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Santiago recibe con indiferencia el bus de Hazte Oír

El autobús de Hazte Oir frente al Parlamento de Galicia en Santiago

David Reinero

Convocaron con pocas horas de antelación a los medios de comunicación en una gasolinera de las afueras de Santiago con el argumento de que hacen lo mismo en todas las ciudades para que las fuerzas de seguridad los escolten hasta el centro para evitar agresiones. Pero en su recorrido de este jueves por la capital gallega el autobús transfóbico y los portavoces de la asociación Hazte Oír fueron recibidos mayoritariamente con indiferencia, tanto de las instituciones como de la ciudadanía.

Después de iniciar su polémica ruta en Madrid, donde el autobús fue inmovilizado, lo que los obligó a cambiar de lemas, y pasar la semana pasada por Valladolid, el objetivo del colectivo en Santiago, según dijo su portavoz Pablo Santana, es denunciar la ley por la igualdad de trato y la no discriminación de lesbianas, gays, transexuales, bisexuales e intersexuales de Galicia, aprobada en 2014 por unanimidad y primera norma de ese tipo de cualquier comunidad autónoma. Para Santana, la ley gallega “busca influir y confundir sobre la ideología de género” al alumnado. “También el PP gallego busca adoctrinar a los niños en las escuelas”, destacó, y añadió que “a los niños se los intenta confundir diciéndoles que deben replantearse su sexualidad cuando ni siquiera tienen seis años”.

El recorrido de este jueves en Compostela comenzó en el Parlamento de Galicia y continuó en el Ayuntamiento. El autobús paró brevemente a las puertas de la Cámara autonómica para luego permanecer circulando por distintas calles de la ciudad ante la imposibilidad de estacionar o internarse por el centro histórico hasta la sede municipal de la Praza do Obradoiro. Así que los portavoces de la asociación tuvieron que realizar a pie su recorrido, que los llevó sucesivamente por los registros oficiales del Parlamento y del Ayuntamiento. En ninguna de las dos instituciones fueron recibidos por ningún cargo político, a pesar de que aseguraron que habían escrito previamente tanto al presidente de la Cámara, el popular Miguel Santalices, como al alcalde, Martiño Noriega, de Compostela Aberta, solicitándoles entrevistas. El Ayuntamiento informó de que la Policía Local hizo un seguimiento del bus, al que no dejó entrar al Obradoiro.

Por parte de la ciudadanía, la respuesta mayoritaria fue de similar indiferencia. Sólo a su paso a pie por la Praza do Obradoiro los miembros de Hazte Oír comenzaron a escuchar gritos de rechazo -“fuera la transfobia de Galicia”- por parte de una docena de jóvenes que los siguió hasta el registro municipal, donde se incorporaron algunos manifestantes más mientras dos parejas de policías vigilaban que el enfrentamiento no pasase de las palabras. Los propios miembros de Hazte Oír pararon en un momento su recorrido para que los medios de comunicación pudiesen obtener mejores imágenes de los gritos que recibían. En el Obradoiro, algún turista también se unió al rechazo con el grito de “fascistas”. La presencia de Hazte Oír en Santiago hizo que diversos colectivos feministas y LGTBI convocasen una concentración de protesta a las ocho de la tarde en la plaza de 8 de marzo.

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