Esta fruta comienza su temporada en septiembre: una de las más antiguas y con orígenes mitológicos que la ligaban a la fertilidad
La llegada del final del verano y el inicio del otoño nos trae también frutas y verduras que comienzan su temporada como es el caso de la granada, que comienza en septiembre y se extiende hasta enero o febrero, los meses de invierno en el hemisferio norte, siendo una de las clásicas de otoño que se caracteriza por su sabor agridulce.
La historia de la fruta de la granada, que no se sabe ciertamente si dio nombre a la ciudad española siendo una de las teorías plausibles, se remonta a hace miles de años en la región de Persia, de donde se considera originaria, y que llegaría al Mediterráneo a través de los cartagineses.
La mitología alrededor de la granada: una fruta ligada con la fertilidad
La granada, el fruto del granado, ya era usado en la Antigüedad, por ejemplo, en el Antiguo Egipto desde hace más de 2.500 años, tanto para fines ornamentales, medicinales como para alimenticios, pero uno de los hechos que nos ha llegado es la mitología que la hizo un icono de la fertilidad y de los ciclos de la agricultura, lo que se vinculó tanto a su consumo como a su representación en el arte.
Debido a su origen, diferentes culturas la usaron y le dieron un significado mitológico, como por ejemplo es mencionada en la Biblia como uno de los objetos que decoraban el Templo de Salomón, pero cuyo mito más destacado fue el que le asignaron los griegos como uno de los orígenes de las estaciones del año.
Y es que la granada tiene un papel relevante en el mito de Perséfone, que es el origen que se daba a las estaciones del año en la mitología griega. Perséfone, hija de la diosa Deméter, encargada de la agricultura y la cosecha, fue raptada por Hades, dios del inframundo y le instó a comer un grano de la fruta.
Al comer seis granos, Perséfone se vio obligada a quedarse con Hades en el inframundo y tuvo que ser Zeus, dios de los dioses del Olimpo, el que intercediera para que la joven pasara medio año en la tierra con su madre y otro medio en la oscuridad, de ahí los meses más fértiles de primavera y verano y luego otoño e invierno.
Así, la granada se quedó como una fruta que simbolizaba tanto el matrimonio como la fertilidad, y la muerte y la resurrección como partes del ciclo de la vida, y que se ligó también al culto de diosas como Afrodita, Hera y Atenea. En la Edad Media, la granada en el cristianismo pasó a ser uno de los iconos de la Resurrección, es por ello por lo que era habitual su representación como esperanza de ella en diferentes iconografías y arte.
Los beneficios de la granada
Además, su longeva historia y sus orígenes mitológicos, la granada es una fruta que contiene múltiples beneficios para la salud, uno de ellos ligados con el buen funcionamiento del corazón al ayudar a la presión arterial, los niveles de colesterol y a la circulación sanguínea, además de tener buena fuente de potasio, que mejora la función renal y la eliminación de líquidos.
Otro de sus beneficios más conocidos es el de antioxidante, gracias a su contenido de fenoles y vitaminas C, K y B9 (conocida como ácido fólico), que la hacen también un buen antiinflamatorio, una buena ayuda a la actividad cerebral y de la memoria, a la salud digestiva o a la reducción del estrés.
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