Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

Un equipo de expertos propone que los fosfoyesos de Huelva se usen para reducir CO2

Imagen por satélite de la ciudad de Huelva, con las balsas (azules y blancas) al sur.

Fermín Cabanillas

Los fosfoyesos de Huelva, el resultado en 1.200 hectáreas de balsas de residuos químicos del trabajo de más de 40 años de empresas como Fertiberia, no sólo no deben ser enterrados, sino que pueden tener un uso práctico para proteger el medio ambiente.

Es una de las principales consideraciones que se han sacado del trabajo de un equipo de empresarios e investigadores andaluces, que entienden que las balsas, como pretende la empresa avalada por el Gobierno central, no tienen por qué ser soterradas; sino que el material radioactivo ubicado a escasos 500 metros del extrarradio de la capital onubense se puede eliminar para ser reutilizado, bien para reducir emisiones de CO2 y SO2 (dióxido de azufre) o para transformarlo en nuevas materias primas.

Se trata de una iniciativa que se ha conocido ahora, pero sus responsables ya se han reunido con los representantes de los grupos políticos con representación en el Ayuntamiento de Huelva, y también la han dado a conocer al Comité de Expertos creado en la Mesa de los Fosfoyesos para su evaluación.

En ese comité están representantes o miembros de entidades como el Ayuntamiento, la Junta de Andalucía, el Gobierno, las industrias o la Universidad, entre otros, y todos ya conocen los detalles de una labor que cuenta con el apoyo de los profesores Alberto Santos Sánchez, de la Universidad de Cádiz, y Luis Esquivias Fedriani, de la Universidad de Sevilla.

Proceso patentado

En el equipo de ambos, que ya ha patentado el proceso, se engloba un equipo multidisciplinar de expertos e investigadores andaluces con dilatada experiencia en proyectos empresariales y en la alta dirección, el mundo del derecho y la ingeniería, finanzas, legislación de nuestro país y comunitaria, procesos industriales, nucleares, químicos y en I+D.

En su web oficial lo dejan claro, y aseguran que creen “firmemente que mediante la aplicación de la misma, no sólo se logrará resolver el problema y recuperación para Huelva de un paraje natural mágico, las marismas de Mendaña, sino que al mismo tiempo se generará riqueza, transformando el fosfoyeso en nuevas materias primas, se creará empleo y, además, se eliminará dióxido de carbono del medio ambiente”.

Solución alternativa

La propuesta de este grupo de expertos llega un mes después de que la Delegación Territorial de Medio Ambiente de la Junta de Andalucía archivase la petición de Fertiberia de la modificación sustancial de la Autorización Ambiental Integrada (AAI) para la ejecución del proyecto de regeneración de las balsas de fosfoyesos, con lo que se podrá modificar según la petición realizada en su día a la Junta.

Una decisión que impide, por ahora, que los fosfoyesos se puedan enterrar, aunque falta por saber qué dirá el Ministerio de Agricultura, Alimentación y Medio Ambiente (Magrama), que en su día autorizó a Fertiberia a iniciar el proceso de soterramiento de las balsas.

Los expertos, a la espera de saber qué dice el comité de expertos, cuyo dictamen podría ser concluyente, han dado en ese foro todos los detalles. El primer paso es la disolución del fosfoyeso bruto en una solución de sosa. El precipitado que surge es, en su mayor parte, cal apagada y el líquido solución sulfato de sodio que al reaccionar con el CO2 da calcita.

El proyecto señala que la calcita, uno de los productos resultantes, tiene varias aplicaciones: reacciona con el SO2 sirviendo como materia prima para que las empresas puedan reducir sus emisiones; también tiene aplicaciones medioambientales relacionadas con la purificación del agua o neutralización de suelos ácidos y aplicaciones industriales al poder ser usada como material para la construcción, la industria papelera o química.

El sulfato sódico por su parte, tiene uso industrial como secante, y también en la industria del vidrio, la alimentaria, o para la pulpa de papel, entre otras utilidades.

Con todo, sus responsables parecen tenerlo claro: es una alternativa viable para no tener que enterrar las balsas de fosfoyesos, y la ciudad ganaría medioambientalmente.

Desde el comité se apunta a eldiario.es/andalucia que el asunto se ha acogido “con buenas perspectivas”, pero vistas todas las opiniones que hay que poner de acuerdo para que se aplique, no parece que vaya a ser algo que se ponga en marcha cuanto antes. A pesar de que Fertiberia tuvo que dejar de verter residuos hace ya seis años, y las balsas siguen en sus emplazamientos intocables, a tiro de piedra de la barriada de Pérez Cubillas de Huelva, en la zona sur de la ciudad.

Etiquetas
stats