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La nueva regulación garantiza 650 hm3 para Levante y solo 365 hm3 para el propio Tajo

Trasvase Tajo-Segura / Foto oficial

elDiarioclm.es

El Real Decreto 773/2014 por el que aprueban las normas reguladoras del Trasvase Tajo-Segura, aprobado el pasado viernes y publicado el sábado, define la explotación de la cabecera del Tajo una vez más en pocos meses, tras la publicación del Plan Hidrológico de la Cuenca, y lo hace garantizando al Segura y al Guadiana unas transferencias anuales de 650 hm3 desde el sistema de embalses de Entrepeñas y Buendía y limitando a la vez las salidas hacia el propio Tajo, reguladas desde el embalse de Bolarque, en 365 hm3, poniendo en riesgo la garantía de los exiguos caudales mínimos (que no ecológicos) previstos en el Plan Hidrológico para Aranjuez, Toledo o Talavera.

El decreto prevé distintas situaciones y niveles que permitirán por decisión ministerial trasvases mayores o menores cada mes, en función de las reservas existentes en la cabecera o las precipitaciones acumuladas, hasta llegar al citado máximo anual. Respecto a las previsiones que existían hasta ahora lo que se hace es reducir los mínimos a partir de los cuales se pueden trasvasar 60, 38 o 20 hm3 al mes. Sólo se evitará trasvasar cuando las existencias sean inferiores a 400 hm3.

Sirva como referencia que la pasada semana la cabecera perdió 20 hm3 quedando la reserva en 563 hm3 (22,75% de su capacidad) lo cual permite continuar el trasvase autorizado el pasado mes de junio de 114 hm3 hasta final de este mes.

El otro aspecto polémico que regula el citado decreto son los desembalses desde el sistema de cabecera, a través del pantano de Bolarque, hacia el propio Tajo y que se destinarán según se indica a la “adecuada satisfacción de las necesidades ambientales y socioeconómicas de la cuenca cedente” y que se limita a 365 hm3 por año, pudiendo introducirse variaciones mensuales, previa justificación, pero nunca superar esa cifra, salvo que el Canal de Isabel II (abastecimiento de Madrid) lo requiera, en cuyo caso se puede incrementar hasta en 63 hm3 en un año.

Los regantes del Levante gestionan la cabecera

La Plataforma en Defensa de los ríos Tajo y Alberche aprovechó la apertura de un exiguo plazo de alegaciones al decreto en pleno verano y puso de manifiesto que se ha hecho en función de los intereses de los usuarios del Trasvase Tajo-Segura, sacrificando las demandas ambientales y la calidad de las aguas, que precisarían de mayores caudales de aguas limpias.

A partir de ahora la cabecera del Tajo, según la Plataforma, se va a gestionar todavía más al límite, y ni siquiera quedan garantizados los caudales legales “mínimos” (que no ecológicos) de 6 m3/s en el río Tajo en Aranjuez, así como de 10 m3/s en el río a su paso por Toledo y Talavera de la Reina que fijó el Plan Hidrológico del Tajo.

En opinión de la Plataforma es evidente que el Tajo “se controla ya desde los despachos del Sindicato Central de Regantes del Tajo-Segura (SCRATS)” y lo argumentan por ejemplo en que el informe técnico que acompaña al decreto viene firmado por Francisco Cabezas, Director del murciano Instituto Euromediterráneo del Agua, ligados ambos a los intereses económicos del trasvase.

Por otro lado, en el borrador de decreto que se llevó al Consejo Nacional del Agua la cantidad a trasvasar en uno de los niveles se fijaba por el Ministerio en 32 hm3/mes, y su establecimiento final en 38 hm3/mes se debe a las presiones del SCRATS, que se pusieron ampliamente de manifiesto en los medios de comunicación de Levante.

Insuficiencia de la reserva de 400 hm3

Finalmente el supuesto logro de la “reserva no trasvasable” de 400 hm3, que tanto se publicita desde el gobierno regional, queda en evidencia ante la incertidumbre sobre lo que realmente embalsan Entrepeñas y Buendía, puesto que la colmatación o aterramiento ha reducido su capacidad real y ello distorsiona los datos.

Por otra parte la reducción de demandas aguas abajo, sobre todo por la reducción legal de caudales mínimos circulantes y posiblemente en regadíos (una vez que se ha abierto la puerta a la venta de derechos al Levante), harán que quede más agua en cabecera disponible para el trasvase y no para mantener caudales aceptables y de calidad en el río aguas abajo.

Y más aún si se lleva a cabo el multimillonario proyecto de desvío de aguas procedentes del Jarama (recicladas, fundamentalmente) para su almacenamiento estratégico en el embalse de Finisterre y así suplir en épocas de estiaje los aportes de caudal circulante desde la cabecera.

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