Fútbol
Euskadi y Catalunya juegan por Palestina: “Va a tener una repercusión muy alta”

Aspecto de las granadas de San Mamés en el que se ven varias banderas palestinas

Raquel Sáez

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El deporte parece haberse convertido en el escenario perfecto para movilizarse por Palestina, que ha quedado arrasada tras los ataques de Israel y que vive una frágil tregua desde hace pocas semanas. La sociedad española se activó primero durante La Vuelta ciclista a España para protestar por la participación Israel-Premier Tech, equipo propiedad de un amigo de Benjamin Netanyahu, un ejemplo de sportwhasing. Las movilizaciones han seguido cada vez que equipos hebreos han pisado suelo español, en el caso de la Euroliga de Baloncesto

El apoyo a Palestina no termina ahí. La selección vasca y catalana de fútbol aprovecharán el parón de selecciones de noviembre para jugar dos amistosos con su homonimia palestina, dos eventos para reivindicar la paz y la libertad de este pueblo, que ha quedado arrasado tras el genocidio perpetrado por Netanyahu. 

Se espera una movilización masiva, según las federaciones organizadoras. De hecho, el partido de fútbol que medirá este próximo sábado, 15 de noviembre, a las selecciones de Euskadi y Palestina en San Mamés se convertirá en el encuentro con mayor afluencia de aficionados de los disputados en casa por la Euskal Selekzioa, después de que en solo tres semanas se hayan vendido más de 50.000 entradas. Y podrían ser más, a falta de conocer los datos definitivos. 

Es lo que la comunidad internacional está esperando de nosotros. Lo que va a suceder el sábado va a tener una repercusión muy alta”, ha asegurado el presidente de la Federación Vasca de Fútbol, Iker Goñi durante un encuentro con el rector de la Universidad del País Vasco (EHU), Joxerramon Bengoetxea, y Ghadeer Omar, decana de la Facultad de Ciencias de An-Najah National University (Nablus).

Goñi sostiene que la cita será “histórica” y ha hecho un llamamiento a la ciudadanía para “reivindicar con un punto festivo y desde la calma”. No es la primera vez que la federación vasca se pronuncia en ese sentido. Durante la presentación del evento en el Museo de la Paz de Gernika aseguró que era cita que trascendía lo meramente deportivo. 

Catalunya replicará la iniciativa tres días después, el martes, 18 de noviembre en el Estadio Olímpico Lluís Companys de Barcelona. “El éxito debe ser que el partido pueda jugarse en Montjuïc y con la máxima gente posible. Evidentemente, a nosotros nos gustaría el estadio lleno, pero creemos que movilizar a 20.000, 25.000 o 30.000 personas ya sería un éxito seguro”, apunta el conseller de Deportes de la Generalitat de Catalunya, Berni Álvarez.

Las otras entidades implicadas confían que esa cifra sea mucho mayor, a pesar de ser un partido entre semana. El objetivo: llegar también a los 50.000 asistentes. La recaudación del partido que se disputará en Montjuïc se destinará íntegramente a iniciativas de ayuda al pueblo palestino.

El veto a refugiados palestinos

Parte del fútbol se volcará en los próximos días con el pueblo palestino, pero no siempre ha sido así, con vetos incluidos. El pasado 4 de octubre, el Athletic de Bilbao mostró su solidaridad llevando a su estadio, antes del partido contra el RCD Mallorca, a un grupo de palestinos refugiados y representantes de UNRWA Euskadi. Un momento que fue vetado por la realización de LaLiga, que no ofreció la señal de lo que ocurrió en el terreno de juego y por lo que recibió duras críticas. 

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