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Parir en un hospital privado influye más que la edad de las madres en la probabilidad de tener una cesárea

Ana Requena Aguilar / Raúl Sánchez

17 de octubre de 2022 22:44 h

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En España, ya es más probable tener un hijo con 40 años que con 25, una tendencia que lleva años fraguándose. Más allá de los 40, los riesgos en un embarazo aumentan. La posibilidad de sufrir un aborto, de presentar alteraciones cromosómicas o de parir por cesárea crecen conforme lo hace la edad de la madre. Al mismo tiempo, en la última década, la tasa media de cesáreas en nuestro país apenas ha variado, a pesar de la puesta en marcha de la Estrategia de Atención al Parto Normal.

En 2010, el 25,2% de los partos terminaban en cesárea, mientras que en 2020 fue un 24,2%. Sin embargo, las razones de esa tasa y de la gran variabilidad que existe entre comunidades autónomas y hospitales no pueden explicarse en función de la edad de las madres. Los datos recogidos por elDiario.es muestran que parir en un centro privado influye mucho más en la posibilidad de tener una cesárea que la edad de la madre.


La probabilidad de tener un parto por cesárea se dispara en la privada

Cada círculo representa un hospital de España según su porcentaje de partos por cesárea entre 2010 y 2020

Fuente: Ministerio de Sanidad, comunidades autónomas, informes corporativos, elaboración propia


La probabilidad de tener un parto por cesárea en la sanidad privada es un 70% superior a un hospital público. En todas las comunidades autónomas, los centros privados practican más cesáreas que los públicos. En las cinco comunidades que registran tasas por encima del 25% –Comunitat Valenciana, Extremadura, Catalunya, Castilla y León y Andalucía– existe una fuerte implantación de la sanidad privada, mayor que en otros territorios. Eso hace que sus tasas de cesáreas sean más elevadas.

Precisamente, 28 hospitales de toda España registran tasas de cesáreas por encima del 45%, el triple que lo recomendado. De esos centros hospitalarios, la mayoría (23 de los 28 hospitales) son centros privados fuera del Sistema Nacional de Salud. Entre ellos, están los casos de los hospitales Vithas Perpetuo Socorro y Medimar en Alicante, Pardo Aravaca en Madrid, 9 de Octubre en Valencia o Santa Catalina en Las Palmas. Un ranking al que se añaden Hospital Recoletas de Valladolid, San Francisco de Asís en Madrid, HLA Vistahermosa en Alicante o la Clínica Mompia en Cantabria.


Los centros privados tienen más tasa de cesáreas en todas las CCAA

Comparación del porcentaje de partos por cesárea en cada comunidad autónoma según si son centros públicos pertenecientes al Sistema Nacional de Salud u hospitales privados

Fuente: Sanidad, Comunidades autónomas, grupos hospitalarios


El análisis del sector privado hace hincapié precisamente en la edad de la madre como elemento diferencial para explicar una mayor tasa de partos quirúrgicos en sus centros. “La tasa bruta de cesáreas es uno de los indicadores en los que más está incidiendo el progresivo retraso de la maternidad; además, el significativo incremento de los tratamientos de fertilidad, e incluso las propias preferencias en la toma de decisiones sobre el proceso del parto de la madre”, asegura el Informe Resa que elabora el Instituto para el Desarrollo e Integración de la Sanidad (Idis), una fundación que aglutina al sector sanitario privado. “Una mayor edad gestacional está asociada con una mayor incidencia y prevalencia de patología asociada a este periodo y, por lo tanto, con un mayor índice de inducciones medicas del parto y cesáreas, especialmente en mujeres nulíparas”, insiste la última edición del informe, de 2019, en la que reconocen que sus cifras están “bastante alejados” de los indicados como idóneos por la OMS, que “no se actualizan desde 1885”. Sin embargo, insisten en el tema etario y añaden otro elemento: que como centros privados, asumen más casos de riesgo, lo que modifica el número de cesáreas que practican.

En cualquier caso, fuentes del sector reconocen que hay otros elementos en juego: por ejemplo, el hecho de que los profesionales no quieran arriesgarse y prefieran realizar una cirugía ante el más mínimo inconveniente, y el de que profesionales que operan en estos centros, al no contar con un equipo estable, tiendan a programar los partos. Aunque matizan: “esto está cambiando”.

Datos que no existían

Los resultados de esta investigación parten de una base de datos del Ministerio de Sanidad obtenida en virtud de la Ley de Transparencia, que remitió las cifras de partos y cesáreas de cada hospital de España entre 2010 y 2020 sin identificar el nombre del centro. Es la primera vez que se hacen públicos los datos individualizados de cada hospital de nuestro país.

Esta información fue cruzada con los datos publicados en informes anuales, memorias de los hospitales, memorias corporativas de empresas privadas, cifras publicadas en notas de prensa, en páginas web archivadas y preguntando directamente a las comunidades autónomas y cada uno de los hospitales para identificar a cada centro. En total, elDiario.es ha logrado identificar los datos de 360 hospitales de toda España que engloban el 99,9% de los partos realizados en la última década. Haz click aquí para ver la metodología completa.

La edad media de la primera maternidad ha escalado de los 26 años en 1985 a los 32 años de 2022. La ginecóloga y miembro de la SEGO Anna Suy confirma que más allá de los 40 aumenta la tasa de cesáreas y la probabilidad de patologías (y por tanto la posibilidad de terminar con una intervención).

El 16% de los partos de las madres que tenían menos de 20 años se realizaron por cesárea entre 2010 y 2020. Para las madres de más de 40 años, este porcentaje casi se triplica hasta el 42%, según los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE) analizados por este medio.



Los datos, sin embargo, revelan que la edad no sirve para explicar la variabilidad que existe entre territorios y centros. “Es al contrario, en las comunidades autónomas donde hay mayor edad media de llegada a la maternidad, como Euskadi y Navarra, es donde tienen menos tasas de cesáreas. En Extremadura, que es donde esa media es menor, hay más cesáreas. Hay políticas distintas en las comunidades y esas políticas son las que de verdad importan”, asegura la investigadora Adela Recio, que indagó sobre estas diferencias territoriales para un estudio publicado en la revista científica Health Policy a finales de 2021. Recio recuerda que la falta de transparencia que existe acerca de los datos de cada hospital incumple la recomendación de muchos organismos internacionales, que aconsejan que esos datos sean públicos.

Los datos refuerzan la tesis de Recio. Existe una diferencia de 10 puntos en todos los grupos de edad entre la autonomía que más cesáreas y menos cesáreas ha realizado en la última década, según el análisis realizado por elDiario.es de los microdatos del INE de todos los partos realizados entre 2010 y 2020 según la edad de la madre. Las cifras señalan que, por ejemplo, en Euskadi, las madres de 25 a 30 años tienen una probabilidad de parir por cesárea 14%, mientras que en Extremadura, Comunitat Valenciana o Catalunya superan el 25%.



La brecha se mantiene también entre los partos de riesgo: tanto por prematuridad como por complicaciones durante el alumbramiento. Las cifras señalan que las madres que dan a luz sin complicaciones tienen más probabilidad de hacerlo por cesárea en Extremadura, Catalunya o la Comunitat Valenciana.

El fenómeno se repite entre los embarazos no prematuros. Las tres autonomías repiten como las que tienen la mayor tasa de cesárea entre las madres con embarazos a término (dan a luz con 37 semanas o más), según los microdatos de más de 4,5 millones de partos analizados por elDiario.es.



¿Por qué?

Uno de los motivos que influye en la mayor tasa de cesáreas de la sanidad privada son las inducciones al parto. El matrón y profesor del departamento de Enfermería de la Universidad de Jaén Juan Miguel Martínez-Galiano señala que muchas inducciones se indican por comodidad. “Algunas se programan porque vienen bien a los profesionales o incluso a las mujeres, especialmente en la sanidad privada”, asegura. En la pública no está permitido que una mujer programe su fecha de parto o que elija una cesárea si no hay indicación. En la sanidad privada “hay pactos para hacer cesáreas a la carta” o bien se programan inducciones que esconden cesáreas, dice el matrón.

En 2020, la presidenta de la Federación de Asociaciones de Matronas de España, Benita Martínez, apuntaba también a otro factor. “Normalmente cuando una mujer va a una privada quiere que su ginecólogo le atienda todo el embarazo y también el parto. Eso hace que muchas veces se tenga que programar para estar”.

Pero hay más. Los motivos económicos sobrevuelan las razones que pueden llevar a centros privados a preferir las cesáreas. En 2020, la Federación Internacional de Ginecología y Obstetricia (FIGO) publicó un comunicado en el que insistía que las cesáreas solo deben recomendarse como “la única alternativa médicamente razonable” solo si existe una evidencia clínica cierta de que esa opción es clínicamente mejor al parto vaginal en ese caso.

Y deslizaba dos ideas. Una, que los profesionales debían estar alerta e identificar los factores personales que podían llevarles a sesgar sus propias decisiones a favor de las cesáreas. Otra, que los motivos que tienen que ver con la remuneración o la comodidad “no tienen cabida en el asesoramiento a las mujeres embarazadas”.

La investigadora Adela Recio explica por qué esto afecta especialmente a los centros privados: “Hay intereses que pueden estar por encima del criterio médico y que son económicos. Se resumen en comodidad y en logística. No es lo mismo lo que cobra [de una mutua, seguro o de pacientes privados ] un hospital privado por parto por cesárea que por parto vaginal. Cobran por los servicios que te dan, cuanto más consumes, más negocio hacen. Por ejemplo, los días que están ingresadas también son más. En cuanto a lo logístico, una cesárea, programada o no (aunque programada más), da más comodidad al equipo de ginecología porque inviertes menos tiempo y tienes certeza de cuándo termina”.

La ginecóloga y miembro de la SEGO Anna Suy alega, no obstante, que los médicos reciben el mismo pago independientemente del tipo de parto que atienden. “Te sale más caro hacer una cesárea porque tienes que pagar a un ayudante”, agrega. Pero sí admite que el tiempo es un factor determinante. “Si cobras por acto, el hecho de estar muchas horas no te sale tan bien”. La responsable de la OMS también destaca que “los motivos económicos y financieros” existen y que en algunos lugares la maternidad de un hospital financia buena parte del centro. Aunque el pago al médico que atiende sea igual, dice, la diferencia entre los 45 minutos que puede durar una cesárea y las 12 horas que fácilmente se van en un parto vaginal hace que a muchos “les siga saliendo a cuenta” optar por la cirugía.

A preguntas de elDiario.es la Alianza de la Sanidad Privada Española (ASPE) asegura que la atención al parto y en cualquier otro procedimiento “debe situarse al paciente en el centro de cualquier decisión”. “Ningún otro criterio debe condicionar el ejercicio de los profesionales de la salud. La práctica sanitaria de cualquier profesional debe basarse en el rigor científico y la ética médica, independientemente del centro donde ejerza, de su titularidad y en cualquier especialidad médica”, afirman, aunque la asociación no aporta datos sobre si existen estas diferencias en la remuneración o si es posible que el tiempo invertido esté generando sesgos.

La matrona del Hospital de La Plana Soledad Carreguí también cree que el perfil de las mujeres no justifica las diferencias tan abultadas entre centros. “Es verdad que son más añosas y tienen más problemáticas, pero igual las mujeres valencianas que las vascas”, apunta. Muchas mujeres, más cuanto mayor edad tienen, “caen en la trampa de la privada”, describe Carreguí. “Buscan un seguimiento más individualizado, el ginecólogo la ha visto todos los meses, le ha dado una continuidad. Quizá le han hecho una ecografía mensual, aunque no es necesaria. Es algo para reflexionar acerca de la sanidad pública: ¿qué estamos haciendo para que tantas mujeres se vayan a la privada?”, se pregunta.

La matrona pide “políticas más serias” para que la Estrategia de Atención al Parto Normal y la Estrategia de Salud Sexual y Reproductivo se cumplan más allá del papel. Para eso, subraya, hacen falta recursos, formación y controles. “A la hora de la verdad nadie evalúa ni vigila cómo se hace. La gente trabaja como puede y mucho depende de la voluntad profesional de cada uno”.



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