Un recorrido por las antiguas calzadas romanas a través del 'Google Maps del Imperio Romano'
En pleno siglo XXI ha aparecido una herramienta que permite al usuario aproximarse a la organización territorial del antiguo Imperio Romano. Se trata de Itiner-e, un mapa digital interactivo que representa con precisión la red de calzadas existente alrededor del año 150 d. C. Mediante este recurso es posible trazar recorridos que atraviesan Europa —especialmente la cuenca mediterránea—, el norte de África y el suroeste de Asia, siguiendo el entramado viario tal como funcionó en aquel periodo.
Desarrollado por un equipo internacional en el que colaboran investigadores de la Universitat Autònoma de Barcelona y de la Universidad de Aarhus (Dinamarca), Itiner-e reúne información procedente de estudios arqueológicos, descripciones antiguas y datos topográficos. El proyecto ofrece un conjunto de datos accesible de forma pública que muestra la estructura de las comunicaciones terrestres romanas y facilita observar su relación con el relieve histórico y actual.
Este atlas funciona como una herramienta de consulta que incorpora el nivel de fiabilidad asignado a cada tramo. Permite examinar cómo se articulaban los desplazamientos en la Antigüedad y pone a disposición del usuario la posibilidad de analizar las rutas romanas mediante una representación digital unificada.
Una red que duplica estimaciones anteriores
El elemento central de Itiner-e es un registro de 299.171 kilómetros de vías romanas, una cifra sensiblemente superior a los cálculos previos, situados en torno a los 188.555 kilómetros. Esta diferencia se explica por la inclusión de zonas que hasta ahora contaban con menos documentación —como la Península Ibérica, Grecia o el norte de África— y por una representación que sigue con mayor detalle las características del terreno.
El mapa está formado por 14.769 segmentos, de los cuales alrededor del 34,6% (unos 103.478 kilómetros) corresponde a caminos principales, mientras que el 65,4% restante (unos 195.693 kilómetros) agrupa trayectos secundarios. Cada uno ha sido trazado respetando la configuración del relieve: en áreas montañosas se opta por recorridos adaptados a la pendiente en lugar de líneas rectas, lo que posibilita una correspondencia más precisa con el territorio.
Además, el proyecto clasifica los tramos según el grado de verificación disponible. Aproximadamente un 2,7% se considera arqueológicamente comprobado, un 89,8% se consideran conjeturas y un 7,4% se define como hipotético. Esta diferenciación permite distinguir entre las rutas plenamente documentadas y aquellas reconstruidas a partir de indicios diversos.
Cómo se reconstruyó la red viaria del mundo romano
La elaboración del mapa digital comenzó con una revisión de documentación destinada a identificar los recorridos atribuibles a la red terrestre romana. El equipo examinó repertorios antiguos que describen desplazamientos oficiales, inscripciones conservadas en miliarios, cartografía histórica y estudios arqueológicos relacionados con restos asociados al tránsito interurbano. Este primer análisis permitió seleccionar los tramos que debían contrastarse con información territorial adicional.
La fase siguiente se centró en situar cada itinerario en un punto geográfico concreto. Para ello se utilizaron imágenes aéreas obtenidas en distintos momentos —incluidos registros de mediados del siglo XX— junto con mapas topográficos recientes. La comparación entre estos materiales permitió reconocer alineaciones del paisaje que podían corresponder a trazados antiguos, incluso en zonas donde la transformación del entorno había dificultado su conservación.
El último paso consistió en trasladar cada trayecto a un sistema cartográfico digital. Los segmentos se dibujaron manualmente mediante herramientas de información geográfica, ajustando la ruta al relieve con precisión métrica e incorporando datos sobre distancia, pendiente y características del entorno. A partir de esta base se añadió una función que calcula tiempos de desplazamiento entre asentamientos históricos según el modo elegido: 4 km/h para trayectos a pie, 2 km/h para carros de tiro, 4,5 km/h para animales de carga y 6 km/h para desplazamientos a caballo.
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