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La rama valenciana

Josep Moreno

Por si no lo sabían, ya lo saben. En aquel tronco no había rama valenciana. Aquel frondoso árbol de regia corrupción llamado Nóos no hizo ni un palmo de sombra en el sacrosanto reino de Paco Camps. La misma empresa, con los mismos conseguidores, con los mismos empleados y métodos que, según el tribunal, saquearon otras tierras con menor fortuna aquí se comportaron con un escrupuloso respeto a la ley y al rigor presupuestario.

Ahora, parece claro que Rita Barberá se precipitó a la hora de depurar unas responsabilidades que, visto lo visto, nunca fueron tales. Aquello fue una tontería tan tonta que ni siquiera el PSPV va a recurrir el fallo. Y a mí que me parece bien ¿qué quieren que les diga? Estamos en otra época, en otra política. Ahora, a la mínima que te descuides te ves una noche de sábado agarrado por la cintura y engullido por el ritmo de una “konga” en la boda de un diputado que el lunes pasará por ser tu “archienemigo”. Ah qué envidia. A mí me tocaron otros tiempos más aciagos. Eran días de querellas y piedras en el riñón y en la tribuna del hemiciclo. Por aquel entonces si te tomabas a las tres una pizza en la Papardella con Mónica Oltra, a las cinco te estaban amenazado con la expulsión de tu grupo en el despacho del síndico portavoz. Ahora no. Bendito mestizaje. En aquellos días solo podías ver embozados entre las sombras de los palacios de gobierno, persiguiendo malhechores, a los mismos periodistas que hoy te abrazan sonrientes frente a las soleadas vidrieras de los despachos que ocupan en aquel mismo edificio. Ahora, si te descuidas, puedes entrar por la puerta de una conselleria con la virginidad intacta y llegar a la quinta planta, al despacho del conseller, embarazado de 8 meses por tanto amor recibido. Me encanta.

Creo que esto de la absolución de la rama valenciana ha de interpretarse como una señal. Se nos convoca a la reconciliación y a la superación de un pasado turbulento que no nos ha traído nada más que desgracias. El fin de un tiempo en el que la política te deformaba el alma cambiando tu visión del mundo rara vez para mejor. Lo que antes eran corruptelas ya va siendo hora de que se entiendan como los humanos errores que sin duda fueron. Después de tanta tormenta, por fin resplandece el sol sobre nuestras cabezas y hasta el republicano de mi amigo Ribó seguro que a día de hoy ya sabe, y de primera mano, que la Reina Sofia no solo es una estupenda compañera de palco para ver una Traviatta sino que además, en lo tocante a detestar borbones, igual hasta le gusta.

El TSJCV dio una primera señal del camino que hay que seguir al archivar provisionalmente la causa del presunto pitufeo aforado del diputado Domínguez. Es bueno que se tenga en cuenta que no todos son iguales y que si bien es cierto que Correa, Crespo y El Bigotes tienen una pinta de fugarse a la primera de cambio que no veas, no lo es menos que, como el tribunal ha estimado, la exconsellera de Turismo y expresidenta de las Cortes tiene pinta de tener tan mala mano para la contabilidad doméstica como mala memoria ha exhibido en el juicio. La pobre ha sido incapaz de recordar nada que incriminase a los cabecillas políticos de la trama Gürtel. ¿Como va una mujer así a fugarse? Si quedó la pobre, tras su paso por la política, tan corta de posibles que hasta su defensa, según se ha podido saber, se la tuvo que pagar presuntamente el partido del que presuntamente se ha dado de baja de su presunta caja B.

Ya llego la hora de dar descanso a tanta ira a destiempo. Llegó el momento de los políticos que no son “ni de derechas ni de izquierdas”, solo de las políticas que ayudan a la gente; de los que actúan desde “el afecto y no desde el resentimiento”. Venga! que no se diga. Saquen esa rama absuelta al sol de la nueva primavera que se acerca y dejen que junto a sus hojas florezcan las valencianas flores del olvido.

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