Por qué cada vez menos tenistas participan en los torneos de Queen’s y Wimbledon
En verano, Londres acoge dos torneos clave sobre hierba: el Queen's Club Championships y Wimbledon. El primero, celebrado en el exclusivo barrio de West Kensington, ha sido históricamente la preparación ideal para el Grand Slam británico. Sin embargo, en los últimos años, la presencia de grandes figuras del tenis ha sido cada vez menos frecuente en Queen’s. La razón no se encuentra en la pista, sino en la Hacienda británica.
“Pierdo dinero si juego en Reino Unido”, dijo Rafa Nadal en 2011, ganador de 22 Grand Slam dos -de los cuales fueron en Wimbledon-, cuando decidió dejar de participar en Queen’s y trasladarse al torneo de Halle. Su afirmación llamó la atención por la contundencia, pero tiene una base clara: el régimen fiscal británico obliga a los deportistas no residentes a tributar no solo por los premios obtenidos en el país, sino también por una parte proporcional de sus ingresos mundiales por patrocinio, en función del tiempo que pasan en territorio británico.
La legislación, al detalle
Esta legislación, tal como detalla la firma londinense Moore Kingston Smith, se aplica a cualquier ingreso asociado a la actividad deportiva dentro del Reino Unido. Esto incluye los entrenamientos, la presencia en medios o en actos promocionales. En palabras de Nadal: “Hacienda toma dinero de mis patrocinadores, de Babolat, de Nike y de mis relojes. Eso es muy duro”. Este sistema penaliza especialmente a los deportistas de élite, cuyas nóminas de patrocinio son cuantiosas.
El caso de Nadal no es aislado. Roger Federer jugó en Queen’s una sola vez, en 1999, antes de comprometerse con Halle, mientras que Novak Djokovic solo apareció en cuatro ediciones, la última en 2018. Nadal, campeón en 2008 contra el mismo serbio, no volvió tras 2015. Todos ellos eligieron torneos alternativos en países con fiscalidades más benignas.
Antes de una reforma en 2012, la situación era aún más restrictiva. La Hacienda británica gravaba todos los días de estancia, independientemente de si se jugaba o entrenaba. Aunque la normativa se suavizó, la base del sistema sigue desincentivando la participación. No es una cuestión de premios en metálico, sino de evitar que competir en Reino Unido acabe costando dinero.
Este enfoque fiscal también ha generado controversia en otros deportes. El régimen fiscal británico no solo ha suscitado críticas en el mundo del tenis. También en otros deportes como el golf o la Fórmula 1 se han documentado reticencias a competir en suelo británico debido a las implicaciones tributarias. Aunque cada disciplina tiene sus particularidades, la coincidencia en las quejas sugiere un patrón: cuanto mayor es la exposición mediática y el volumen de patrocinios, más complejo resulta fiscalmente participar en eventos celebrados en Reino Unido.
Algunas concesiones
Paradójicamente, Reino Unido sí contempla exenciones para ciertos eventos. Durante la final de la Champions League en 2023 entre Borussia Dortmund y Real Madrid, por ejemplo, se eliminó la carga impositiva para los jugadores. También se concedieron excepciones durante los Juegos Olímpicos de Londres en 2012, tanto para atletas como para personal vinculado al evento. Sin embargo, torneos como Wimbledon o Queen’s siguen estando sujetos a las normas fiscales habituales.
Y aunque Wimbledon mantiene su estatus como cita ineludible, Queen’s ha dejado de ser la escala natural previa para muchos. Para los grandes nombres del tenis, jugar en suelo británico sigue siendo una decisión que se toma con la calculadora en la mano. El evento, evento, también conocido como Cinch Championships, se disputa del 16 al 22 de junio y Carlos Alcaraz es uno de los nombres más populares del circuito que participa en él.
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