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El Ayuntamiento de Fuengirola solo permite música en español en la Feria

Esta Feria solo permite música en español en las casetas / Ayuntamiento de Fuengirola.

Néstor Cenizo

Sobre gustos musicales sí hay algo escrito. Al menos, un bando municipal. Así que góticos, abstenerse; indies, con la música a otra parte; jóvenes sedientos de perreo y reggeaton, no son bienvenidos; fans de la salsa o la bachata, no pasarán. Ninguno de estos estilos es válido para el recinto ferial de Fuengirola (Málaga), donde solo se cantará y se bailará música en español, y no toda, porque así lo dispone un bando de la alcadesa desde 1995, Esperanza Oña, diputada del PP en el Parlamento y exportavoz adjunta en la Cámara andaluza. El dj pondrá la música, pero es el Ayuntamiento quien dispone.

El bando de Oña está fechado en septiembre y aunque se dirige a los vecinos de Fuengirola para informarles sobre las normas de “higiene, respeto y convivencia” que harán la fiesta “más agradable”, es un listado de reglas que deben cumplir los establecimientos del recinto ferial. Entre otras cuestiones, hay que presentar la licencia de apertura de la instalación, aquel que manipule alimentos deberá acreditar su formación para tal tarea, no se puede vender tabaco ambulante y los petardos serán requisados.

Entre las normas relativas al uso y ocupación del recinto ferial, “en cuanto a la ambientación musical, se autorizan todo tipo de músicas siempre que estén interpretadas en español”. Escrito así, parece una autorización genérica con la condición de que se escuche el idioma de Cervantes. Pero a continuación, el bando se corrige y amplía la prohibición, ahora por género. Música en español, pero no siempre: “Bajo ningún concepto se permitirá la ambientación musical con los siguientes géneros: Funk, Rap, Reggaeton, Electrónica, Metal, Alternativa, Hip Hop, Reggae, Heavy Metal, Country, Punk, Gótica, Ritmos Latinos en General”.

Partiendo de la dificultad de deslindar determinados géneros, hay que suponer que los Rolling Stones están prohibidos, por cantar en inglés. Juan Magan tampoco vale, porque es reggaeton y, por si fuera poco, su ritmo es latino. Bob Marley, Metallica, Franz Ferdinand, Sex Pistols: reggae, heavy metal, alternativos, punkis...no es posible. Queda tirar de las sevillanas, del flamenco y de los grandes éxitos del pop y el rock en español, pero en este último caso con celo, vaya a ser que se cuelen Los Planetas y a alguien se le ocurra decir que son alternativos. “En este momento suena 'A mi manera' en versión rumba”, comenta una fuente del Partido Popular vía telefónica (Jacques Revaux compuso la canción originalmente en francés; Paul Anka la tradujo al inglés; y Frank Sinatra la popularizó definitivamente como My Way).

El bando pone a trabajar a la Policía Local para el cumplimiento de lo que en él se dispone, así que los agentes deberán vigilar que en las casetas no se les vaya la mano con la música, y suene David Guetta, que tiene mucho éxito entre los jóvenes pero en inglés y con música electrónica. “Las denuncias efectuadas por la Policía Local harán fe, salvo prueba en contrario, respecto de los hechos denunciados, sin perjuicio del deber de aquellos (sic) de aportar todos los elementos probatorios que sean posibles sobre el hecho denunciado”, se lee en el bando. Se puede pensar en las grabaciones y en las declaraciones de los presentes en la caseta como medios probatorios.

“La feria de Fuengirola tiene más de 150 años. No es un festival de reggae o de rock”, justifican desde el Partido Popular. Según un portavoz, la ordenanza original (reproducida parcialmente en el bando) data de hace cinco años, y tiene su origen en una petición de la federación de peñas para que la fiesta “no se desvirtuara como feria tradicional andaluza”. “Nosotros pensamos en un modelo de feria tradicional. Pero hay muchos otros sitios en el pueblo donde puedes escuchar lo que te apetezca”, completa el PP.

Juan Pedro Álvarez, portavoz del grupo socialista de Fuengirola, aclara que el problema viene siendo denunciado por Juventudes Socialistas desde hace cuatro años. “Nos parece bien que se fomente la música tradicional, pero hay otras formas; la última es prohibir”, opina. Según Álvarez, las peñas (un total de 32) no se atreven a denunciar la situación porque las concesiones caducaron hace tres años, y ahora se renuevan anualmente. En su lugar, según explica, optan por abonar una multa de 300 euros. “Es ridículo y mancha una de las mejores ferias de España criminalizando un tipo de música, como si se pudiera decir a la gente qué tipo de música está bien”, zanja el portavoz socialista.

Hay quien opina que las ferias en las ciudades y pueblos de Andalucía van camino de despojarse de sus raíces identitarias, en beneficio de una modernidad que iguala a todos. “Si vas a la feria de Sevilla, sabes lo que te vas a encontrar. Y no hay polémica. Aquí, igual”, resumen en el PP. La página web del Ayuntamiento de Fuengirola describe la Feria de la Virgen del Rosario, patrona de la localidad, como una de las “tres más importantes de Andalucía” y ofrece esta descripción: “Se caracteriza por la importancia del caballo, la obligatoriedad de que jinetes y amazonas luzcan los atavíos clásicos, la elegancia de los trajes de gitana y la ambientación típicamente andaluza de las casetas”. Así, el bando también obliga a decorar las casetas con “elementos relacionados con Andalucía, su cultura y sus tradiciones”.

El choque es, por tanto, entre tradición y lo que se entiende por modernidad. Y ahí ha salido perdiendo la música. Quizás algunos crean que ha llegado el momento de reivindicar la canción protesta. En español, claro.

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