerta a la comunión de los divorciados vueltos a casar.

Otro momento polémico para el papa emérito fue la publicación de Traditionis custodes restringiendo el uso de la misa tradicional. Siempre según Gänswein, Ratzinger “consideraba un error (…) prohibir la celebración de la misa en rito antiguo en las iglesias parroquiales, ya que siempre es peligroso arrinconar a un grupo de fieles, haciéndoles sentir perseguidos e inspirándoles el sentimiento de tener que salvaguardar a toda costa su propia identidad frente al ‘enemigo’”. Todo parece indicar que, con el acto de Madrid, Gänswein sigue rumiando su inquina contra Bergoglio mientras espera destino o quién sabe si algo peor. Porque cuando Roma mueve dossieres, algo queda.

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