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Torra dice que son “bestias” españolas

Quim Torra en el Parlament.

José María Calleja

Tiene escrito el recién elegido president de la Generalitat, Joaquím Torra, que la “avalancha inmigratoria” pone en peligro a la nación catalana y que los españoles que no reconocen el catalán son “bestias con forma humana”. También ha elogiado y participado en homenajes a Daniel Cardona, el político independentista catalán, fallecido en 1943, que llegó a asegurar que “un cráneo de Ávila no será nunca como uno de la Plana de Vic”; sostenía Cardona que es “antinatural” que el del cráneo de Ávila , un suponer, “hable en español” en Vic y alrededores.

Semejante catálogo, directamente racista y xenófobo, sería suficiente como para incapacitarle siquiera como presidente de la comunidad de vecinos. Pero hete aquí que el tal Torra ha llegado a president gracias a un partido que se define como de izquierdas en su propio nombre (ERC), y a un grupo que dice estar contra el sistema (CUP). Esta votación, por acción u omisión, de un fascistoide reaccionario en grado sumo por grupos como los citados, demuestra de forma empírica que la situación en Catalunya es vivida por algunos en modo religioso; de religas, atadura. Es decir, que el proces se ha convertido en una cuestión de fe. Fe ciega que permite que gentes de izquierdas voten a un ultraderechista, xenófobo, sin pestañear.

Las palabras de Torra se quedan grandes al lado de las proclamas de dirigentes europeos, especialmente polacos y húngaros, y de políticos que en los últimos años nos ponían en estado de pánico ante su eventual triunfo, así en Francia, en Alemania, en Holanda o en Austria, con sus declaraciones etnicistas, sus llamadas al derecho de sangre como definidor de la nacionalidad frente al derecho a ser considerado ciudadano francés, por ejemplo, por el hecho de vivir y trabajar en Francia.

Le ha contestado muy bien Xabi Domènech al fascistoide Torra cuando ha dicho que los inmigrantes que fueron del resto de España a Catalunya no es que se hayan integrado, es que han construido Catalunya. Le han replicado muy bien Arrimadas e Iceta cuando han recordado sus textos ultras y supremacistas, llenos de significado, textual y metafórico.

Lo que resulta sangrante es que el sujeto Torra, que desprecia étnicamente a la mitad de los ciudadanos que viven en Catalunya, vaya a gobernar esta comunidad durante no sé cuánto tiempo ni tampoco desde qué despacho.

La palabras de Torra están llenas de contexto, su textura es precisamente esa, la de nombrar a los otros como animales, que es el primer paso para deshumanizarlos. Cuando alguien llama a alguien por nombre animal, en este caso: “bestias carroñeras, víboras, hienas con una tara en el ADN”, referido a los tildados de españoles, esta preparando los caminos para exterminarlo políticamente y no sigo más.

Torra es integrista católico, como el expresidente polaco, Kaczynski, que anda ahora empeñado en prohibir que se diga que Auschwitz es un campo de concentración polaco, y eso que esta muy cerca de Cracovia, en territorio polaco. Torra esta en la línea del presidente húngaro, Viktor Orbán, que de forma brutal trataba a los que huían de Siria y querían refugiarse en Europa. Los dos han sido criticados por la izquierda europea, también por la derecha civilizada.

Este fascistoide nacionalista catalán, Torra, no debía haber sido votado por gente que se dice de izquierdas.

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