Don Juan y Doña Inés te guían por el cementerio de San Fernando
Hasta ayer el único Tenorio que rondaba el cementerio de Sevilla era Miguel Tenorio de Castilla, secretario privado de la Reina Isabel II y uno de sus amantes. Pero los caprichos de una historia empeñada en reescribirse y el trabajo de los directores de Engranajes Culturales han propiciado que otro Tenorio, Don Juan Tenorio, se pasee por las amplias avenidas del cementerio de San Fernando y more entre las tumbas en busca del amor de doña Inés y la salvación de una muerte segura. Desde este viernes, 31 de octubre y durante los tres siguientes fines de semana de noviembre, cuando las puertas del cementerio se cierran para los visitantes comienza en su interior una peculiar versión de la obra más representada en los teatros españoles, Don Juan Tenorio.
“Llevábamos dos años haciendo visitas culturales al cementerio”, cuenta Óscar Hernández, filólogo y uno de los promotores de la obra. “Lo que hacemos ahora es teatralizar la visita aunando la interpretación patrimonial con las relaciones literarias entre el amor, la muerte y los cementerios”. Y para ello “qué mejor que representar el tercer acto de la obra de Zorrilla”.
El espectáculo comienza a las puertas del cementerio cuando el sol ya se esconde. Un recorrido a pie por los espacios más singulares del recinto permite descubrir su desconocida riqueza arquitectónica “reconocida en toda Europa y valorada por su valor museístico”, apunta Sergio Raya, guionista de la adaptación teatral e interprete de patrimonio. “Por nuestro carácter latino tenemos rechazo a los cementerios porque lo asociamos a la muerte y a la tristeza pero hoy venimos a disfrutar”. Los anglosajones hace décadas que organizan visitas guiadas a sus cementerios.
De la mano de Don Juan y Doña Inés el espectador recorre el recinto y descubre las sepulturas de personajes ilustres como Miguel Tenorio de Castilla, el pintor José Villegas Cordero, el escultor Antonio Susillo o las de los toreros Ignacio Sánchez Mejías y Joselito. “El cementerio es un fiel reflejo de la evolución histórica y social de una ciudad”, explica Oscar Hernández. En éste de Sevilla algunos de los mejores arquitectos han dejado también su huella. Es el caso de Anibal González, diseñador y artífice de la fachada de la Expo del 29 y varios de sus edificaciones emblema como el Pabellón Mudéjar o el Pabellón Real y que construyó por encargo el panteón más grande de todo el cementerio, encargos “solo al alcance de las familias más adineradas”.
En grupos de cuarenta personas y durante 75 minutos la obra discurre mientras la noche se adueña del cementerio. Éste es el segundo año que los organizadores representan Don Juan Tenorio en este espacio público y parece que con buena acogida. El año pasado se agotaron las entradas y éste van camino de ello. Acaban de ampliar las representaciones hasta mediados de noviembre y es posible que mantengan la obra hasta final de mes. “Zorrilla no ha muerto, sigue vivo en cada representación”, concluye el narrador de la obra. “Como la gente que duerme aquí, que sigue viva cada vez que les recordamos”.
